Desde que todos tenemos memoria, el Año Nuevo lo celebramos cada 1 de enero, pero esto no había sido así, sino hasta el año 1500, pues en la antigüedad se daba el primero de marzo y aquí te contamos de qué va este cambio que se ha dado en la manera que medimos los días.
Fue debido al calendario romano que esta celebración tenía sus inicios en lo ahora es el tercer mes del año, esto pese a que los gobernantes de la Antigua Roma asumían el poder en el mes de enero, por eso en Roma se dedicó el primero de enero a Jano, el dios de lo nuevo y de los comienzos.
En ese entonces, el año era una sucesión de diez meses, los cuales eran Martius, dedicado a Marte, Aprilis, del latín aperire abrir, por los brotes vegetales, Maius por la diosa Maia, Junius por Juno, Quintilis, Sextilis, September, October, November, y December.
El comienzo del año se daba el primer día de marzo con la anuencia del dios guerrero, debido a que en esta fecha también comenzaban las campañas militares, con la designación de cónsules, mientras que los meses comenzaban con la luna nueva, además de que el año duraba mucho menos de 365 días.
Posteriormente Numa Pompilius añadió de manera permanente dos meses al final que eran Ianarius, dedicado a Jano, y Februarius, de februare, por lo que en el año 153 a.C. se fijó el principio del año en el día 1 de Ianarus en lugar del 1 de Martius con el nombramiento de los cónsules dos meses antes del comienzo de las campañas.
Pero Julio César en el 45 a.C. realizó una reforma definitiva del calendario, encargo que hizo al astrónomo griego Sosígenes que estaba establecido en Alejandría, quien ajustó la duración de los meses para fijar la duración total del año en 365.25 días por término medio, por lo que se fijó el año ordinario en 365 días y se decidió intercalar un día extra cada cuatro años.
Tras esta determinación el mes Quintilus fue renombrado Julius, en honor de Julio César, mientras que el Sextius pasó a llamarse Augustus por Augusto.
Después de su establecimiento, el calendario juliano fue válido durante más de dieciséis siglos, esto pese a que los católicos se resistieron a celebrar el principio del año en un mes dedicado a una deidad pagana, por lo que, en la Edad Media, diferentes pueblos de Europa tenían por costumbre celebrar el principio del año en fechas de significado religioso.
Finalmente, fue hasta el siglo XVI que el inicio del año se trasladó al 1 de enero y se hizo obligatorio en gran parte de los estados europeos, esto debido a que ordenado por el papa Gregorio XIII, motivo por el que al calendario que conocemos hasta nuestros días se le conoce como gregoriano.
¿QUÉ SE SABE DEL AÑO NUEVO Y LOS CALENDARIOS?
Otras de las teorías acerca del origen del día y el año como lo conocemos hasta ahora se fundamenta en el movimiento de la Tierra sobre su propio eje y en torno al Sol, mientras que la distribución de los meses se da en torno al movimiento de la Luna y la semana se formó a manera de organizar los días de trabajo y descanso.
Así mismo término calendario proviene del latín calendas, palabra con la que se denominaba el día inicial de cada mes, mismo que proviene del verbo calare o llamar, pues era a primero de mes cuando los cobradores reclamaban los tributos llamando a los ciudadanos a gritos y anotaban sus cuentas en un libro llamado calendarium.
Un dato curios es que Inglaterra adoptó el inicio del año hasta 1752, mismo que celebraban el 25 de marzo por lo que tuvieron que suprimir enero, febrero y veinticuatro días de marzo del año 1751, además de suprimieron 11 días de 1752.
También existió un calendario republicano francés, que sólo estuvo vigente trece años y cambió el principio del año del 1 de enero al día del equinoccio de otoño en París, el cuál era el aniversario de la Primera República el 22 de setiembre de 1792.