Seguro te has topado, al circular por el Zócalo de Puebla, con una peculiar vivienda ubicada en la esquina de la 3 Oriente misma que ahora no sólo alberga las instalaciones de El Sol de Puebla, sino que resguarda la leyenda de “La Casa del que Mató al Animal”.
Pues fue en la época virreinal de Puebla que el lugar era habitado por Don Pedro Carvajal, que era un nombre adinerado de la ciudad, junto con sus hijos Pedro y Teodora de 15 años, quienes no tenían a su madre, pues la mujer había perdido la vida a causa de neumonía.
Se encontraban en la víspera de los 16 años de la joven, fiesta en la que le sería buscado un pretendiente para que pudiera casarse, situación con la que ella no estaba de acuerdo.
Llegado el día de la celebración, algo desastroso ocurrió, pues al jolgorio llegó un ser no invitado: un monstruo con cara de serpiente y cuerpo de dragón que ingresó a la majestuosa vivienda para devorar al pequeño Pedro para después desaparecer del sitio.
Pasados los días, Don Pedro, aún marcado por el suceso, ofreció entregar la mano de su hija a quien le llevara la cabeza del monstro en venganza de lo sucedido con su hijo menor, hazaña para la que apareció Ignacio, un joven apuesto y gallardo que se vio motivado por la belleza de Teodora.
El valiente joven no era el primero en aventurarse a combatir a la bestia que azoraba a la ciudad, pero muchos murieron en el intento, pero un día Ignacio entro por la puerta de la vivienda con la cabeza en mano del atípico ser.
En reconocimiento Don Pedro no sólo le dio la mano de su hija, sino que también le obsequió la vivienda en cuyo marco de acceso mandó a tallar en piedra la hazaña, tras lo que el edificio obtuvo el nombre de “La Casa del que Mató al Animal”, además de que el muchacho fue nombrado Virrey de la Nueva España.
