¿Te preocupa que tus hijos se aburran? mantén la calma, el aburrimiento es una oportunidad estupenda para que exploren nuevas áreas del conocimiento, porque cuando los niños están aburridos inmediatamente buscan desafíos y por consiguiente, desarrollan su creatividad.
Basta con dejar a un niño solo en su habitación con un trozo de madera en el suelo y en poco tiempo, pasará a ser una espada o una varita mágica. Así que no debemos preocuparnos tanto e incluso, obsesionarnos, por lo momentos libres de los hijos; dejar que se aburra y observarlo, te permitirá conocerlo más y saber sus gustos.
El problema actual con los niños es que están sobreestimulados y permanentemente ocupados entre el colegio, las clases extraescolares, amigos, redes sociales y dispositivos móviles, por lo que no tienen tiempo para fantasear e inventar.
“Saturar a los niños con actividades, es inadecuado. El exceso de ellas repercute negativamente en su desarrollo porque la sobresaturación los hace apáticos ante lo natural, y por otro lado, sus habilidades se ven mermadas, entonces su ingenio y creatividad se bloquean”, asegura Jaqueline Machado Garduño, profesional de la salud mental, especialista en coaching multidimensional e instructora en desarrollo de conciencia.
Refiere que, desafortunadamente, la aceleración en la que vivimos junto con el exceso de actividades influye en una feroz competencia por destacar, y a los padres les atemoriza que sus hijos no destaquen en la vida. Por eso no cultivan ni permiten los espacios de ocio en sus hijos, y esto les genera un alto grado de ansiedad porque el foco de atención siempre está en el exterior, en la competencia de todo tipo.
ABURRIMIENTO, POSITIVO PARA EL CEREBRO
“Hay que entender que el aburrimiento es un estado emocional y un estado de ánimo qué tiene doble vía: por un lado nos está hablando del desinterés y la desconexión ante una situación por apatía, pero por el otro, fomenta la introspección y el cambiar de giro si lo que estoy haciendo no despierta un interés en mí. Cuando permito espacios de aburrimiento en los niños, les permito saltar a su interior y cuestionarse ¿qué es lo que podría hacer para sentirme mejor? y hacerlo, le permite la capacidad creativa y desarrollar sus habilidades y competencias naturales”, señala.
Por tanto, el aburrimiento es positivo para el cerebro, la mente, las emociones y en general, para nuestro ser, ya que permite la introspección y el conocimiento de sí mismo, y esto hace que el niño aprenda a gestionar la frustración, la tolerancia y la paciencia, y está última, a nivel cerebral, le da claridad y lucidez para saber lo que quiere.
“Es así como el niño llega realmente a saber cuáles son sus verdaderos intereses, porque entra un estado de alerta qué indica que hay algo que tiene que reflexionar y entonces se pregunta, ¿qué hago?, y de esta manera surge la innovación”, detalla.
Por ello, los espacios de no hacer nada son pedagógicamente esenciales en los niños, ya que el ocio y aburrimiento les permitirá escucharse sin prisas, para conocerse con tranquilidad, construir su propia identidad, desde la reflexión y el entusiasmo.
“La misma apatía que genera el estado de aburrimiento, impulsa la imaginación y la fantasía, que a su vez se complementan y estimulan con la creatividad. Antes los niños eran más creativos porque se aburrían más y eso los obligaba a indagar, desde otra perspectiva, qué es lo que podrían hacer”, sentencia.
¿CÓMO AYUDARLOS A GESTIONARLO?
Para el bienestar emocional y mental de los hijos es fundamental dejarlos que se aburran por momentos, esto les va a permitir imaginar y crear sin medida, y así disfrutarán de no hacer nada, pero además, aprenderán que al aburrimiento se le mata a base de imaginación e interés por hacer cosas que la mente aún no puede visualizar. ¿Cómo hacerlo?
Machado dice que lo primero es que, cuando los niños estén aburridos, los padres no intervengan para decirles lo que pueden a hacer, porque ellos van a recurrir al adulto para preguntar ¿qué hago?
Refiere que la respuesta ante este planteamiento debería ser: si estás aburrido soluciónalo; desde la empatía y el respeto, sugerirle hacer cosas que le causen curiosidad, porque esta (la curiosidad) es lo opuesto al aburrimiento. Así les das libertad para crear.
Por evitar tus propias emociones de ansiedad, de fastidio, de enojo o la que sea, no caigas en la tentación de darle la solución a tu hijo o peor aún, darle los dispositivos móviles para que no estén molestando. “Este último es un tema que los padres también tendrían que trabajar en sí mismos”, advierte.
La psicóloga enfatiza que darles en forma premeditada espacios de ocio y aburrimiento es esencial para que se vean obligados a reflexionar, legitimando el aburrimiento, explicándoles que esos momentos son parte de la vida y los tienen que aprender a vivir como una oportunidad de hacer algo diferente.
De tiempo en tiempo retirarle los dispositivos móviles para que se vea obligado a contactar con lo natural. Hazles ver el lado positivo del aburrimiento como “un tiempo sin obligaciones” para hacer cosas diferentes.
Se puede fomentar la lectura como una opción divertida de ocio y tener en casa materiales y utensilios para crear cosas, como pinturas, pinceles, cajas, plastilina, papel en blanco, colores, botellas de plástico, etcétera.
“Que no te dé miedo la famosa frase ´el ocio es el mal consejero de todas las travesuras de los niños´, de lo que se trata es de lograr un equilibrio y un balance entre la vertiente positiva y negativa del aburrimiento”, concluye la entrevistada.