Investigadores de la Universidad College London y del hospital Great Ormond Street en el Reino Unido publicaron los resultados de su más reciente estudio con el que lograron crear mini órganos por medio de células que flotan en el líquido amniótico que rodea al feto en el interior del útero.
En un proyecto publicado por la revista Nature, los científicos indicaron que para este estudio recolectaron células de muestras de líquido amniótico tomadas en 12 embarazos distintos durante las pruebas prenatales de rutina.
Después, consiguieron desarrollar los miniórganos por medio de células extraídas durante embarazos activos. Estos miniórganos u organoides se trata de pequeñas estructuras simplificadas que tienen la intención de permitir a los médicos estudiar nuevos tratamientos o descubrir cómo funcionan los órganos reales que imitan, ya sea en salud o enfermedad.
Para tener idea de cómo son, se trata de pequeñas piezas de tejido tridimensionales y vivas que se asemejan a partes de los pulmones, riñones y del intestino delgado.
De igual forma, detallaron que esto podría ser un gran avance en desarrollar terapias personalizadas para cada bebé en el útero, de forma que se podría monitorear y tratar cualquier condición congénita previa al nacimiento.
Dentro de los organoides que se lograron obtener se encuentra uno pulmonar que se desarrolló de un feto con una afección genéticamente heredada conocida como hernia diafragmática, que es una abertura anormal en el diafragma que provoca que los órganos se vayan hacia abajo y comiencen a aplastar sus pulmones, lo que impide su correcto desarrollo.
Los organoides presentaron varias características relacionadas a la enfermedad, que suele ser mortal. El estudio no da a conocer si los resultados sirvieron para alguna especie de terapia para el feto enfermo.
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"Esta investigación allana el camino para que los científicos estudien cómo se forman los órganos clave y realizan su función en el feto en desarrollo durante el embarazo, sin la necesidad de extraer tejido directamente del feto, que normalmente sólo está disponible a partir de tejido donado para investigación tras la interrupción de un embarazo”, declaró el profesor de medicina reproductiva por la Universidad de Hull, Roger Sturmey, que no participó en el estudio. “También puede revelar los orígenes tempranos de las enfermedades en adultos al resaltar lo que sucede cuando las células de los tejidos clave dentro del feto funcionan mal”.
Problemas éticos y legales complican generación de órganos
A pesar de los avances que traería consigo el estudio con las células madre y los fetos, estos tienen muchas implicaciones tanto legales como éticas, ya que cada país suele tener medidas distintas sobre cómo puede utilizarse este material y de dónde extraerlo.
Al respecto, la ley en el Reino Unido establece que se pueden cultivar embriones en etapas tempranas en laboratorio hasta lo equivalente a 14 días de embarazo. Semanas después se puede retomar el camino del desarrollo, por medio de escaneos y del material donado tras las terminaciones.
Esto también tiene implicaciones con el aborto y el límite legal para realizarse el procedimiento, que en Reino Unido es a las 22 semanas, por lo que después de eso no se pueden extraer muestras fetales. Mientras que, en Estados Unidos las restricciones del aborto dependen de cada estado y, para la muestra de tejidos es legal, incluso después de un aborto o muerte fatal, pero ha sido un tema controvertido.
En cuanto a la obtención de células del líquido amniótico de un feto que se encuentra en buen desarrollo parece no tener ningún riesgo para el producto como para la mujer embarazada, ya que es una toma de muestra clínica estándar.
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