/ jueves 21 de marzo de 2024

¿Sirve seguir idealizando a Benito Juárez?

Si nos ponemos a pensar cuántas calles, avenidas, escuelas llevan el nombre del Benemérito de las Américas, llegaríamos a una cantidad que podría no tener fin; de igual modo, al pensar en los héroes de la Patria y quién ha sido admirado, venerado y hasta imitado, indefectiblemente el oaxaqueño sobresale notablemente.

Diversos presidentes, incluido el actual, han dado declaraciones, conferencias o simplemente han aparecido públicamente con la imagen del nacido en Guelatao como respaldo.

Toda sociedad necesita de mitos, personajes que inspiren valores magnánimos, inclusive divinos que llenan o compensan emociones, complejos o frustraciones, basta ver cómo las religiones pueden hacer totalmente feliz a una persona pobre, con la esperanza de una justicia divina o un cielo donde habrá una gloria total, eso aún existe y se tuvo una plenitud hace siglos, cuando se pagaban las indulgencias, monto que servía para no estar en el purgatorio e ir al cielo supuestamente.

No haré un juicio histórico de Juárez por lo complejo que resulta, además de que ya se ha escrito mucho de eso y al final cada quien toma una opinión, no tanto por la evidencia, sino por una cuestión subjetiva y/o ideológica.

Lo cierto es que el líder liberal se enfrentó al bando conservador por tener un proyecto diferente de nación; comprometió totalmente la soberanía nacional mediante el tratado McLane-Ocampo; además de ser el máximo saqueador de arte sacro en México. Por otro lado, él fue el impulsor de la Reforma y del laicismo, además que de prácticamente la restauración de la República (1867) significó una segunda independencia para nuestro país. Ninguna opinión fundada puede negar que don Benito fue un personaje de claro-obscuros, pero eso dista mucho de ser un hombre que deba ser idolatrado.

Juárez sería uno más de los héroes decimonónicos si no hubiera sido idealizado por Díaz, lo cual es paradójico debido a los conflictos entre los oaxaqueños, hermanos de causa y de la masonería. La creación del mito de Juárez se hizo en el porfiriato por una razón: en una de las relecciones del héroe del 2 de abril, diversas facciones liberales no estaban de acuerdo con ello, es por eso que don Porfirio aludió al ejemplo de su paisano y dijo que precisamente la reelección de Juárez, a la que se opuso inicialmente, benefició a la República y había que replicar el ejemplo, es así que el general pudo continuar en el poder y consolidó el mito juarista, una muestra de ello es el Hemiciclo que casi siempre recibe la visita presidencial cada 21 de marzo.

Muchos priistas asumieron en Juárez una figura de culto, al igual que diversas logias masónicas y quienes se dicen liberales, lo cierto es que un país con tantos problemas, creo que seguir venerando leyendas no sirve de mucho, más cuando un personaje que se quiere mostrar como inmaculado, lo cual antropológicamente es imposible. En el México del siglo XXI deberíamos buscar alcanzar la economía y las libertades del primer mundo más que poner en un altar al oaxaqueño.

Curiosamente hoy el laicismo vive una crisis, basta ver cómo personajes de la vida pública aluden a Jesús, mezclando divinidades con asuntos terrenales, lo cual parte de una desesperación estéril por encontrar soluciones.

El entreguismo que tuvo Juárez a los Estados Unidos creo que no sería una mala idea hoy, en manos de mexicanos ha existido un enorme saqueo y millones de personas desean un orden que quizá sólo Washington pueda imponer en nuestro país. Habría que preguntar a los choferes acapulqueños, golpeados por el crimen organizado, si les gustaría que los US Marines patrullaran la costera Miguel Alemán, la respuesta seguramente sería afirmativa. En fin, disfrutemos la próxima Semana Santa y olvidemos por unos días los grandes problemas nacionales, creyendo en el hombre más que en un dios. Hasta la próxima.

@vicente_aven

Si nos ponemos a pensar cuántas calles, avenidas, escuelas llevan el nombre del Benemérito de las Américas, llegaríamos a una cantidad que podría no tener fin; de igual modo, al pensar en los héroes de la Patria y quién ha sido admirado, venerado y hasta imitado, indefectiblemente el oaxaqueño sobresale notablemente.

Diversos presidentes, incluido el actual, han dado declaraciones, conferencias o simplemente han aparecido públicamente con la imagen del nacido en Guelatao como respaldo.

Toda sociedad necesita de mitos, personajes que inspiren valores magnánimos, inclusive divinos que llenan o compensan emociones, complejos o frustraciones, basta ver cómo las religiones pueden hacer totalmente feliz a una persona pobre, con la esperanza de una justicia divina o un cielo donde habrá una gloria total, eso aún existe y se tuvo una plenitud hace siglos, cuando se pagaban las indulgencias, monto que servía para no estar en el purgatorio e ir al cielo supuestamente.

No haré un juicio histórico de Juárez por lo complejo que resulta, además de que ya se ha escrito mucho de eso y al final cada quien toma una opinión, no tanto por la evidencia, sino por una cuestión subjetiva y/o ideológica.

Lo cierto es que el líder liberal se enfrentó al bando conservador por tener un proyecto diferente de nación; comprometió totalmente la soberanía nacional mediante el tratado McLane-Ocampo; además de ser el máximo saqueador de arte sacro en México. Por otro lado, él fue el impulsor de la Reforma y del laicismo, además que de prácticamente la restauración de la República (1867) significó una segunda independencia para nuestro país. Ninguna opinión fundada puede negar que don Benito fue un personaje de claro-obscuros, pero eso dista mucho de ser un hombre que deba ser idolatrado.

Juárez sería uno más de los héroes decimonónicos si no hubiera sido idealizado por Díaz, lo cual es paradójico debido a los conflictos entre los oaxaqueños, hermanos de causa y de la masonería. La creación del mito de Juárez se hizo en el porfiriato por una razón: en una de las relecciones del héroe del 2 de abril, diversas facciones liberales no estaban de acuerdo con ello, es por eso que don Porfirio aludió al ejemplo de su paisano y dijo que precisamente la reelección de Juárez, a la que se opuso inicialmente, benefició a la República y había que replicar el ejemplo, es así que el general pudo continuar en el poder y consolidó el mito juarista, una muestra de ello es el Hemiciclo que casi siempre recibe la visita presidencial cada 21 de marzo.

Muchos priistas asumieron en Juárez una figura de culto, al igual que diversas logias masónicas y quienes se dicen liberales, lo cierto es que un país con tantos problemas, creo que seguir venerando leyendas no sirve de mucho, más cuando un personaje que se quiere mostrar como inmaculado, lo cual antropológicamente es imposible. En el México del siglo XXI deberíamos buscar alcanzar la economía y las libertades del primer mundo más que poner en un altar al oaxaqueño.

Curiosamente hoy el laicismo vive una crisis, basta ver cómo personajes de la vida pública aluden a Jesús, mezclando divinidades con asuntos terrenales, lo cual parte de una desesperación estéril por encontrar soluciones.

El entreguismo que tuvo Juárez a los Estados Unidos creo que no sería una mala idea hoy, en manos de mexicanos ha existido un enorme saqueo y millones de personas desean un orden que quizá sólo Washington pueda imponer en nuestro país. Habría que preguntar a los choferes acapulqueños, golpeados por el crimen organizado, si les gustaría que los US Marines patrullaran la costera Miguel Alemán, la respuesta seguramente sería afirmativa. En fin, disfrutemos la próxima Semana Santa y olvidemos por unos días los grandes problemas nacionales, creyendo en el hombre más que en un dios. Hasta la próxima.

@vicente_aven