/ lunes 2 de marzo de 2020

Desde robos con pistola hasta secuestros, el calvario de ser estudiante en Puebla

Estos son algunos testimonios de quienes se han encontrado con la delincuencia cara a cara

Una pistola en la cabeza, el arma sobre pecho, una navaja por la espalda y hasta secuestros exprés, son algunos de los aterradores hechos que han sobrevivido universitarios en manos de los delincuentes.

La cartera, el celular, la computadora, el iPad, la mochila y en ocasiones hasta un automóvil, son los artículos de los que han sido despojado violentamente.

Los testimonios son de jóvenes que se han unido a las movilizaciones convocadas por sus universidades y en la que exigen al gobierno estatal, encabezada por Miguel Barbosa, mayor seguridad.

“ME APUNTARON PARA ROBARME MI AUTO”

Michel N, alumna de terapia física en la Universidad Politécnica de Amozoc (UPAM), narró como una banda de criminales apuntaron con una pistola para robarlo su auto el año pasado. La tragedia no terminó ahí, ya como usuaria del transporte público, tres sujetos armados la asaltaron en la ruta 86.

“Vi que venían atrás de mí, entonces dice: seguro quieren echar carreritas. Yo aceleré para ganarles, pero en un tope me frené, ellos me pasaron y cuando se bajaron unos tipos me paralicé y pensé que me iban a secuestrar. El chavo me dijo: ‘Párate hija de la chingada’ con un arma y por el temor ya no pude recoger nada. Como pude me bajé y caminé para pedir ayuda. Luego, vino la temporada de los asaltos en la ruta 86. Un día, en un robo, tres hombres armados también me robaron mis pertenencias”.

“NO IBA A VOLVER A VER A MIS PAPÁS”

Itzayana N., estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), reveló que el día 27 de febrero estuvo a punto de ser secuestrada, a unas calles de la institución.

Los hechos se dieron después del mediodía del pasado jueves, luego de que al salir de sus clases se dirigiera por su auto al estacionamiento (en dirección de la 15 Poniente y 23 Sur), cuando dos mujeres y un joven intentaron subirla a una camioneta negra polarizada. No obstante, la chica forcejeó con los delincuentes y corrió a un estacionamiento para salvar su vida.

La joven recriminó que el gobierno de Luis Miguel Barbosa no cumpliera su compromiso de aumentar la vigilancia con más patrullajes, pues la atención la recibió 40 minutos.

“Está increíble la inseguridad. Ayer me sucedió algo muy impactante saber que me querían subir (a la camioneta) y no iba a volver a ver a mis papás. La policía estatal llegó muy prepotente. ¿Cómo quieren que después de sufrir un incidente, que prácticamente le des las placas del carro, cuando lo que haces es correr y salvar tu vida?”.

“ME ENCAÑONARON PARA QUITARME UN CELULAR”

En la 19 Sur, en las inmediaciones Instituto de Estudios Universitarios (IEU), Edgar N, alumno de Contaduría, reveló que fue víctima de un secuestro exprés y que sujetos armados lo sometieron a punto de pistola para robarle sus pertenencias.

“Unos tipos que iban en un auto se bajaron, me encañonaron y me subieron, literal, para quitarme mis pertenencias, mi celular, me golpearon y me bajaron sin nada. En ese momento sentí mucho miedo y luego impotencia”.

LOS SEGUNDOS MÁS LARGOS DE MI VIDA

Oscar Sánchez, de Ingeniería Mecatrónica de la UTP, recuerda que los segundos “más largos de su vida” fueron cuando dos sujetos se le pararon de frente para someterlo con una navaja, a la altura de las costillas, para robarle sus cosas.

“Las entregué y le conté a mis papás, pero me dijeron que una vida no se puede regresar, pero yo también digo que, en lo material, cuesta mucho hacerse de nuestras cosas”, comentó.

“A MI COMPAÑERA LE DEJARON EL OJO MORADO”

Cristóbal, de Ingeniera de Energías de la UTP, dijo que en la ruta 100 unos carteristas le quitaron su celular, pero que a una de sus compañeras la golpearon y le dejaron un ojo morado por la golpiza que le propinaron.

“No tiene mucho que a mi compañera la asaltaron y hasta le dejaron su ojo morado, enfrente de la gente, no la defendieron. Los policías no hacen nada, solo andan buscando dinero con los automovilistas”, refirió.

Asimismo, una joven de esta misma institución –que prefirió dar su testimonio anónimo– comentó que a uno de sus amigos le quitaron su bicicleta: “la seguridad de la escuela no hace nada, y luego si pides ayuda no te auxilian”.


