Danaé Escamilla Olivares es una madre que confió en “la buena fe” de su ex pareja para que se llevara a su hijo de vacaciones a la playa, sin embargo, hoy en día se encuentra en una batalla legal por la custodia del menor. Lo que parecía ser un acuerdo amistoso, se convirtió en una “horrible pesadilla”, pues lleva dos años sin poder tener a su hijo a su lado.
La situación comenzó cuando esta mujer permitió que su ex pareja se llevara a su hijo. Sin embargo, el tiempo pasó y el hombre nunca regresó al menor. En lugar de eso, interpuso una demanda legal, buscando quitarle la custodia y exigiéndole a ella, el pago de una pensión alimenticia.
“Me casé muy enamorada, formé mi familia con mi esposo y mi hijo en nuestra casa en Querétaro. Cuando mi bebé tenía 2 años de nacido, mi ex esposo hizo su maleta y nos abandonó, ya tenía una amante y varias infidelidades que pasé por alto para no perder a mi familia. Al pasar los meses de su abandono yo no podía mantener a mi pequeño y busqué trabajo. Ese empleo, me dio la oportunidad de crecer profesionalmente y me mudé a la ciudad de Puebla”, relató.
Ya en Puebla, Danaé empezó a vivir con su madre y su hijo. Después de varios años, se enamoró nuevamente y tuvo otro hijo. Durante todo este tiempo, su ex pareja no se hizo responsable del menor, sólo lo visitaba cada año, a veces en vacaciones de verano. Toda esta situación, la mantuvo en secreto para que su hijo creciera con una buena imagen del padre.
“Mentía y mentía para que mi hijo creyera que su padre era un ejemplo. En el verano de 2022, me pidió que le prestara a mi hijo para llevarlo a la playa en Mazatlán. Le preparé su maleta y lo entregué a su padre. Al pasar los días, estuve buscándolo porque mi hijo fue elegido para la escolta y necesitaba que le tomáramos las medidas para su uniforme. Me lo negaba, no me respondía y después de tanto insistir, tomé un vuelo para Mazatlán. No sabía dónde vivían, me estaba volviendo loca de preocupación y no los encontré”, compartió.
Cuando regresó, levantó una denuncia en el estado de Puebla y le dijeron que no podían comenzar una Carpeta de Investigación porque él era el padre de su hijo. Nadie quiso escucharla, acudió al DIF, contrató abogados y finalmente (después de vender su coche) consiguió pagar un abogado que la ayudara a recuperar a su hijo.
“Al revisar el caso, me encuentro con que yo era la demandada. Mientras yo creía que estaban de vacaciones, el padre de mi hijo me demandó solicitando la custodia de mi hijo y pensión alimenticia. Mis abogados actuaron para reintegrar a mi hijo conmigo. La juez de Querétaro actuó de inmediato y con peritos y policía estuvimos varios días buscando a mi hijo. Posterior a no encontrarlo, recibí que el padre de mi hijo se había amparado ante un juez federal para detener la entrega de mi hijo”, agregó.
Para Danaé, solo una madre que ha vivido el dolor de que le “roben” a un hijo, puede comprender lo que vive desde ese el 2022. Ha dormido en las terminales de autobús, ha caminado kilómetros por no tener dinero para moverse y ya van para 2 años que no ha podido recuperar a su infancia.
Hoy pide apoyo, tanto de las autoridades poblanas como de Querétaro para que pueda recuperarlo. Actualmente, está siendo acuerpada por la colectiva Madres Viviendo Violencia Vicaria.
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“Lo que más me duele, es que cada día qué pasa, mi hijo me quiere menos. Le han lavado el cerebro y lastimado su corazón que mi hijo no ha pedido regresar conmigo, con su hermano. Más allá de las leyes, he comprendido que solo Dios podrá regresarme algún día a mi hijo. Mientras tanto, rezo todos los días porque lo cuide y proteja lejos de su propia madre. Suplico que mi historia sea contada para evitar que otra madre sufra la muerte en vida que es te roben a tu hijo”, puntualizó.