/ miércoles 8 de mayo de 2024

Bullying desencadena secuelas graves en adultos y normaliza la violencia: especialistas

México se convirtió en el segundo país con más casos de bullying a nivel mundial, al reportar 280 mil casos de esta conducta entre 2023 y 2024

La desatención del bullying en la infancia tiene consecuencias graves para las víctimas cuando llegan a la etapa adulta. El impacto negativo en su bienestar suele desarrollar algunos trastornos emocionales como ansiedad y depresión, pero también puede provocar conductas agresivas y hasta suicidios. Esta problemática es ya una preocupación de salud pública en México que se agrava con la normalización de la violencia y la brecha de accesibilidad a servicios de salud emocional.

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De acuerdo con datos de la organización no gubernamental (ONG) internacional Bullying sin Fronteras, México se convirtió en el segundo país con más casos de bullying a nivel mundial, al reportar 280 mil casos de esta conducta entre 2023 y 2024.

Ivonne Martínez Hernández, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), señala que el bullying es un problema de salud pública con consecuencias fatales. Aunque muchos casos desatendidos se vuelven trastornos emocionales como ansiedad y depresión, en otros conduce al suicidio o la agresividad.


Al respecto, María del Pilar Quintana Soto, psicóloga del área de Atención a la Salud del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), sostiene que la falta de tratamiento en casos de bullying se consolida como una de las principales causas de la normalización de la violencia en nuestra sociedad. La especialista explica que la desatención de estas conductas vulnera el desarrollo emocional de las infancias, entre otras secuelas.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) federal detalla en su portal de internet que el bullying o acoso escolar se refiere al comportamiento continuo de abuso físico o psicológico perpetrado por una persona, usualmente otros alumnos. Así, se busca intimidar y causar daño a la víctima regularmente a través de agresiones directas, manipulación e insultos.

Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) da a conocer a través de su gaceta semanal en mayo de 2023 que “estamos ante un problema fuerte que está en todos lados, que no es de ahora, y que debemos revertir. Para erradicarlo se necesita cambiar comportamientos, la forma como nos relacionamos con los otros”, esto con base en el análisis de Nelia Tello Peón, trabajadora social egresada de esa institución.


El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) señala que en México las principales manifestaciones de bullying son físicas, usualmente golpes, patadas o puñetazos.

Dicha organización global también destaca que el acoso escolar no solo se comete entre el alumnado, pues en ocasiones también los docentes o las propias autoridades académicas son quienes generan este tipo de violencias.

Repercusiones en adultos

En entrevista con El Sol de Puebla, Martínez Hernández advierte que “los riesgos del bullying, tanto en adultos como infantes, son mortales”. Para la especialista, este tipo de conductas dañinas, lejos de cesar, se han fortalecido con el uso de tecnologías de la información.

La académica de la Upaep sostiene que el acoso y la violencia escolar, ejercidas de forma física y emocional, generalmente durante la infancia, se convierten en una de las principales razones por las que una persona decide terminar con su vida de forma voluntaria.

Foto: EFE


Aunque el suicidio es la consecuencia más grave del bullying, la también investigadora afirma que cuando un niño no recibe terapias de emergencia, o bien no inicia un proceso psicológico especializado después de haber sufrido este tipo de violencia, las posibilidades de que se desarrollen trastornos emocionales en la etapa adulta aumentan.


“Los riesgos son mortales, el bullying (...) tiene consecuencias fatales. Esta situación está cobrando vidas, y actualmente tiene que desencadenar una alerta a nivel escolar y a nivel social. Si no cobra una vida, también tiene consecuencias o muchas secuelas psicológicas, pues la persona empieza a tener un impacto en su salud mental, se experimentan trastornos de depresión, experimentan ansiedad y baja autoestima”, explica.

Por su parte, Quintana Soto refiere que el bullying se convierte en una herramienta riesgosa que “va dejando muchas huellas que no se notan”. Explica que cuando las violencias no son físicas, sino más bien emocionales, las víctimas suelen cargar consigo las secuelas toda su vida.