Una pistola en la cabeza, el arma sobre pecho, una navaja por la espalda y hasta secuestros exprés, son algunos de los aterradores hechos que han sobrevivido universitarios en manos de los delincuentes.

La cartera, el celular, la computadora, el iPad, la mochila y en ocasiones hasta un automóvil, son los artículos de los que han sido despojado violentamente.

Los testimonios son de jóvenes que se han unido a las movilizaciones convocadas por sus universidades y en la que exigen al gobierno estatal, encabezada por Miguel Barbosa, mayor seguridad.

“ME APUNTARON PARA ROBARME MI AUTO”

Michel N, alumna de terapia física en la Universidad Politécnica de Amozoc (UPAM), narró como una banda de criminales apuntaron con una pistola para robarlo su auto el año pasado. La tragedia no terminó ahí, ya como usuaria del transporte público, tres sujetos armados la asaltaron en la ruta 86.

“Vi que venían atrás de mí, entonces dice: seguro quieren echar carreritas. Yo aceleré para ganarles, pero en un tope me frené, ellos me pasaron y cuando se bajaron unos tipos me paralicé y pensé que me iban a secuestrar. El chavo me dijo: ‘Párate hija de la chingada’ con un arma y por el temor ya no pude recoger nada. Como pude me bajé y caminé para pedir ayuda. Luego, vino la temporada de los asaltos en la ruta 86. Un día, en un robo, tres hombres armados también me robaron mis pertenencias”.

“NO IBA A VOLVER A VER A MIS PAPÁS”

Itzayana N., estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), reveló que el día 27 de febrero estuvo a punto de ser secuestrada, a unas calles de la institución.

Los hechos se dieron después del mediodía del pasado jueves, luego de que al salir de sus clases se dirigiera por su auto al estacionamiento (en dirección de la 15 Poniente y 23 Sur), cuando dos mujeres y un joven intentaron subirla a una camioneta negra polarizada. No obstante, la chica forcejeó con los delincuentes y corrió a un estacionamiento para salvar su vida.

La joven recriminó que el gobierno de Luis Miguel Barbosa no cumpliera su compromiso de aumentar la vigilancia con más patrullajes, pues la atención la recibió 40 minutos.

“Está increíble la inseguridad. Ayer me sucedió algo muy impactante saber que me querían subir (a la camioneta) y no iba a volver a ver a mis papás. La policía estatal llegó muy prepotente. ¿Cómo quieren que después de sufrir un incidente, que prácticamente le des las placas del carro, cuando lo que haces es correr y salvar tu vida?”.

“ME ENCAÑONARON PARA QUITARME UN CELULAR”

En la 19 Sur, en las inmediaciones Instituto de Estudios Universitarios (IEU), Edgar N, alumno de Contaduría, reveló que fue víctima de un secuestro exprés y que sujetos armados lo sometieron a punto de pistola para robarle sus pertenencias.

“Unos tipos que iban en un auto se bajaron, me encañonaron y me subieron, literal, para quitarme mis pertenencias, mi celular, me golpearon y me bajaron sin nada. En ese momento sentí mucho miedo y luego impotencia”.

LOS SEGUNDOS MÁS LARGOS DE MI VIDA

Oscar Sánchez, de Ingeniería Mecatrónica de la UTP, recuerda que los segundos “más largos de su vida” fueron cuando dos sujetos se le pararon de frente para someterlo con una navaja, a la altura de las costillas, para robarle sus cosas.

“Las entregué y le conté a mis papás, pero me dijeron que una vida no se puede regresar, pero yo también digo que, en lo material, cuesta mucho hacerse de nuestras cosas”, comentó.

“A MI COMPAÑERA LE DEJARON EL OJO MORADO”

Cristóbal, de Ingeniera de Energías de la UTP, dijo que en la ruta 100 unos carteristas le quitaron su celular, pero que a una de sus compañeras la golpearon y le dejaron un ojo morado por la golpiza que le propinaron.

“No tiene mucho que a mi compañera la asaltaron y hasta le dejaron su ojo morado, enfrente de la gente, no la defendieron. Los policías no hacen nada, solo andan buscando dinero con los automovilistas”, refirió.

Asimismo, una joven de esta misma institución –que prefirió dar su testimonio anónimo– comentó que a uno de sus amigos le quitaron su bicicleta: “la seguridad de la escuela no hace nada, y luego si pides ayuda no te auxilian”.


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