Desde hace varios años, las enfermedades del corazón han ocupado el primer lugar entre las principales causas de fallecimientos en México. Una de ellas es el infarto fulminante, también, una de las causas más comunes de las muertes conocidas como súbitas.
Una muerte súbita es un evento que lleva al fallecimiento de una persona de manera inesperada y con cierta rapidez. Puede ocurrir en cualquier grupo de edad y sin importar su condición de salud previa, aunque es más común en personas mayores o que ya tenía una enfermedad cardíaca previa.
Esto es muy importante entre quienes llegan a sufrir de un infarto fulminante, ya que sus causas se relacionan con problemas en la estructura del corazón como irregularidades en los canales eléctricos del organismo.
De acuerdo con el INEGI, las enfermedades el corazón provocaron un total de 218,885 muertes en el 2020 en México, superando por 62,844 casos al 2019. El 55.57 por ciento de las muertes, es decir más de 121 mil correspondieron a hombres y el restante, poco más de 97 mil, a mujeres.
¿CÓMO SURGE ESTE TIPO DE INFARTO?
Un infarto conocido medicamente como infarto de miocardio, puede originarse cuando ocurre un fallo en el suministro de sangre y oxígeno al corazón. Después de sufrirlo, el corazón puede detenerse debido a que sufrió necrosis en una zona del músculo o por el surgimiento de una arritmia maligna que lo vuelve incapaz de bombear sangre de manera correcta.
Cuando una arteria sufre de una obstrucción repentina del flujo sanguíneo, los tejidos que eran alimentados por esta pueden sufrir de isquemia y necrosis. En el caso del corazón, son dos arterias principales las que se encuentran, llamadas como arterias coronarias.
En su mayoría, los infartos se provocan cuando un coágulo bloquea una de estas arterias, las cuales son responsables de llevar sangre y oxígeno al corazón. Debido a este bloqueo, las células cardiacas comienzan a fallecer. Además, la presión arterial desciende, la circulación comienza a detenerse y los nutrientes dejan de llegar al resto de órganos.
Mientras más grande sea el área afectada o mayor la región que sufrió de necrosis, mayor será la intensidad del infarto. Al perder la capacidad de bombear sangre, se dice que el corazón del paciente sufrió de un shock circulatorio.
Las arritmias cardiacas también forman parte importante al ocurrir un infarto. Estas arritmias son una fibrilación ventricular que se presenta cuando hay una actividad eléctrica cardíaca caótica. De forma que, no se pueden transmitir los impulsos eléctricos normales al corazón. Se estima que estas son la causa principal de infarto fulminante con más del 70 por ciento de los casos.
Tras solo unos minutos después de presentar la fibrilación ventricular, el resto de los tejidos del cuerpo comienzan a morir, por lo que, de no recibir atención inmediata el paciente, puede morir en cuestión de minutos.
Existen condiciones hereditarias que pueden hacer que los infartos se presenten de mayor forma como son las miocardiopatías hipertróficas, dilatada, arritmogénica del ventrículo derecho, así como el defecto progresivo de conducción cardíaca.
Se estima que 15 por ciento de los infartos terminan con la muerte del paciente, mientras que el 85 por ciento restante si logra recibir atención en el hospital.
SÍNTOMAS DE ESTE PADECIMIENTO
Al tratarse de una afectación que ataca directamente y de manera rápida al corazón, existen casos en donde el paciente pierde el conocimiento de manera inmediata antes de que pueda responder a algún estimulo. Cuando se trata de una arritmia maligna, la persona presentará perdida de la conciencia y pérdida rápida de la respiración.
En otros casos, el infarto se presenta con síntomas como cansancio, sudoración, mareos y un dolor muy intenso en el pecho. Cuanto más grande sea el área afectada del corazón, presentará dificultad severa para respirar como hipertensión arterial.
Si una persona pasa 10 minutos con fibrilación ventricular, difícilmente podrá salvarse. A la par, cuánto más tiempo pase en paro cardiaco, mayor será la lesión permanente que sufran órganos como el cerebro debido a que no fluye la sangre de manera correcta hacia él.
La arritmia se puede presentar de manera inmediata o unas horas después de presentarse el infarto, por lo que se necesita de una evaluación médica inmediata para conocer si el paciente evolucionará bien.
PREVENCIÓN ANTE LOS INFARTOS
Pese a que no es posible predecir qué persona o qué momento sufrirá de un infarto fulminante, existen formas de prevenirlo. Después de un análisis clínico y estudios, el cardiólogo puede reconocer los pacientes con alto riesgo de presentar una arritmia maligna.
Tras su detección, se puede colocar un dispositivo pequeño, similar a un marcapasos, capaz de reconocer la aparición de una arritmia. Se puede realizar una cateterización o angiografía coronaria, donde se evalúa si alguna de las arterias se encuentra obstruida para poder proceder con otro tratamiento.
Las personas que se encuentran en mayor peligro de sufrir un infarto son los adultos mayores de 50 años, aquellos que sufren de diabetes mullitus u obesidad, así como con colesterol alto. Además, los que tienen alto consumo de alcohol y cigarro o drogas fuertes como la cocaína.
