Vendedores de flor de cempasúchil y flor morada o terciopelo se ven obligados a rematar su producto para no regresar a sus comunidades con la producción, pues el cierre de panteones ha provocado que la gente compre lo mínimo indispensable de esta flor para adornar sus ofrendas en casa.
Con camionetas cargas de cempasúchil, crisantemos, nube y “moco de pavo” llegaron muy de madrugada a la Central de Abasto decenas de productores con la esperanza de vender como pan caliente la flor, sin embargo, el resultado fue desolador. A las 10 de la mañana, solo habían comercializados un 30 por ciento de su producto, cuando en otros años a esa hora ya iba muy avanzados.
Aunque la asistencia de compradores a la Central de Abasto fue más nutrida, los mismo que en otros mercados como el Hidalgo y Zapata, la realidad es que los poblanos compraron pequeños manojos de flor.
Los vendedores de flor están preocupados porque hicieron pedidos, se los entregaron y ahora tienen que pagar al productor, pero todo apunta a que la mayoría se les quedará, lo que significa pérdidas económicas en medio de la dura crisis económica que ya vive.
MERCADO HIDALGO
Comerciantes de flor de muerto, dulces de chocolate, hojaldras y de incienso reportan pérdidas económicas hasta de un 50 por ciento en comparación con el año pasado, donde tenían ingresos diarios de hasta dos mil 500 pesos.
La pandemia, el cierre de panteones y las clases a distancia son las principales causas que están provocando bajas ventas en una temporada alta donde esperaban recuperar un poco de la inversión que realizaron para la adquisición de sus productos.
Aldair Hernández es un joven que comercializa macetas de flor de cempasúchil en el Mercado Hidalgo y se encuentra preocupado pues aún debe más de 20 mil pesos a sus proveedores.
“Hace un año vendía hasta cinco mil pesos diarios y en estas fechas ya había acabado mi mercancía pero ahorita no he vendido ni una cuarta parte. (…) He generado en un día bueno dos mil pesos pero tengo que estar desde las cinco de la mañana hasta las 10 de la noche”, comentó.
Así como él, Armando Hernández Aponte no imaginó que las ventas estuvieran tan bajas, por lo que se adelantó a comprar 15 mil pesos de dulce y tres mil de flor de terciopelo.
“Yo inicio a vender del 20 de octubre al 2 de noviembre y pedí fiado a mi proveedor, pero no he juntado ni la mitad de la deuda. (…) Tan solo en el 2019 vendía hasta dos mil 500 pesos al día pero ahora ni la mitad. (…) Tengo miedo de no juntar lo necesario para liquidar mi pedido”, agregó.
Por su parte, Lourdes Hernández está inconforme por el cierre de los camposantos pues refiere que hay lugares donde ingresa más gente y se encuentran abiertos desde hace varias semanas.
“Las plazas comerciales están llenas de personas y el gobierno no dice nada, pero con nosotros se ponen más estrictos. (…) El Día de Muertos era nuestro fuerte y mientras otros sectores ya se encuentran habilitados, nosotros estamos tratando de sobrevivir para llevar algo a la casa”, señaló.
Así como ellos, quienes también la están pasando muy mal son Erick, Jazmín Cuautle, Silvina Juárez y Ana Karen Flores, quienes han notado una disminución del 50 por ciento en sus ventas de hojaldra y copal.
MERCADO ZAPATA
En el Mercado Zapata, los comerciantes están pasando por una situación más complicada pues anuncian pérdidas económicas de hasta un 80 por ciento.
Durante un recorrido por el lugar se encontraba el puesto de Alejandro Badillo, quien tenía lleno de flor su pequeño local pues asegura que no había vendido ni 300 pesos de los dos mil que generaba en 2019.
“La pandemia nos perjudicó y más a nosotros como revendedores. (…) Si hubieran abierto los panteones las ventas estarían mejor que el año pasado”, comentó.
Don Alejandro tuvo que cancelar más de la mitad del pedido que había encargado debido a las bajas ventas, pero aun así le tuvieron que cobrar el 50 por ciento del costo de la flor. Y mientras, Gregorio Velázquez dice que se instaló desde las 6 de la mañana y hasta las 10 de la noche para poder ganar algo.
“Vengo desde Cholula y salgo muy temprano para que pueda juntar aunque sea para un poquito de comida. (…) Voy al día porque no alcanza para más”, agregó.
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Gregorio dio a conocer que elevó el precio de su flor de 30 a 60 pesos para que pueda liquidar la deuda de más de 10 mil pesos que tiene con sus proveedores.
