Uno de los síntomas claves de la depresión es que no se ve esperanza alguna. Ningún futuro. No solo no se ve una luz al final del túnel, sino que ambos extremos parecen bloqueados y tú estás dentro.
La depresión te hace pensar cosas equivocadas. Pero esta en sí no es una mentira, es algo real que se puede llegar a experimentar en algún momento de la vida, o vivir deprimido muchos años y se convierte una forma de existir y de percibir las experiencias, pudiendo llegar a afectar las relaciones con otras personas, el matrimonio, la relación con hijos, amigos, llegar a aislarse, a vivir en una desmotivación y una apatía ante lo que alguna vez se disfrutó hacer, además de provocar un sobreesfuerzo ante las tareas cotidianas, lo que lleva a sentirse muy cansado y desganado.
En ocasiones es invisible, los demás a veces ni la perciben, y uno siente que nadie lo entiende, y ni uno mismo se entiende, hasta que te das cuenta de que estás enfermo. Sí, la depresión es una enfermedad, una enfermedad del pensamiento, afecta los pensamientos, por consecuencia los sentimientos y la forma en como actúas.
Cuando estás deprimido, te sientes muy solo y crees que nadie está sufriendo como estás sufriendo tú. Tienes tanto miedo de parecer loco que callas todo, y temes tanto que los demás te tomen por raro, que te encierras en ti mismo y no hablas de lo que te sucede, lo cual es una pena, porque hablar de ello ayuda.
Las palabras habladas o escritas nos conectan con el mundo, con los demás y con nuestro verdadero yo. Las palabras liberan.
Si alguna vez has creído que una persona con depresión quiere ser feliz, te equivocas, solo quiere dejar de sentir dolor. La vida puede llegar doler. La depresión es una de las enfermedades más mortales del planeta, mata a mucha gente, provoca suicidios, pero a veces no vemos los alcances que puede provocar esta enfermedad.
Predominan en ella emociones como el miedo, la ansiedad, la angustia; como comentábamos, es la enfermedad del pensamiento que se refleja también en el cuerpo, a través de diversas enfermedades. Bueno, esas son algunas de las características de esta enfermedad tan común.
¿CÓMO AYUDARLE A ESA PERSONA QUE SUFRE?
- Ten presente que el otro te necesita y te valora, aunque parezca que no, porque se llegan a aislar, y a mantener un trato difícil con ellos y con los demás. Pero la persona en depresión realmente necesita de los otros. Hay que encontrar la forma de llegarles y hacerles ver que requieren de ayuda.
- Escucha. Es difícil creer que solo escuchando somos útiles para la otra persona, pero créelo, el otro solo necesita que lo escuches, sin consejos ni soluciones.
- Nunca digas “tranquilízate” ni “intenta animarte”, ni “échale ganas”, a menos que vayas a dar instrucciones específicas.
- Entiende que es una enfermedad, se dirán cosas que en realidad no se sienten, pero recuerda que percibimos el mundo de acuerdo a nuestros pensamientos y sentimientos.
- Instrúyete. Comprende, sobre todo, que lo que a ti te parecería fácil, tal vez será un desafío imposible para un depresivo. Ponte en su lugar.
- No te tomes nada de manera personal, no es culpa tuya, y recuerda que la persona en depresión está percibiendo de manera negativa, con miedo y en ocasiones hasta de forma trágica.
- Hazle compañía. Pregunta en qué puedes ayudar, a veces lo único que se requiere es solo estar presente.
- Trata de evitar que el depresivo se sienta más anormal, de lo que ya se siente, preguntas como ¿no te has bañado?, ¿por qué no te has levantado?, etcétera, mejor trata de ayudarlo a encontrar un sentido de vida que lo impulse, motivos por los cuales vivir, lo cual no es fácil, y si se requiere y la situación continúa igual es recomendable buscar a un profesional que nos apoye, que nos ayude a ver que la vida se puede vivir de muchas otras formas, y que existen estrategias para adaptarnos a lo que hay, y algo muy importante, a descubrir un objetivo o una causa por la cual vivir.
La depresión es resultado de una pérdida del sentido de vida, combinado con una falta de deseo hacia esta misma. Y eso, se puede recuperar, cuando me conecto conmigo mismo.
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