“No se notan las huellas físicamente, sin embargo, en el alma, en el corazón y en la autoestima de los chiquitos va dejando una huella muy fuerte”, refiere.

La psicóloga del Sistema Estatal DIF detalla que un adulto que afrontó acoso escolar en su infancia suele sentirse infravalorado, síntoma de la baja autoestima que se genera desde la etapa en que se recibieron los ataques.

“Se dice que la depresión es estar triste, callado, ensimismado y aislado. Eso es lo que comúnmente sucede, sin embargo, también sabemos, desde el punto de vista de la Psicología, que la depresión también puede ser enojo, coraje y agresión”, explica.

Efectos psicoemocionales

De forma paralela, Martínez Hernández refiere que la desatención de este tipo de agresiones tiende a desencadenar múltiples afecciones físicas y psicológicas para las víctimas. Esto se debe a que una persona se ve obligada a somatizar la situación, lo que desencadena en enfermedades gastrointestinales, neurológicas, incluso la autoflagelación, entre otras.

Por si esto fuera poco, la catedrática de la Upaep indica que una víctima de bullying generalmente no sana apropiadamente dichos episodios, lo que eventualmente ocasiona problemas en la etapa adulta.

Algunos de estos obstáculos son, además de trastornos como ansiedad y depresión, presentar dificultades para establecer vínculos sociales saludables, vivir con desconfianza e inseguridad todo el tiempo, lo que regularmente conduce al aislamiento social.

Si bien esto constituye una amenaza para entablar amistades o relaciones afectivas, la exclusión social suele desencadenar dificultades para conseguir o mantener un empleo, entre otras necesidades.

“La víctima puede tener, en un futuro inmediato, dificultades en establecer relaciones saludables con sus compañeros, vivir con desconfianza, inseguridad permanente ante su valor frente a la sociedad y frente a otras personas que se involucra, no establecer relaciones duraderas ni vínculos duraderos de confianza, y lleva a una aislamiento social”, añade.

Normaliza la violencia

Martínez Hernández advierte que las personas adultas que no recibieron atención psicoemocional después de haber sido víctimas de bullying tienen mayores probabilidades de convertirse en individuos violentos.


Con el objetivo de obtener venganza, dice la investigadora, un adulto que sufrió violencia y acoso escolar generalmente pretende buscar justicia personal agrediendo a otros.

En ese sentido, la catedrática destaca que en años recientes ha sido más recurrente conocer casos de personas adultas que fueron víctimas de bullying en su niñez y que en la actualidad ejercen violencia física o emocional contra otras personas, o bien contra ellas mismas.

“Es una cadena de secuelas, la persona vive un proceso de inadaptación social, que se va desarrollando a lo largo de toda su vida. Una persona adulta puede volverse acosador porque fue acosado permanentemente. Esto desencadena en una agresión social en venganza, a esto se le llama Venganza de los Nadie, porque esta persona fue ninguneada, maltratada y humillada en su infancia o adolescencia, y en la edad adulta, cuando tiene poder físico o económico, se vuelve una persona agresiva”, afirma la investigadora de la Upaep.

Al respecto, Quintana Soto señala que la desatención de estos casos durante la infancia es un error que deriva en múltiples consecuencias, una de ellas es el desarrollo de una personalidad agresiva y hostil.

“Si esto no se previene, por lo regular lo que sucede es que la víctima se convierte en agresor. Eso es lo más fuerte y lo más difícil de esta situación y de este evento social, porque tiene una trascendencia social impresionante que no se toma en cuenta”, indica.

En la actualidad dichos estragos se han exacerbado con la proliferación del cyberbullying, que representa el acoso ejercido hacia una persona a través de medios y plataformas digitales, generalmente redes sociales, destaca la experta.

Así, puntualiza que uno de los mayores riesgos ante la falta de cuidados psicoemocionales es la normalización de la violencia en la sociedad.

Según la especialista adscrita al Sedif, las personas adultas que sufrieron acoso escolar en su niñez son responsables de buscar atención psicológica, pues hacerlo evitará mayores daños individuales y colectivos.

