A veces, cuando leemos noticias sobre la pandemia, observamos variaciones que nos dejan muchas dudas. ¿Por qué en el estado de Puebla hay una mayor cifra de contagios en comparación con otros estados, como Nuevo León? ¿De qué depende la mortalidad?

Nuestro país es una mezcla de costumbres y hábitos. También es un mosaico cultural que determina nuestra forma de vivir, trabajar y consumir. A partir del 17 de marzo, la movilidad se disminuyó de manera drástica en todo México, a consecuencia de la falta de clases en todos los niveles educativos. Posteriormente se decretó el cierre de negocios de actividades no esenciales. Aquí fue donde empezó la primera gran diferencia entre los estados.

Los estados más industrializados y con influencia estadounidense pudieron acatar mejor la medida, ya que, por el nivel de ingresos, su capacidad para comprar a crédito y su baja proporción en comercio de servicios o mercado lo hacían posible. Mientras, en estados que dependen más de la venta del día, de los servicios o del comercio informal como Puebla, se tuvieron que retomar actividades económicas a pesar de las restricciones emitidas por las autoridades.

El resultado: a partir de mayo se incrementaron las consultas, las urgencias y la saturación de los servicios hospitalarios, así como la presentación de mortalidad relacionada con complicaciones por el Covid-19. El factor de dispersión del virus, del cual depende la afectación a la población general, terminó siendo mucho mayor a la esperada.

Los elementos que contribuyen a la dispersión son múltiples, como la movilidad de las personas, la aglomeración intencionada en reuniones; la densidad poblacional en áreas tales como multifamiliares, así como la falta de prudencia en el uso de equipo de protección básico como el cubrebocas.

La paranoia actuó en muchas personas, provocando aislamiento exagerado, disminución de las defensas naturales y episodios de depresión y ansiedad. En muchos hogares el uso exagerado de materiales de limpieza y cloro provocan irritación química en las vías respiratorias, haciendo más vulnerable al organismo.

Por lo tanto, a pesar de la poca efectividad de las medidas de prevención tomadas por parte de la sociedad, más que de la autoridad, se ha mantenido una saturación de las camas disponibles en los sistemas de salud tanto públicos como privados y se espera que durante este mes la cantidad de personas contagiadas sea la máxima, por lo que tendrá una tendencia a decaer progresivamente.

Sin embargo, en estados donde se están reiniciando las actividades económicas están presentando tasas de contagio muy elevadas, ya sobresaturan sus servicios de salud y las complicaciones, secuelas y muerte se esperan más elevados, en comparación con nuestro estado. De esta manera, la apertura de la movilidad de la gente entre los estados pudiera determinar el futuro de los contagios.

*Médico coordinador de atención Covid primer nivel, INSABI

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