/ miércoles 7 de febrero de 2024

Salud mental de Puebla

Qué poco se habla de salud mental y qué común se ha vuelto saber de trastornos psicológicos en adolescentes, jóvenes y adultos; al grado de ver lamentables decesos en la entidad por un problema que debería considerarse dentro de la salud pública.

Hablar de salud mental es más complejo de lo que parece porque es hablar de conceptos y circunstancias únicas, que hacen a un ser humano precisamente único. Sin embargo es un tema que debemos abordar desde la sociedad y gobierno. No podemos ser omisos a los hechos recientes, y que se repiten con más frecuencia, de saber sobre gente que llega al extremo de subirse a un puente y amenaza o de plano toma la decisión de aventarse. La verdadera pregunta no es ¿por qué lo hacen?, porque eso es evidente que es porque piensan que es lo mejor que pueden hacer, sino, que es lo que hay detrás de una decisión así.

Y es que hablar de extremos donde pueda existir una laceración o autoconmiseración, es la consecuencia de circunstancias que provienen desde la infancia, pasando por cada una de las muy diversas circunstancias vividas. Como sociedad es nuestra responsabilidad no juzgar y mucho menos creer que quien asiste por ayuda psicológica o psiquiátrica es alguien que está enfermo; muy por el contrario es alguien que está teniendo la oportunidad de ser mejor y en lo individual está buscando canalizar sentimientos para no acumular al grado de llegar el dia en que no sepa porque reacciona atentando contra alguien o uno mismo.

Como gobierno es responsabilidad abrir los espacios naturales para que sea considerado como una herramienta básica de prevención y tanto el sector salud como las aseguradoras cubran gastos de esta índole, ya que de esta forma se está contribuyendo a trabajar en reducir inclusive enfermedades que pueden ser provenientes de una somatización y contribuir de esta forma a brindar seguridad dentro y fuera de la familia.

¿Cómo poder saber si los mínimos sentimientos de un ser humano, no canalizados, se conducen o se traducen en un trastorno? El brillante trabajo de José Saramago en su obra titulada “ensayo de la ceguera”, nos invita innegablemente a una reflexión del gran poder que tiene la mente y como en su hipotética novela se hace alusión a una ceguera contagiosa basada en un ensayo mental. No por nada recibió el premio nobel de literatura con tal análisis y desde luego su trabajo único como escritor.

Hablar de salud mental no solo es hacer una reflexión filosófica, sino actuar con responsabilidad y humanismo. En nuestro estado poco vemos al respecto y lo consideramos lejano, sin embargo se reconocen esfuerzos de gente como mi estimado @ZatarainLeal que con empatía al tema, lleva meses promoviendo la reflexión sobre esta índole, y abriendo un debate silencioso pero obligado, tras nuevos brotes de muestras de bajo manejo ante los altos niveles de cortisol desarrollado con gran énfasis tras la presencia de pandemia y la combinación fatal de las comunicaciones electrónicas de redes sociales. Porque la generación masiva de información y la tensión al respecto genera excesos de dopamina siendo este un camino falso a bien estar, que no es lo mismo que bienestar. Bien por Bob, ojalá los gobiernos actuales y venideros no echen en saco roto estos esfuerzos y sean considerados a la par por la sociedad una prioridad en los planes de desarrollo actuales.

Y que tendría que ver todo esto con Puebla podríamos preguntarnos, pues básicamente, todo. Porque si buscamos resolver problemas de raíz en nuestra sociedad, debemos comprender los tiempos en los que vivimos y las circunstancias generales que nos aquejan por igual. De esta forma, bajo la premisa de generar mejores condiciones, se puede visualizar la salud mental como una consecuencia de nuestro momento y una obligación atenderla en la búsqueda del bien común. Al igual que la generación de hormonas en el cuerpo humano, así pues debemos generar los incentivos que provoquen bajo un equilibrio justo y verdadero, las condiciones favorables para que las nuevas generaciones mesuren el usos de todos esos dispositivos electrónicos y por el contrario estimulemos las descargas de oxitocina que se traduce en bienestar constante y perdurable en la persona.

