Uno de los términos más conocidos dentro de la literatura es el Boom Latinoamericano, una época que comenzó en 1960 y que impulsó a artistas como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, la cual no hubiera existido sin Carmen Balcells.
Desde la llamada “cláusula Balcells” hasta el cambio en los contratos para los autores, su lucha se enfocó en conseguir que los escritores pudieran vivir de los beneficios de sus obras, algo que cambió por completo la forma del negocio en las letras.
Aunque para muchos puede no ser conocida, para algunos de los más famosos escritores se convirtió en una figura guía y una acompañante inseparable.
LA CARRERA DE CARMEN BALCELLS
Carmen Balcells nació en 1930, en Santa Fe de Segarra, en el pueblo de Lérida, España, quien se estableció como agente editorial al ser corresponsal en Barcelona de la Agencia Literaria Arcer en la que fue contratada por Vintila Horia.
Al ser vendida la empresa en 1960, Balcells quedó sin empleo, pero no sin el ánimo de mantenerse en el mundo literario, por lo que decidió abrir su propia agencia a la que nombró: Agencia Literaria Carmen Balcells.
Sus ideas de a poco iban a cambiar lo establecido y una gran parte de ello se debe a su primer cliente con éxito, Gabriel García Márquez, de quien gestionó los derechos desde comienzos de 1960.
A él se unieron otros escritores como Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Carlos Fuentes, Miguel Ángel Asturias, Isabel Allende, Eduardo Mendoza, entre otros.
Por fuera la contribución por la que es más reconocida es por crear la expresión del “Boom” para describir a todos los escritores de habla hispana que comenzaron a dominar el mercado en las décadas de 1960 y 1970.
El llamado Boom Latinoamericano aumentó el interés del mundo por la literatura latinoamericana, la cual en un principio fue definida como experimental ante el clima político, revolucionario y de diversas guerras civiles que se vivía en gran parte del continente americano.
Las editoras españolas, en especial las de Barcelona, fueron las primeras en impulsar la llegada de estas obras a Europa, gracias al trabajo de personas como Carmen Balcells. Aunque gran contribuyente del Boom Latinoamericano, para ella era una expresión que no era de su total agrado.
“El invento de la palabra boom no fue para construir una fraternidad de amigos, para relacionarse afablemente e irse de excursión al campo con las familias. No, no, no… aquello era un lobby, algo que tiene que ver con el poder literario. Con vender ¿comprende?, vender”, afirmó Balcells entrevistada por Xavi Ayén. “Y, tantas décadas después, aún funciona el invento. Venden millones de ejemplares”.
La agencia de Carmen Balcells representó la carrera de seis ganadores al premio Nobel de Literatura: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Vicente Aleixandre y Camilo José Cela.
SUS CONTRIBUCIONES AL NEGOCIO DE LA ESCRITURA
Las decisiones que tomó y la forma en que creía que tenía que funcionar el negocio literario cambiaron por completo su estructura con muchas aportaciones que hasta el momento se tienen entre los autores y los editores.
Antes de ella, las novelas y escritos era vendidos a una editora para toda la vida, además de tener los derechos para el todo mundo. Pero, Carmen Balcells vio la injusticia en esto, por lo que implementó dos nuevas cláusulas en los contratos que negociaba donde se determinaban derechos de tiempo y por límites geográficos.
De esta forma, los escritores no perdían el control completo de sus obras y podrían obtener más beneficios de ellas. Con mucha ironía solía comentar que de no ser por su estrategia: “Neruda habría cobrado una sola vez por cada uno de sus libros”.
A esto se le conoció como la “cláusula Balcells”, que dio paso a una mayor exigencia a las editoras en cuánto al porcentaje que recibían los autores por la traducción de sus obras y mayor conocimiento de los ejemplares que vendían.
De manera personal, en su relación con los escritores, se volvió en una guía indispensable, en una confidente y en alguien a quien admirar. Para quienes trabajan con ella gustaba de darles las más grandes comodidades, no escatimaba en prestarles su casa si no tenían donde vivir e incluso planeaba sus vacaciones.
Su influencia fue tal que Gabriel García Márquez la apodó como “Mamá Grande”, mientras que Manuel Vázquez la nombró como la Superagente Literaria.
“No siento amor maternal por ellos. Tengo relaciones excelentes con la mayoría y los ayudo y cuido de sus intereses, de su carrera e incluso a veces de sus fantasías, pero siempre teniendo claro que esto es un trabajo”, señaló Balcells sobre su relación con los escritores.
Carmen Balcells falleció en septiembre de 2015 a los 85 años, pero su legado se mantiene gracias a su agencia, la cual ahora es manejada por su hijo Lluís Miquel Palomares.