La Gastronomía mexicana, considerada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, se caracteriza por su variedad de opciones que pueden cambiar de acuerdo con la región en la que se preparen. Cada una de las entidades del país cuenta con una lista de platillos típicos, tal es el caso del estado de Puebla.
De acuerdo con los historiadores, en el estado han surgido diferentes recetas a partir de la fusión cultural de las ideas de los conquistadores españoles con las técnicas prehispánicas. De esta manera es como en la actualidad muchas de estos atractivos culinarios siguen siendo altamente populares.
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Algunas de estas alternativas son de temporada, lo que quiere decir que solo en ciertos meses del año pueden encontrarse, aunque hay otras que están disponibles en cualquier día. Sus variedad de ingredientes hacen que estén en distintos establecimientos, como restaurantes, fondas o incluso puestos ambulantes.
Platillos típicos de Puebla
Hay recetas que vienen de Puebla, así como de otros estados cercanos con los que se ha compartido una cultura gastronómica, algunos ejemplos son los molotes, el pipián o los tamales. Aunque igual hay otras que se elaboraron aquí por primera vez.
Mole poblano
Este platillo preparado con chocolate, jitomate, chile y una variedad de especias es tiene más tiempo del que se cree, ya que no fue un inventó del Virreinato, pues se había dicho que lo crearon en un convento, pero no es así.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural indicó que esta receta era preparada en varias comunidades indígenas mexicanas. Luego de mezclar elementos como la hierba santa, chiles de semilla de cabeza y más se obtenía una salsa de nombre mulli a la que le ponían carne de guajolote, pato e incluso armadillo.
Con el paso del tiempo se volvió una opción muy popular dentro del estado, por lo que comenzó a llegar a varias regiones. Actualmente es muy consumido en ciertos negocios, al igual que en fiestas como bodas, XV años o eventos patronales.
Chile en nogada
Consiste en un chile poblano relleno con carne molida preparada con fruta como plátano, manzana, pera o durazno. Su toque final es la salsa de nuez que se le coloca encima, así como la granada.
Solo puede comerse en los meses de julio, agosto y septiembre, que es cuando se da la nuez de castilla, la cual es esencial para hacer la negada, así como otros elementos que solo se pueden obtener en estos días.
Las autoridades sostienen que su origen se le debe a las monjas agustinas del convento de Santa Mónica, quienes buscaron cocinar algo especial para celebrar al emperador Agustín de Iturbide, quien visitó la entidad.
Chalupas
Es un antojito poblano que se hace con una pequeña tortilla de maíz cubierta de salsa verde o roja, con carne de res y cebolla. Después, se sumerge en manteca. Por lo regular, pueden adquirirse durante el fin de semana, en las ferias o plazas públicas.
Respecto a su origen, se ha mencionado que su venta inició en el Viejo Paso de San Francisco en la capital poblana en el año 1896. Se dice que dos mujeres indígenas llamadas Francisca y Beatriz las elaboraron por primera vez con el objetivo de llevar un sustento a su hogar.
Las cemitas
El gobierno de México resaltó en el siglo XIX las cemitas se hacían con papa, frijol y nopal, pero con el paso del tiempo se le han añadido carnes como pechuga de pollo, pierna de cerdo, jamón o milanesa. También se le pone quesillo, pápalo, aguacate y jitomate.
En sus versiones más recientes, hay quien decide experimentar al ponerle ingredientes poco comunes como helado o incluso otra comida como las chalupas. Su fama es tan grande que además de venderlas en muchos negocios, de forma anual en el estado se hace una feria.
Una de sus características principales es el pan, el cual fue introducido durante la conquista pero con el paso de los años los locales comenzaron a crear su propia versión. Es un platillo que desde hace mucho tiempo se le ha atribuido a Puebla.