@serdan.mx

Es Puebla

Qué poco se habla de salud mental y qué común se ha vuelto saber de trastornos psicológicos en adolescentes, jóvenes y adultos; al grado de ver lamentables decesos en la entidad por un problema que debería considerarse dentro de la salud pública.

Hablar de salud mental es más complejo de lo que parece porque es hablar de conceptos y circunstancias únicas, que hacen a un ser humano precisamente único. Sin embargo es un tema que debemos abordar desde la sociedad y gobierno. No podemos ser omisos a los hechos recientes, y que se repiten con más frecuencia, de saber sobre gente que llega al extremo de subirse a un puente y amenaza o de plano toma la decisión de aventarse. La verdadera pregunta no es ¿por qué lo hacen?, porque eso es evidente que es porque piensan que es lo mejor que pueden hacer, sino, que es lo que hay detrás de una decisión así.

Y es que hablar de extremos donde pueda existir una laceración o autoconmiseración, es la consecuencia de circunstancias que provienen desde la infancia, pasando por cada una de las muy diversas circunstancias vividas. Como sociedad es nuestra responsabilidad no juzgar y mucho menos creer que quien asiste por ayuda psicológica o psiquiátrica es alguien que está enfermo; muy por el contrario es alguien que está teniendo la oportunidad de ser mejor y en lo individual está buscando canalizar sentimientos para no acumular al grado de llegar el dia en que no sepa porque reacciona atentando contra alguien o uno mismo.

Como gobierno es responsabilidad abrir los espacios naturales para que sea considerado como una herramienta básica de prevención y tanto el sector salud como las aseguradoras cubran gastos de esta índole, ya que de esta forma se está contribuyendo a trabajar en reducir inclusive enfermedades que pueden ser provenientes de una somatización y contribuir de esta forma a brindar seguridad dentro y fuera de la familia.

¿Cómo poder saber si los mínimos sentimientos de un ser humano, no canalizados, se conducen o se traducen en un trastorno? El brillante trabajo de José Saramago en su obra titulada “ensayo de la ceguera”, nos invita innegablemente a una reflexión del gran poder que tiene la mente y como en su hipotética novela se hace alusión a una ceguera contagiosa basada en un ensayo mental. No por nada recibió el premio nobel de literatura con tal análisis y desde luego su trabajo único como escritor.

Hablar de salud mental no solo es hacer una reflexión filosófica, sino actuar con responsabilidad y humanismo. En nuestro estado poco vemos al respecto y lo consideramos lejano, sin embargo se reconocen esfuerzos de gente como mi estimado @ZatarainLeal que con empatía al tema, lleva meses promoviendo la reflexión sobre esta índole, y abriendo un debate silencioso pero obligado, tras nuevos brotes de muestras de bajo manejo ante los altos niveles de cortisol desarrollado con gran énfasis tras la presencia de pandemia y la combinación fatal de las comunicaciones electrónicas de redes sociales. Porque la generación masiva de información y la tensión al respecto genera excesos de dopamina siendo este un camino falso a bien estar, que no es lo mismo que bienestar. Bien por Bob, ojalá los gobiernos actuales y venideros no echen en saco roto estos esfuerzos y sean considerados a la par por la sociedad una prioridad en los planes de desarrollo actuales.

Y que tendría que ver todo esto con Puebla podríamos preguntarnos, pues básicamente, todo. Porque si buscamos resolver problemas de raíz en nuestra sociedad, debemos comprender los tiempos en los que vivimos y las circunstancias generales que nos aquejan por igual. De esta forma, bajo la premisa de generar mejores condiciones, se puede visualizar la salud mental como una consecuencia de nuestro momento y una obligación atenderla en la búsqueda del bien común. Al igual que la generación de hormonas en el cuerpo humano, así pues debemos generar los incentivos que provoquen bajo un equilibrio justo y verdadero, las condiciones favorables para que las nuevas generaciones mesuren el usos de todos esos dispositivos electrónicos y por el contrario estimulemos las descargas de oxitocina que se traduce en bienestar constante y perdurable en la persona.

@serdan.mx

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