La temporada de Cuaresma inicia en Miércoles de Ceniza, un día en el que los creyentes asisten al templo para recibir una cruz que se coloca en la frente, está hecha de la incineración de las palmas bendecidas en Domingo de Ramos de un año anterior. Con esta fecha inician los preparativos espirituales para recibir a la pascua.
Esta tradición de la Iglesia Católica contempla varias prácticas que se han llevado a cabo en México desde que los conquistadores españoles llegaron al continente americano; entre los hábitos más comunes se encuentra el de no comer carne roja, para sustituirla por alimentos que estén preparados a base de mariscos, verduras y legumbres.
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Sin embargo, no todos los días debe evitarse el consumo de carne, solo aplica para los viernes de cuaresma, Miércoles de Ceniza, Jueves y Viernes Santo. A esta costumbre se le suma el ayuno en el que no entran los menores de 18 años, adultos mayores de 60 años y mujeres embarazadas. Estas prácticas provienen de una época contemporánea, pero que está ligada con hechos del pasado.
¿POR QUÉ NO SE PUEDE COMER CARNE ROJA EN CUARESMA?
Los eclesiásticos indican que la carne roja tiene diferentes significados, el primero es que asemeja al cuerpo de Cristo; durante la crucifixión del mesías él estaba herido y ensangrentado, de acuerdo con las escrituras este acto fue hecho para salvar a la humanidad del pecado, por ese motivo es necesario ser respetuoso y consciente. De esta forma es que este alimento hace alusión a la carne del pecado.
Los estudiosos de las ciencias religiosas y antropólogos señalan que los católicos no comen carne porque viene de animales terrestres, que son seres que habitan en una zona más cercana a los “actos pecaminosos” como la lujuria, maldad y demás deseos sexuales; esto ocasiona que solo estén permitidos los que vienen del mar. Una postura que apoya David Vilchis, profesor de la Universidad Católica Lumen Gentium, Ciudad de México.
“Se consideraba que la sangre roja era impura y manchaba, mientras que los animales que vienen del agua no tienen esta sangre roja, no se asociaba con la impureza, sino con una pureza o vitalidad mayor al estar en el agua, pues está esta idea de que el agua es pureza, se consideraba que el pescado era puro”, expresó.
El especialista aclara que también puede ser una cuestión nacional, porque en el país el pescado es un platillo más económico, lo que resultaba conveniente para las poblaciones de creyentes que vivían con escasos recursos. Fue así, que precisó que esta costumbre se suma a la del ayuno antes de la Pascua, que servía como herramienta de purificación y empatía:
“Una idea de que los ricos se unieran al ayuno perpetuo de los pobres y con ese ahorro se pudiera invertir en obras de misericordia,” agregó el también miembro fundador del Seminario de Intersecciones de lo Religioso.