“Hay mucha ignorancia (...) y pareciera que en el mundo completo se normaliza la violencia. [Parece] normal que un señor le pegue a su esposa, que un hombre arregle los conflictos con trancazos e insultos”, agrega.


Se requiere atención

La profesora de la Upaep hace hincapié en que existen tratamientos para víctimas de bullying que llegaron a la etapa adulta sin haber solucionado los episodios de violencia cuando eran infantes.

Pese a ello, la especialista reconoce que en Puebla y México existe una brecha de accesibilidad para recibir atención psicológica de calidad, pues hoy en día persiste una cultura de descuido hacia la salud emocional, en la que regularmente se menosprecia a quien recibe este tipo de servicios.

Por otra parte, Martínez Hernández subraya que las terapias suelen ser costosas, lo que agudiza aún más las posibilidades de que una persona sane adecuadamente los traumas durante la adultez.

En ese sentido, la investigadora de la Upaep sostiene que el sistema educativo mexicano le ha fallado a la niñez y a la sociedad en implementar acciones para prevenir y atender el bullying. Esta omisión, insiste la experta, ha causado la muerte de cientos de estudiantes en el país, pero, sobre todo, ha sido un eslabón importante en la generación de violencia.

“Hay tratamientos terapéuticos que se pueden seguir, pero son a largo plazo, no son inmediatos, requieren de un buen profesional, de paciencia y también de una inversión económica, porque conlleva el pago de una psicoterapia, pero sí es posible. Se necesita enfrentar la situación que estoy viviendo, a ver qué estoy pasando, o que esto no es normal y que padecía acoso en la infancia y necesito curar esas heridas del infante”, precisa.


Y añade: “Es un problema de salud pública, nuestro gobierno y nuestro sistema de salud no cuentan con asistencia psicológica de calidad (...) Vas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y no hay atención psicológica, no la hay de calidad y no la hay para todos. Y a nivel privado, como bien debe ser, una consulta psicológica no está al alcance de cualquier persona porque los costos son elevados, porque son profesionales los que se están atendiendo”.

Además, Martínez Hernández precisa que ya existen metodologías probadas para mantener un entorno escolar seguro y así evitar que las secuelas del acoso escolar lleguen a la etapa adulta de las víctimas.

Una de ellas es la denominada Ruler, creada por la Universidad de Yale, y que consiste en la validación y regulación de emociones en el ambiente académico. Otra es KIVA, que, según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), pretende instaurar mecanismos y actividades para prevenir el bullying en todos los aspectos escolares, desde personal administrativo, operativo y docente, hasta víctimas y victimarios.

Pese a ello, la catedrática de la Upaep destaca que ninguna de estas técnicas está incluida en los planes de enseñanza de las instituciones de educación pública en el país, tampoco en muchas escuelas particulares. Esta situación pone en desventaja a las infancias y agudiza las posibilidades de que una persona que sufrió acoso escolar normalice la violencia toda su vida.

“Es un sistema educativo muy deficiente que no ha sabido atacar de raíz un problema educativo como el acoso. Las escuelas no tienen un plan de acción real. La SEP no ha establecido una metodología clara para atacar de raíz, como escuela y como comunidad escolar, el bullying”, insiste.

Para finalizar, Quintana Soto refiere que la dependencia estatal se ha enfocado en los últimos años en brindar atención psicológica de calidad a bajo costo a la sociedad. En ese sentido, explica que una persona que identifique conductas relacionadas al bullying que sufrió en el pasado, así como otro tipo de trastornos emocionales, puede buscar ayuda en las oficinas del Sedif.

Dichos servicios se ofrecen en el Departamento de Salud Mental, mismo que se encuentra ubicado en la avenida 25 Poniente número 2302, colonia Los Volcanes, en la ciudad de Puebla. Los tratamientos tienen un costo general de 65 pesos, sin embargo, dependiendo del nivel socioeconómico de una persona, esta cifra puede ser menor.

