Rodeado por sus seres queridos fue como el pequeño, Mateo Rivadeneyra Padilla, recibió el más bello y divino don de Dios: el bautizo.
La Parroquia del Perpetuo Socorro fue el recinto eclesial donde Mateo iluminó su espíritu cuando el sacerdote oficiante derramó las aguas bautismales sobre de él y exhortó a sus papás, José de Jesús y Gemma, y a sus padrinos, Miguel Ángel Padilla y Nayeli Rivadeneyra, a cuidarlo y guiarlo en la fe.
Para celebrar se ofreció una comida en el salón Fiesta Club Infantil de San Manuel a donde arribaron los invitados cargados de obsequios para el pequeño Mateo.
Después de haber degustado una ricas carnitas que acompañaron con bebidas refrescantes, los presentes disfrutaron las golosinas de la mesa de dulces y los más pequeños se divirtieron en los juegos.
¡¡Enhorabuena!!