La escasez de agua en el norte y sur de la capital poblana podría agravarse en tan solo cinco años si no se contiene el crecimiento de la mancha urbana hacia esas zonas, en donde actualmente el 50 por ciento de las viviendas de áreas catalogadas como rurales no tienen acceso al líquido, alertó el titular del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), Daniel Tapia Quintana, al presentar ante regidores la situación hídrica de la capital, como parte de los trabajos para actualizar el Programa de Desarrollo Urbano.
El diagnostico presentado por el titular del IMPLAN, durante la sesión de los integrantes de la Comisión de Desarrollo Urbano, Gestión y Medio Ambiente, indica que en las últimas dos décadas se ha perdido el 46 por ciento del agua que se tenía disponible en el acuífero del Valle de Puebla, que aporta la totalidad de la consumida por los capitalinos, además de que existe un decreto de veda que impide realizar nuevas extracciones del mismo.
Agregó que hay un deterioro en las zonas de recarga, que son los bosques de La Malinche, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, principalmente por problemas de tala, lo que ha agravado el problema de suministro en las zonas limítrofes con Huejotzingo, Cuautlancingo, Coronango, San Andrés y San Pedro Cholula, convirtiendo el problema en un asunto metropolitano.
A lo anterior, expuso, se suma el hecho de que existe un alto grado de contaminación, provocado por la actividad industrial y las descargas domiciliarias de los municipios de la zona metropolitana, en los ríos Atoyac, Alseseca, San Francisco y en la Presa de Valsequillo, que son cuatro de los cinco cuerpos de agua que integran la cuenca del Alto Atoyac.
“Hay un sector económico que también está generando una gran presión al tema del agua y es el sector primario, específicamente el tema de la agricultura, en donde también tenemos que tener un énfasis y una serie de estrategias que no le corresponden específicamente al ámbito municipal, sino al ámbito estatal, para tratar de generar políticas públicas que mermen este fenómeno, esta dinámica tan preocupante”, acotó.
Tapia indicó que de acuerdo con información del Soapap, la mayor cantidad de pozos de agua en la capital poblana se ubican en las colonias Amalucan y Guadalupe Hidalgo, que son de las que concentran mayor cantidad de población; no obstante, al suroriente, en las juntas auxiliares de Santo Tomas Chautla y Totimehuacán, hay menos pozos y pese a ello sigue creciendo la mancha urbana.
Remarcó que la perforación de nuevos pozos no es la solución para los problemas hídricos, ya que existe una veda para ello, así que se deben implementar estrategias para el mejor aprovechamiento del agua en las que participe el sector empresarial, organizaciones civiles y expertos.
Para atender los problemas hídricos, Daniel Tapia presentó 12 líneas de acción que serán incluidas en el Programa de Desarrollo Urbano del Municipio de Puebla, que no se ha actualizado desde el 2006, entre las que destaca la conformación de nuevas áreas naturales protegidas de jurisdicción municipal, así como la elaboración y operación de planes de manejo de las mismas, aunque no especificó cuáles zonas serían susceptibles de ser catalogadas como tal.
También se propone desincentivar el crecimiento urbano en zonas de importancia ambiental, conformar una red de áreas verdes urbanas, desarrollar proyectos de saneamiento y restauración del sistema municipal de barrancas, actualizar la política local en materia de cambio climático y desarrollar proyectos de arborización urbana en corredores y espacios públicos.
Finalmente, se sugiere implementar estrategias para el uso eficiente del agua, así como de tipo interinstitucional para el saneamiento de los cuerpos acuíferos municipales, eficientar la aplicación de la normatividad ambiental municipal, desarrollar proyectos de restauración ecológica en las zonas de recarga del acuífero del Valle de Puebla e instrumentar una estrategia de infraestructura verde y azul en la ciudad.
