A lo largo de la historia mucho se ha hablado acerca de la diferencia en las dos caras de la luna, pues recientemente un estudio arrojó que habría sido un fuerte impacto el que generó esta variación que fue revelada entre las décadas de los 50 y 60 mediante las misiones soviéticas y estadounidenses.
Mientras la cara visible se encuentra cubierta de los llamados mares lunares que son visibles como grandes manchas oscuras, resultado de antiguos flujos de lava, por su parte la cara oculta carece de estas características.
De acuerdo con este trabajo de científicos de Estados Unidos, esta variación habría sido resultado de lo que llamaron “un gigantesco impacto”, ocurrido hace miles de millones de años, mismo que generó no sólo variaciones en la apariencia, sino en la composición química de ambas regiones lunares.
En lo que respecta a la cara visible abundan zonas cubiertas de lava solidificada que reciben el nombre de mares, mientras que en su composición existen mayores concentraciones de potasio, titanio, torio, fósforo y otros elementos del grupo denominado como de las tierras raras.
DESCUBREN CRATER EN CARA DE LA LUNA
Por su parte del estudio que fue publicado recientemente en la revista Science Advances, estas diferencias surgieron luego de un gran impacto que originó la llamada cuenca del Polo Sur-Aitken que es un gran cráter de impacto ubicado en las proximidades del polo sur de la Luna.
Este orificio tiene un diámetro aproximado de 2500 kilómetros y una profundidad de 12 km, por lo que se trata de una de las estructuras más grandes halladas en objetos del Sistema Solar, además de que la ubicación de esta cuenca está en la zona correspondiente a la cara oculta de la Luna, por lo que no puede ser observada desde la Tierra.
En cuanto a los efectos que este impacto pudo haber tenido, se piensa que habría causado una enorme columna de calor que se propagó al interior de la luna, la cual transportó una serie de tierras raras al lado visible del satélite natural de la Tierra, mismos que a su vez generaron calor que provocó actividad volcánica que generó los flujos de lava.
Incluso el lado cercano de la Luna cuenta con lo que es denominado como una anomalía de composición conocida como Terreno Procellarum KREEP, que es una concentración de potasio, elementos de tierras raras y fósforo, junto con elementos que producen calor como el torio, ubicados en y alrededor de Oceanus Procellarum, la mayor de las llanuras volcánicas.
Para llegar a estos resultados, los expertos realizaron simulaciones por computadora, mediante las cuales demostraron la forma en que el calor generado por un impacto gigante pudo alterar los patrones de convección al interior de la Luna y generar una redistribución de los materiales al manto, mientras que los modelos al interior de la misma muestran una distribución uniforme en situaciones normales.
Es por ello que tras el impacto, a medida que la columna de calor se extendía por debajo de la corteza, el material fue empujado a la cara visible, por lo que este trabajo podría ser una explicación creíble de lo que por años fue uno de los misterios más grandes sobre la Luna.
Este trabajo fue realizado por miembros de la Universidad de Brown, investigadores de la Universidad de Purdue, la Universidad de Stanford, el Laboratorio de Ciencias Lunar y Planetaria en Arizona, así como el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.