“Hablar una lengua indígena no es motivo de vergüenza, al contrario, es un orgullo”, estas son las palabras de Gaudencio Lucas Juárez, el chico de Zapotitán de Méndez considerado como el narrador más joven de las comunidades originarias de Puebla y que hace dos años ganó un concurso nacional por un cuento en totonaco.
Pese a sus conocimientos de la lengua indígena y que tiene un libro inédito en puerta tononaco y traducido al español, actualmente Gaudencio no vive en el estado, sino que se fue a Guanajuato a trabajar en invernaderos para seguir estudiando y lograr una carrera universitaria.
En últimos días se viralizó en la red social Facebook un post en donde aplaudían el trabajo de Gaudencio, pues era un orgullo para la comunidad de Tuxtla en Zapotitlán por haber ganado el concurso de cuento en lengua totonaca “Gusanos de la Memoria”. Sin embargo, este reconocimiento lo logro hace dos años.
Desconoce el motivo por el cual el concurso se volvió a viralizar en redes sociales, pero cree que es un buen momento para recordar que el hablar una lengua indígena no es motivo de vergüenza, ya que se ha topado con jóvenes que niegan sus raíces, se niegan a hablarlas y esto pone en riesgo la tradición oral y hasta su propia cultura.
“La publicación que se está haciendo viral fue de hace dos años, escribí un cuento en totonaco con el que gané el concurso Gusanos de la Memoria. No sé porque lo volvieron a retomar en estos días, pero es buen momento para hablar de las lenguas indígenas y su importancia en Puebla”, dijo en entrevista con este medio.
En el concurso que ganó en el 2020 habló de Kiwikgolo, que es el dios del monte en su comunidad, pero a pesar de que ese año creyó que con esta convocatoria inspiraría a los jóvenes, la realidad es que muchos de ellos se siguen avergonzando de sus raíces indígenas.
“A mí no me da pena hablar en totonaco, pero sí me he encontrado jóvenes que rehúsan de sus raíces. Si hablan otras lenguas no lo dicen y entre ellos mismos se discriminan, pero eso no está bien, al final son bilingües, están hablando dos idiomas y siempre va ser mejor que uno”, lamentó.
Al joven de 19 años le entristece que los jóvenes no quieran continuar con sus lenguas indígenas, pero también teme que llegue un momento en donde sus lenguas corran peligro de extinción. Por su parte, compartió que ya tiene un libro inédito escrito en totonaco y traducido en español para continuar con el impulso de las lenguas, pero este trabajo necesita apoyo y difusión.
Desde hace cuatro meses dejó Zapotitán de Méndez para trabajar en unos invernaderos en Guanajuato y ahorrar dinero para seguir estudiando, espera pronto regresar a sus tierras y poder impulsar proyectos que tengan que ver con la escritura y el rescate del totonaco.
También hay que mencionar que él no es el único talentoso de su familia, pues su hermana Alejandra Cruz Juárez también es poeta y recientemente ganó beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en poesía y quedó en la convocatoria 2022 de comic en lenguas indígenas nacionales.
