/ martes 7 de mayo de 2024

Trazando el rumbo: el legado económico de las presidentas y la perspectiva futura para México

Edhalí Moreno Cíntora

Después del segundo debate de los candidatos a la presidencia de la República Mexicana, es inevitable reflexionar sobre el papel de las mujeres en el liderazgo político y, específicamente, en la gestión económica de los países. Aunque en esta colaboración no pretendo evaluar quién ganó o perdió en el debate, me interesa analizar los modelos económicos que han sido legado de las mujeres que han dirigido naciones en el mundo.

Desde Sirimavo Bandaranaike en 1960, primera mujer presidenta en el mundo, elegida democráticamente para gobernar su país Sri Lanka, hasta las actuales candidatas en México, como Xóchitl Gálvez y Claudia Sheibaum , se ha visto un incremento en la participación de las mujeres en la política a nivel presidencial. Esta tendencia no solo es un reflejo de la evolución democrática, sino que también plantea interrogantes cruciales sobre los modelos económicos que dichas líderes han implementado y legado.

Países como India, Israel, Argentina y más recientemente Noruega y Alemania, han experimentado el liderazgo femenino en sus presidencias, y cada una de estas experiencias ha dejado una huella única en sus respectivas economías. Desde enfoques centrados en el desarrollo social y la equidad, hasta estrategias de crecimiento económico sostenible, las presidentas han abordado los desafíos económicos con perspectivas diversas pero siempre buscando el bienestar de sus ciudadanos.


En el caso de México, la próxima presidenta enfrentará una serie de retos económicos y sociales que requerirán de un liderazgo visionario y audaz. Temas como migración, estado de derecho y desarrollo económico serán cruciales en la agenda de la próxima administración. Además, otro de los temas prioritarios será abordar la inseguridad y violencia en el país, derivados de la actividad de los cárteles. Más allá de una evolución política, la candidata elegida deberá sentar las bases para una verdadera transformación del modelo económico mexicano, permitiendo que el país se posicione como una potencia mundial en el ámbito económico y social.


Es fundamental que la futura presidenta de México sea capaz de impulsar políticas que fomenten la innovación, la inversión en capital humano y la inclusión financiera, promoviendo así un crecimiento económico sostenible y equitativo. Además, deberá fortalecer la colaboración con nuestros socios comerciales y potencias del mundo para asegurar el desarrollo integral del país.

En este contexto, más que una simple elección política, la elección de una mujer como presidenta de México representa una oportunidad única para avanzar hacia un futuro próspero y vanguardista. Es momento de trascender las barreras de género y el sectarismo, y apostar por un liderazgo capaz de transformar la realidad económica y social de nuestro país.


@EdhaliMoreno


Edhalí Moreno Cíntora

Después del segundo debate de los candidatos a la presidencia de la República Mexicana, es inevitable reflexionar sobre el papel de las mujeres en el liderazgo político y, específicamente, en la gestión económica de los países. Aunque en esta colaboración no pretendo evaluar quién ganó o perdió en el debate, me interesa analizar los modelos económicos que han sido legado de las mujeres que han dirigido naciones en el mundo.

Desde Sirimavo Bandaranaike en 1960, primera mujer presidenta en el mundo, elegida democráticamente para gobernar su país Sri Lanka, hasta las actuales candidatas en México, como Xóchitl Gálvez y Claudia Sheibaum , se ha visto un incremento en la participación de las mujeres en la política a nivel presidencial. Esta tendencia no solo es un reflejo de la evolución democrática, sino que también plantea interrogantes cruciales sobre los modelos económicos que dichas líderes han implementado y legado.

Países como India, Israel, Argentina y más recientemente Noruega y Alemania, han experimentado el liderazgo femenino en sus presidencias, y cada una de estas experiencias ha dejado una huella única en sus respectivas economías. Desde enfoques centrados en el desarrollo social y la equidad, hasta estrategias de crecimiento económico sostenible, las presidentas han abordado los desafíos económicos con perspectivas diversas pero siempre buscando el bienestar de sus ciudadanos.


En el caso de México, la próxima presidenta enfrentará una serie de retos económicos y sociales que requerirán de un liderazgo visionario y audaz. Temas como migración, estado de derecho y desarrollo económico serán cruciales en la agenda de la próxima administración. Además, otro de los temas prioritarios será abordar la inseguridad y violencia en el país, derivados de la actividad de los cárteles. Más allá de una evolución política, la candidata elegida deberá sentar las bases para una verdadera transformación del modelo económico mexicano, permitiendo que el país se posicione como una potencia mundial en el ámbito económico y social.


Es fundamental que la futura presidenta de México sea capaz de impulsar políticas que fomenten la innovación, la inversión en capital humano y la inclusión financiera, promoviendo así un crecimiento económico sostenible y equitativo. Además, deberá fortalecer la colaboración con nuestros socios comerciales y potencias del mundo para asegurar el desarrollo integral del país.

En este contexto, más que una simple elección política, la elección de una mujer como presidenta de México representa una oportunidad única para avanzar hacia un futuro próspero y vanguardista. Es momento de trascender las barreras de género y el sectarismo, y apostar por un liderazgo capaz de transformar la realidad económica y social de nuestro país.


@EdhaliMoreno