Augusto Argüello, adolescente trans no binario acudió este 8 de julio al Registro Civil de Finanzas debido a que cumplió la mayoría de edad. Con este procedimiento se convirtió en la primera persona de 18 años en tener su cambio de identidad en el acta de nacimiento y la más joven en Puebla.
“Llegamos a las 9 de la mañana al Registro Civil de San Baltazar Campeche y pasamos con un auxiliar de registro, pero no pude cambiar mi nombre y mi identidad porque me pidieron que tuviera INE y justo hoy cumplo los 18 años. Yo creía que esto no era necesario, ya que de todos modos voy a volver a hacer el trámite”, compartió.
CAMBIO DE IDENTIDAD FUE UNA TRAVESÍA QUE POR MOMENTOS PARECÍA COMPLIARSE
El inicio el proceso pareció complicado, pues después de acudir a San Baltazar Campeche tuvieron que ir a la Secretaría de Finanzas para resolver el asunto. Hablaron con una encargada, le expusieron la situación y esta persona sugirió adquirir una carta de identidad. Para obtener este papel se dirigieron a la junta auxiliar Ignacio Zaragoza.
A las 11:30 de la mañana, Augusto en compañía de su padre y de la activista de la comunidad trans, Gabriela Chumacero, ya estaban en el Juzgado del Registro Civil y Unidad Integral de Servicios. Al preguntarle cómo se sentía, respondió que feliz y tranquilo.
“Espero que no tarde mucho, que sea rápido, no sería la primera persona de la comunidad en este cambio, pero si la primera en Puebla en tener 18 años y en ser la más joven”, compartió a El Sol de Puebla.
Para el medio día ya era un hecho. Oficialmente el acta de nacimiento dice que el 8 de julio del 2004 nació Augusto Argüello Gutiérrez del sexo masculino. Este hecho es un logro más para la comunidad transgénero en el estado de Puebla.
SER VALIDADO COMO HOMBRE, UN PROCESO QUE COMENZÓ EN 2016
El Sol de Puebla ya había dado a conocer que Augusto se graduó recientemente del bachillerato. Pese a que su familia abraza su identidad, en la escuela la realidad fue un poco distinta, pues toda su documentación está bajo el nombre y género que le asignaron al nacer. Aunque su nombre registral tiene un alto valor sentimental para él, sabe que no le pertenece.
Su proceso de validación individual y ante su familia como persona trans empezó en 2016, cuando comenzó a cuestionarse el por qué los demás no respetaban su decisión de ser nombrado y reconocido de forma adecuada. Fue así cuando entendió que la vía de ratificar su identidad legalmente era mediante su acta de nacimiento.
La relevancia de certificar quién es lo es todo en el sistema en el que vivimos. Cansado de tener que satisfacer los estereotipos ajenos, descubrió que tenía mucho por hacer, pero antes de todo, debía reconocerse y abrazarse a sí mismo.
El proceso no ha sido nada fácil, pues aún hay personas que se niegan a hablarle con pronombres masculinos, sin embargo, este hecho lo seguirá abonando para reforzar la identidad que el decidió por cuenta propia.