La hepatitis es una afección derivada de la inflamación del hígado que además de causar diversos síntomas al paciente, en algunos casos puede causar la muerte.
Varios de sus tipos se contagian a través de la ingesta de alimentos o agua contaminada con las heces de la persona infectada, aunque otros como el tipo E pueden ser transmitidos por carne de animales como el cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos. De igual manera existe la hepatitis alcohólica, provocada por la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas.
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Tipos de Hepatitis
Tipo A: Esta clase se incluye en las que pueden ser contagiadas por alimentos infectados, sin embargo, una correcta higiene y las vacunas correspondientes pueden prevenirla.
Entre sus síntomas están la fiebre, fatiga, pérdida del apetito, vómito, dolor abdominal, orina oscura, diarrea, heces color arcilla o de color claro, dolor en las articulaciones y la ictericia.
Tipo B: Pudiendo vivir fuera del cuerpo por al menos 7 días y aún con el poder de contagiar este tipo se puede contagiar por medio de la sangre, orina, semen o en el caso de embarazos, de la madre al feto.
Los síntomas son iguales que en la clase A y se requiere de una prueba de sangre para detectarlo.
Tipo C: Una de las más comunes, pero menos mortales, pues el 90 por ciento de los pacientes se pueden curar en un par de semanas con el tratamiento adecuado.
Se contagia mayormente por sangre o agujas contaminadas y los síntomas son similares a las demás clasificaciones.
Existen otros tipos menos comunes como el D que se transmite por sangre infectada o por mantener relaciones sexuales sin protección con alguien que la tenga; o la E que es mayormente presente en zonas poco desarrolladas y suelen desaparecer con el paso del tiempo aún sin tratamiento específico.
¿Cuál es el tratamiento para la hepatitis?
Así como entras enfermedades, el tratamiento dependerá del tipo que se haya contraído y el avance de la infección, cuando no es grave suele desaparecer por sí sola y solo requerir de descanso si se presentan síntomas; si llegase a ser crónica, es probable que requiera observación médica en un hospital
La prevención siempre será el mejor aliado, es por eso por lo que se recomienda evitar el consumo de alcohol, un correcto lavado de manos, así como desinfección de futas y verduras y la vacunación correspondiente. Algunos tipos como la autoinmune no se puede prevenir.