Para agendar una cita con especialistas en Psicoterapia es necesario acudir a esa dirección con una identificación oficial de lunes a viernes, de 9 de la mañana a 6 de la tarde, esto con la finalidad de obtener una ficha que servirá para recibir la atención.


La desatención del bullying en la infancia tiene consecuencias graves para las víctimas cuando llegan a la etapa adulta. El impacto negativo en su bienestar suele desarrollar algunos trastornos emocionales como ansiedad y depresión, pero también puede provocar conductas agresivas y hasta suicidios. Esta problemática es ya una preocupación de salud pública en México que se agrava con la normalización de la violencia y la brecha de accesibilidad a servicios de salud emocional.

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De acuerdo con datos de la organización no gubernamental (ONG) internacional Bullying sin Fronteras, México se convirtió en el segundo país con más casos de bullying a nivel mundial, al reportar 280 mil casos de esta conducta entre 2023 y 2024.

Ivonne Martínez Hernández, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), señala que el bullying es un problema de salud pública con consecuencias fatales. Aunque muchos casos desatendidos se vuelven trastornos emocionales como ansiedad y depresión, en otros conduce al suicidio o la agresividad.


Al respecto, María del Pilar Quintana Soto, psicóloga del área de Atención a la Salud del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif), sostiene que la falta de tratamiento en casos de bullying se consolida como una de las principales causas de la normalización de la violencia en nuestra sociedad. La especialista explica que la desatención de estas conductas vulnera el desarrollo emocional de las infancias, entre otras secuelas.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) federal detalla en su portal de internet que el bullying o acoso escolar se refiere al comportamiento continuo de abuso físico o psicológico perpetrado por una persona, usualmente otros alumnos. Así, se busca intimidar y causar daño a la víctima regularmente a través de agresiones directas, manipulación e insultos.

Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) da a conocer a través de su gaceta semanal en mayo de 2023 que “estamos ante un problema fuerte que está en todos lados, que no es de ahora, y que debemos revertir. Para erradicarlo se necesita cambiar comportamientos, la forma como nos relacionamos con los otros”, esto con base en el análisis de Nelia Tello Peón, trabajadora social egresada de esa institución.


El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) señala que en México las principales manifestaciones de bullying son físicas, usualmente golpes, patadas o puñetazos.

Dicha organización global también destaca que el acoso escolar no solo se comete entre el alumnado, pues en ocasiones también los docentes o las propias autoridades académicas son quienes generan este tipo de violencias.

Repercusiones en adultos

En entrevista con El Sol de Puebla, Martínez Hernández advierte que “los riesgos del bullying, tanto en adultos como infantes, son mortales”. Para la especialista, este tipo de conductas dañinas, lejos de cesar, se han fortalecido con el uso de tecnologías de la información.

La académica de la Upaep sostiene que el acoso y la violencia escolar, ejercidas de forma física y emocional, generalmente durante la infancia, se convierten en una de las principales razones por las que una persona decide terminar con su vida de forma voluntaria.

Foto: EFE


Aunque el suicidio es la consecuencia más grave del bullying, la también investigadora afirma que cuando un niño no recibe terapias de emergencia, o bien no inicia un proceso psicológico especializado después de haber sufrido este tipo de violencia, las posibilidades de que se desarrollen trastornos emocionales en la etapa adulta aumentan.


“Los riesgos son mortales, el bullying (...) tiene consecuencias fatales. Esta situación está cobrando vidas, y actualmente tiene que desencadenar una alerta a nivel escolar y a nivel social. Si no cobra una vida, también tiene consecuencias o muchas secuelas psicológicas, pues la persona empieza a tener un impacto en su salud mental, se experimentan trastornos de depresión, experimentan ansiedad y baja autoestima”, explica.

Por su parte, Quintana Soto refiere que el bullying se convierte en una herramienta riesgosa que “va dejando muchas huellas que no se notan”. Explica que cuando las violencias no son físicas, sino más bien emocionales, las víctimas suelen cargar consigo las secuelas toda su vida.

“No se notan las huellas físicamente, sin embargo, en el alma, en el corazón y en la autoestima de los chiquitos va dejando una huella muy fuerte”, refiere.

