Cuando en una relación sexual se conduce a mujer y hombre al punto de unión en que el avanzar sexualmente se expande y se multiplica de manera ilimitada la energía sexual, si así lo deciden, llegado el momento te comentaré que en el caso de las mujeres el erotismo y la sensualidad se va formando desde la infancia y la adolescencia aun sin la carga sexual como tal, de copulación.
Como niña-mujer empiezas a crecer y avanzar descubriendo sensaciones placenteras al ser acariciada y besada, cargada y arropada por los que te quieren, empiezas a manifestar erotismo y sensualidad (ojo, no a nivel adulto, es puramente infantil aun no tiene nada que ver la sexualidad de fantasía y deseo sexual, es puramente inocente por lo mismo, seductor).
Recuerda que hay un crecimiento y desarrollo femenino natural y conforme al Universo. Con esta forma de crecer, te sientes aceptada y merecedora de tu sexualidad femenina y creces sin miedos, represiones ni culpas pues todo lo que vas sintiendo corporalmente, se ve apoyado por tus emociones y pensamientos al respecto, esto te permite integrar en tu vida el concepto de deseo.
Sí, primero aprendes a desearte ti misma y ello te genera sensaciones muy agradables que te excitan y te motivan a seguir avanzando en el conocimiento sexual de ti misma, entonces tu cuerpo empieza a adquirir las características físicas tanto internas como externas que te identifican ante ti misma y ante los demás como mujer.
Esta continua transformación ocurre armónica y agradablemente porque te gusta ser mujer, te gusta el desarrollo de tus pechos, la cadera un poco más ancha, la reducción de tu cintura, el crecimiento del vello púbico, tus ciclos menstruales, la curvatura de tus hombros y todas las sensaciones emocionales que ello conlleva (recuerda que no te estoy enfocando a ti como mujer en el contexto actual de la sexualidad “mujer-objeto” sino en el que siempre fue y se perdió con el tiempo, “mujer-diosa-maga-sacerdotisa” pero que de ti depende el poder retomarlo).
Te transformas poco a poco en una diosa-maga-sacerdotisa al saber cuáles son tus cualidades, gustos y preferencias y estás tan maravillada de tu cuerpo que has estado aprendiendo cuáles son tus zonas erógenas, tus zonas eróticas, conoces tus cualidades de sensualidad, erotismo, exotismo, sexualidad, sabes como te gusta besar y como quieres ser besada al cruzar la frontera de ti misma hacia el otro Universo que es el hombre y con besos, caricias, abrazos, risas, diálogos y muchas aventuras al respecto es como sigues avanzando en tu camino sexual como mujer-diosa-maga-sacerdotisa y “sabes” que posees la fuerza generadora de vida en tu matriz.
Tengas o no tengas hijos, tu matriz es un portal dimensional que puede incubar los más grandes proyectos de vida co-creativos que en un avance evolutivo te conducen a niveles cada vez mayores de consciencia de vida, de consciencia sexual, entonces te entregas al placer, al verdadero placer que sabes que es el que te permite seguir avanzando; ahora, has encontrado retroalimentación en el hombre que, como te decía, es el otro Universo que te complementa y potencializa todo lo que sexualmente ya has descubierto de ti.
Ahora, en cuanto a ti como hombre, sigues creciendo explorándote hasta que llegas al punto en donde conoces tus zonas eróticas, tus zonas erógenas, tu satisfacción al eyacular, tu virilidad; avanzaste y aprendiste el deseo, pero primero el deseo hacia ti mismo y te gustó y sigues avanzando y te maravillas con las transformaciones físicas internas y externas de tu cuerpo y te sientes orgullosamente hombre cuando crece la manzana de adán, cuando se ensanchan tus hombros, te cambia la voz, te crece el vello púbico, el vello en pecho, axilas y barba.
Te gusta tocar, acariciar, besar y ser besado y te gusta tu particular forma de hacerlo, cruzaste la frontera de ti mismo hacia el otro Universo, la mujer. Aprendes a retomar al dios-guerrero-amante que todo hombre lleva consigo.
Energía femenina y energía masculina, en el mar del placer sexual cierran un triángulo de poder sexual y con la combinación de ambas fuerzas vitales, los niveles de placer se incrementan al fusionarse los dos Universos formando una tercera fuerza resultante y, por lo tanto, la consciencia sexual les brinda a ambos la oportunidad de avanzar en un plano de expansión mayor que les proporciona a ambas partes revitalización, incremento del placer, deseo de crear y proyectar y la oportunidad de ir sutilizando cada vez más sus cuerpos físicos, irradiando al exterior, según sea el caso, feminidad, sensualidad, éxtasis, plenitud, confianza, libertad, virilidad, inteligencia, sensibilidad, alegría y magnetismo, entre muchas otras situaciones.
Pero, sobre todo, la experiencia real de libertad, impulso, amor y seguridad sexual. Saben, ambos, que el camino no concluye ahí, se sigue avanzando sin límites en una historia sin fin y no es ficción. Esto aún no termina…
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