Cerillitos sufren discriminación y rechazo después de pandemia

Regresar a trabajar ya era necesario, fue entonces que se percataron que las personas no permitían que empacaran sus productos

Martha Cuaya | El Sol de Puebla 

  · lunes 15 de agosto de 2022

Los empacadores se dicen responsables para prevenir contagios. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

La pandemia de coronavirus no solo trajo consigo el cierre de fuentes de empleo, sino también complicaciones para los empacadores de la tercera edad, ya que ante el regreso de actividades la gente ha optado por no permitir que toquen sus bolsas.

En entrevista con El Sol de Puebla Sofía González de 72 años de edad y quien se dedica a ser empacadora en un supermercado relató que el virus SARS-Cov-2 vino a quitarles a muchos adultos mayores su única fuente de ingresos, pues se confinaron por ser un grupo vulnerable y se sumó que al retorno de las actividades no se les permitió que tocaran las bolsas.

Regreso como “cerillitos” no trae las mismas ganancias

Si bien regresar a trabajar como “cerillitos” era muy necesario, al regreso a los supermercados se percataron que las personas no permitían que empacaran sus productos, ya que por miedo al Covid dejaron de ocupar sus servicios.

Esta situación es la que ocasionó que las ganancias no fueran las mismas y mermó sus ingresos económicos.

Los usuarios aplaudieron su fortaleza y le pidieron consejos para alcanzar ese objetivo. Foto: Pixabay

“Hay muchas personas que no quieren que les empáquemos, a mí me tocó que la gente me dice que no empaque porque tengo las manos sucias, que no agarre la mercancía”, dijo.

Por otra parte, Rubén Sánchez y Oscar Dolores de 62 y 67 años respectivamente comentaron que los supermercados en donde ayudan a empacar las cosas son cuidadosos con las medidas de higiene, pues ellos se sanitizan y lavan correctamente sus manos tras cada servicio, no obstante, aun con eso la gente sigue temerosa.

Piden "cerillitos" una oportunidad para garnerse su sustento

Aunque refieren que la gente no es grosera, sí piden que les den la oportunidad de poder ganarse una propina, pues en algunos casos todavía son el único sustento para su familia, pues cuidan de sus nietos, o parejas que son discapacitados.

“Traemos nuestro gel, traemos nuestro sanitizante, sí nos cuidamos y somos limpios, pero a veces no nos dejan empacar, como que todavía les da miedo que por medio de las bolsas vayamos a contagiarlos de Covid.

Ninguno de nosotros viene a trabajar si es que se siente mal, somos responsables de prevenir contagios”, aseguraron.

De igual manera Carmen Ortega pidió a la gente que sea más comprensiva, ya que no tienen un salario fijo, pues ganan de entre 150 pesos o 250 pesos diarios y no todos trabajan la semana completa, pues van rolando turnos.

Envejecer no depende de nosotros, de eso se encarga la naturaleza, lo que sí podemos hacer es transformar la manera en que envejecemos. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla