Alexander K., es un hombre de 30 años y padre de familia que fue sentenciado por un tribunal de Alemania después de que se le declara culpable de intento de asesinato tras inyectar mercurio en el pie de su hija de solo un año de edad.
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De acuerdo con medios locales y agencias como Deutsche Press-Agentur, el hombre originario de la localidad de Springe en Hannover, un enfermero geriátrico, junto a su novia identificada como Maike W., de 34 años, idearon la forma en que podían provocarle dolor a la niña, pero sin causarle la muerte.
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Por medio de una declaración escrita y en la resolución que leyó el juez posteriormente, se describió que la intención de Alexander era causarle el mayor dolor posible a su expareja, al hacerle daño a la menor.
De manera inicial, el padre y su nueva pareja negaron las acusaciones o que estuvieran involucrados en el daño que las inyecciones causaban a la niña.
Pero, poco antes de que concluyera el juicio ante el Tribunal Regional de Hannover, la pareja decidió admitir su culpabilidad, aunque se negaron a comentar de dónde obtenían el mercurio en estado líquido.
Los fiscales buscaron llevar el caso hasta las últimas consecuencias y fue como lograron que el padre recibiera una sentencia de 12 años, al igual que su nueva novia.
¿Qué ocurrió con la niña que recibió las inyecciones de mercurio?
De acuerdo con las autoridades, la madre de la niña abandonó al padre poco después del nacimiento de la menor y fue cuando empezaron los problemas. Al poco tiempo, la nueva pareja del padre también se involucró en las discusiones.
En declaraciones de un portavoz del tribunal de Hannover, a la nueva pareja se le habría ocurrido el inyectar mercurio a la hija después de ver un capítulo del programa “Aktenzeichen XY”, uno que presenta casos de crímenes reales no resueltos, y en donde descubrieron que el mercurio hace daño a las personas, pero no provoca su muerte inmediata cuando se inyecta en forma líquida.
Habría sido a mediados del 2023 cuando comenzaron a colocar el mercurio en el pie izquierdo de la niña de apenas un año.
Tras la inyección, la menor presentó una infección grave en el pie y mostró salpullido en todo el cuerpo. Sin que los doctores supieran de que se trataba, intervinieron en más de una ocasión a la hija.
Fue en la tercera operación cuando los médicos descubrieron el mercurio, por lo que de inmediato lo reportaron a las autoridades, ya que los estudios mostraban que el cuerpo de la menor tenía suficiente mercurio como para provocarle la muerte si no hubiera recibido atención médica.
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Las inyecciones fueron colocadas en el pie izquierdo y en tobillo derecho de la niña. A pesar de que logró sobrevivir al envenenamiento con el mercurio, los médicos señalaron que la menor todavía tendrá que lidiar con los efectos a largo plazo del material en su cuerpo.
