Las nuevas generaciones de la UPAEP nunca vieron a Mara Castilla en los pasillos de la Universidad, nunca compartieron una clase o una hora libre con ella, pero saben quién es y cada 8 de septiembre conmemoran su aniversario luctuoso porque Mara se ha convertido en un símbolo para exigir justicia por todas las mujeres violentadas en Puebla.
Fue este 8 de septiembre cuando la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) realizó una celebración eucarística en memoria de Mara, al encuentro acudieron alumnos, maestros y vecinos del Barrio de Santiago. Todos se unieron por un fin: recordar la vida de la estudiante que soñó en algún momento en convertirse en diputada, para hacer de México un mundo mejor.
En 2016, Mara dejó la ciudad de Xalapa, Veracruz para estudiar Ciencias Políticas en la UPAEP y todo iba bien, llevaba buenas calificaciones, tenía muchos amigos, pero la madrugada del 8 de septiembre del 2017 tomó una unidad de los taxis ejecutivos Cabify para llegar a su casa y nunca llegó.
Para el 15 de septiembre de ese año, el ex gobernador de Puebla, Antonio Gali Fayad, confirmó la muerte y anunció que investigarían a las empresas que prestaban servicio por aplicaciones, pues el presunto feminicida y hoy en día culpable sin sentencia, es Ricardo N, el conductor de la plataforma.
Desde ese entonces pasaron muchos incidentes, por ejemplo, el 18 de septiembre las universidades poblanas se unieron para exigir un alto a la violencia feminicida y su estandarte fue Mara. Todo apuntaba a que se sería un movimiento social grande, pero lamentablemente se registró el 19 de septiembre un temblor que cambió el rumbo del país y puntualmente de Puebla.
Cinco años después, en el quinto aniversario luctuoso, Ricardo N no tiene sentencia y el Ministerio Público está solicitando un castigo mayor en contra del presunto feminicida. Parecería que conforme han pasado los años el caso quedaría en el olvido, pero no es así, Mara sigue presente, principalmente en los pasillos de la UPAEP.
En la misa que se celebró este 8 de septiembre acudieron maestros y actuales alumnos, muchos de ellos nunca la conocieron, pero saben de su historia y la consideran alguien cercana por ser parte de la comunidad estudiantil. En la capilla de Upaep se colocó una fotografía de Mara y colocaron flores rosas, así como blancas en su honor.
El Sol de Puebla puedo conversar con Claudia Ramón Pérez, profesora de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de Upaep, quien la conoció porque Mara era becaria. “Era una niña que tenía beca, una niña que tenía méritos académicos y trabajó con varios compañeros. Una niña disciplinada, una niña académicamente buena y muy apreciada por sus compañeros”, comentó.
Ramón Pérez aceptó que la comunidad Upaep la recuerda con mucho afecto, pues fue una alumna que trascendió. Además, cree que su feminicidio fue un parteaguas por el cómo se dio y porque hizo que los jóvenes levantaran la voz para exigir justicia. “Su movimiento fue encabezado por los propios jóvenes y esto nos dejó muchas enseñanzas, nos mostraron que los jueves buscan mejorar las condiciones de vida”, agregó.
Sin embargo, también lamentó que a pesar de la muerte de Mara y todo lo que conllevó su feminicidio se sigan registrando hechos de este tipo y que las autoridades no hayan tomado cartas en el asunto para frenar la violencia feminicida.
“Es un grave problema, en Puebla hay alerta de género y se está pidiendo una doble alerta, esto nos da cuenta que no ha existido una respuesta eficiente a esas demandas y que no basta con designar presupuesto, sino que debe de haber una capacitación permanente (…) las autoridades deben de garantizar seguridad para todos, pero principalmente de las mujeres que son las más vulneradas”, concluyó.