La psicóloga del Sistema Estatal DIF detalla que un adulto que afrontó acoso escolar en su infancia suele sentirse infravalorado, síntoma de la baja autoestima que se genera desde la etapa en que se recibieron los ataques.

“Se dice que la depresión es estar triste, callado, ensimismado y aislado. Eso es lo que comúnmente sucede, sin embargo, también sabemos, desde el punto de vista de la Psicología, que la depresión también puede ser enojo, coraje y agresión”, explica.

Efectos psicoemocionales

De forma paralela, Martínez Hernández refiere que la desatención de este tipo de agresiones tiende a desencadenar múltiples afecciones físicas y psicológicas para las víctimas. Esto se debe a que una persona se ve obligada a somatizar la situación, lo que desencadena en enfermedades gastrointestinales, neurológicas, incluso la autoflagelación, entre otras.

Por si esto fuera poco, la catedrática de la Upaep indica que una víctima de bullying generalmente no sana apropiadamente dichos episodios, lo que eventualmente ocasiona problemas en la etapa adulta.

Algunos de estos obstáculos son, además de trastornos como ansiedad y depresión, presentar dificultades para establecer vínculos sociales saludables, vivir con desconfianza e inseguridad todo el tiempo, lo que regularmente conduce al aislamiento social.

Si bien esto constituye una amenaza para entablar amistades o relaciones afectivas, la exclusión social suele desencadenar dificultades para conseguir o mantener un empleo, entre otras necesidades.

“La víctima puede tener, en un futuro inmediato, dificultades en establecer relaciones saludables con sus compañeros, vivir con desconfianza, inseguridad permanente ante su valor frente a la sociedad y frente a otras personas que se involucra, no establecer relaciones duraderas ni vínculos duraderos de confianza, y lleva a una aislamiento social”, añade.

Normaliza la violencia

Martínez Hernández advierte que las personas adultas que no recibieron atención psicoemocional después de haber sido víctimas de bullying tienen mayores probabilidades de convertirse en individuos violentos.


Con el objetivo de obtener venganza, dice la investigadora, un adulto que sufrió violencia y acoso escolar generalmente pretende buscar justicia personal agrediendo a otros.

En ese sentido, la catedrática destaca que en años recientes ha sido más recurrente conocer casos de personas adultas que fueron víctimas de bullying en su niñez y que en la actualidad ejercen violencia física o emocional contra otras personas, o bien contra ellas mismas.

“Es una cadena de secuelas, la persona vive un proceso de inadaptación social, que se va desarrollando a lo largo de toda su vida. Una persona adulta puede volverse acosador porque fue acosado permanentemente. Esto desencadena en una agresión social en venganza, a esto se le llama Venganza de los Nadie, porque esta persona fue ninguneada, maltratada y humillada en su infancia o adolescencia, y en la edad adulta, cuando tiene poder físico o económico, se vuelve una persona agresiva”, afirma la investigadora de la Upaep.

Al respecto, Quintana Soto señala que la desatención de estos casos durante la infancia es un error que deriva en múltiples consecuencias, una de ellas es el desarrollo de una personalidad agresiva y hostil.

“Si esto no se previene, por lo regular lo que sucede es que la víctima se convierte en agresor. Eso es lo más fuerte y lo más difícil de esta situación y de este evento social, porque tiene una trascendencia social impresionante que no se toma en cuenta”, indica.

En la actualidad dichos estragos se han exacerbado con la proliferación del cyberbullying, que representa el acoso ejercido hacia una persona a través de medios y plataformas digitales, generalmente redes sociales, destaca la experta.

Así, puntualiza que uno de los mayores riesgos ante la falta de cuidados psicoemocionales es la normalización de la violencia en la sociedad.

Según la especialista adscrita al Sedif, las personas adultas que sufrieron acoso escolar en su niñez son responsables de buscar atención psicológica, pues hacerlo evitará mayores daños individuales y colectivos.

“Hay mucha ignorancia (...) y pareciera que en el mundo completo se normaliza la violencia. [Parece] normal que un señor le pegue a su esposa, que un hombre arregle los conflictos con trancazos e insultos”, agrega.


Se requiere atención

La profesora de la Upaep hace hincapié en que existen tratamientos para víctimas de bullying que llegaron a la etapa adulta sin haber solucionado los episodios de violencia cuando eran infantes.

Pese a ello, la especialista reconoce que en Puebla y México existe una brecha de accesibilidad para recibir atención psicológica de calidad, pues hoy en día persiste una cultura de descuido hacia la salud emocional, en la que regularmente se menosprecia a quien recibe este tipo de servicios.

Por otra parte, Martínez Hernández subraya que las terapias suelen ser costosas, lo que agudiza aún más las posibilidades de que una persona sane adecuadamente los traumas durante la adultez.

En ese sentido, la investigadora de la Upaep sostiene que el sistema educativo mexicano le ha fallado a la niñez y a la sociedad en implementar acciones para prevenir y atender el bullying. Esta omisión, insiste la experta, ha causado la muerte de cientos de estudiantes en el país, pero, sobre todo, ha sido un eslabón importante en la generación de violencia.

“Hay tratamientos terapéuticos que se pueden seguir, pero son a largo plazo, no son inmediatos, requieren de un buen profesional, de paciencia y también de una inversión económica, porque conlleva el pago de una psicoterapia, pero sí es posible. Se necesita enfrentar la situación que estoy viviendo, a ver qué estoy pasando, o que esto no es normal y que padecía acoso en la infancia y necesito curar esas heridas del infante”, precisa.


Y añade: “Es un problema de salud pública, nuestro gobierno y nuestro sistema de salud no cuentan con asistencia psicológica de calidad (...) Vas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y no hay atención psicológica, no la hay de calidad y no la hay para todos. Y a nivel privado, como bien debe ser, una consulta psicológica no está al alcance de cualquier persona porque los costos son elevados, porque son profesionales los que se están atendiendo”.

Además, Martínez Hernández precisa que ya existen metodologías probadas para mantener un entorno escolar seguro y así evitar que las secuelas del acoso escolar lleguen a la etapa adulta de las víctimas.

Una de ellas es la denominada Ruler, creada por la Universidad de Yale, y que consiste en la validación y regulación de emociones en el ambiente académico. Otra es KIVA, que, según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), pretende instaurar mecanismos y actividades para prevenir el bullying en todos los aspectos escolares, desde personal administrativo, operativo y docente, hasta víctimas y victimarios.

Pese a ello, la catedrática de la Upaep destaca que ninguna de estas técnicas está incluida en los planes de enseñanza de las instituciones de educación pública en el país, tampoco en muchas escuelas particulares. Esta situación pone en desventaja a las infancias y agudiza las posibilidades de que una persona que sufrió acoso escolar normalice la violencia toda su vida.

“Es un sistema educativo muy deficiente que no ha sabido atacar de raíz un problema educativo como el acoso. Las escuelas no tienen un plan de acción real. La SEP no ha establecido una metodología clara para atacar de raíz, como escuela y como comunidad escolar, el bullying”, insiste.

Para finalizar, Quintana Soto refiere que la dependencia estatal se ha enfocado en los últimos años en brindar atención psicológica de calidad a bajo costo a la sociedad. En ese sentido, explica que una persona que identifique conductas relacionadas al bullying que sufrió en el pasado, así como otro tipo de trastornos emocionales, puede buscar ayuda en las oficinas del Sedif.

Dichos servicios se ofrecen en el Departamento de Salud Mental, mismo que se encuentra ubicado en la avenida 25 Poniente número 2302, colonia Los Volcanes, en la ciudad de Puebla. Los tratamientos tienen un costo general de 65 pesos, sin embargo, dependiendo del nivel socioeconómico de una persona, esta cifra puede ser menor.

Para agendar una cita con especialistas en Psicoterapia es necesario acudir a esa dirección con una identificación oficial de lunes a viernes, de 9 de la mañana a 6 de la tarde, esto con la finalidad de obtener una ficha que servirá para recibir la atención.


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