/ domingo 26 de mayo de 2019

Cosas entre verdades; o, tira la piedra y esconde la mano

“La mejor manera de vivir con honor en este mundo es ser lo que aparentamos.”

Sócrates

El asunto de los pagos a periodistas “apoyados” por el gobierno de Enrique Peña Nieto, nos deja con un dejo de malestar si bien nada es nuevo.

Tampoco nos sorprende porque es bastante regular -incluso normal- que los gobiernos (federal, estatales, municipales) divulguen y promocionen los logros de la administración de turno.

Ahora, ¿por qué cobran las empresas mediáticas por difundir las ejecuciones de los gobiernos? Porque no son hermanitas de la caridad. Son empresas que pagan impuestos y personal, gastos operativos, etc. Por lo tanto, son empresa privadas y cobran.

Por ser medios privados tienen el derecho de publicar, promocionar o difundir lo que para ellos es de interés táctico-estratégico, cuyo fin es generar utilidades, y que utilizan como materia prima la información.

¿Por qué a los gobiernos les interesa publicar sus acciones? Básicamente por dos razones. La primera porque muchas de las acciones van encaminadas a que los usuarios sepan qué hacer, cómo utilizar, y cómo beneficiarse de las obras y servicios que prestan los gobiernos.

Mucha gente no sabe cómo utilizar equis servicio público y el gobierno requiere informarlo para que tenga sentido la inversión. También sucede que hay gente no sabe dónde queda una infraestructura, por ejemplo, en Puebla, el CIS (Centro Integral de Servicios), etc. Entonces las empresas que difunden esa información cobran por ello mediante un contrato.

El otro asunto, por el que el gobierno de turno promociona, informa y publicita lo que hace, es porque siendo legal, utiliza el mecanismo para posicionarse o posicionar a los políticos y partidos en el poder, cuyo fin es recordarles a los electores que “han dado resultado en la cosa pública”, para que al momento de elecciones sean una opción para mantener el poder formal.

En otras palabras, el gobierno paga la publicidad para sembrar en un esquema pragmático (te doy beneficios para que me des tu voto), es “un favor” que será cobrado utilizando la persuasión institucional a través de los medios para lograr su objetivo político. Sin embargo, no todo esto que parece “sano” tienen un propósito moral.

Molesta cuando hay personajes llamados comunicadores o periodistas que por informar cobran al gobierno siendo que ya el medio equis, de cierto modo, cumple un servicio social que es informar, e informa porque tiene periodistas contratados porque tiene los recursos para pagarles, y paga porque hace contratos con otras empresas que publicitan sus productos y/o servicios como también lo hace el gobierno.

En otras palabras, no debiera pagarse a los periodistas y además a las empresas. El asunto es que están de por medio los llamados chayotes. Bien por “agradecimiento o apoyo” al periodista, por ser adepto a la administración de paso (político o partido), bien por “asesoría”, incluso por coacción.

Al parecer, salta cierta mugre de la lista recién divulgada por Reforma, a raíz de que el Instituto de Transparencia le entregó la información, que, a su vez, fue entregada por el gobierno federal (dicho por el propio presidente), y que fue porque la solicitaron unos ciudadanos, no por otra razón.

Esto me recuerda que los proyectos promocionados por el gobierno como buenos, son porque la sociedad así lo ha querido; porque en las “consultas populares” es lo que decide la gente. Que no hay imposición centralista, que no hay mala intención, que todo es en el nombre del bien social y en nombre de la verdad.

No cabe dudas, en esto de la transparencia la Cuarta se las sabe todas.

*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf

“La mejor manera de vivir con honor en este mundo es ser lo que aparentamos.”

Sócrates

El asunto de los pagos a periodistas “apoyados” por el gobierno de Enrique Peña Nieto, nos deja con un dejo de malestar si bien nada es nuevo.

Tampoco nos sorprende porque es bastante regular -incluso normal- que los gobiernos (federal, estatales, municipales) divulguen y promocionen los logros de la administración de turno.

Ahora, ¿por qué cobran las empresas mediáticas por difundir las ejecuciones de los gobiernos? Porque no son hermanitas de la caridad. Son empresas que pagan impuestos y personal, gastos operativos, etc. Por lo tanto, son empresa privadas y cobran.

Por ser medios privados tienen el derecho de publicar, promocionar o difundir lo que para ellos es de interés táctico-estratégico, cuyo fin es generar utilidades, y que utilizan como materia prima la información.

¿Por qué a los gobiernos les interesa publicar sus acciones? Básicamente por dos razones. La primera porque muchas de las acciones van encaminadas a que los usuarios sepan qué hacer, cómo utilizar, y cómo beneficiarse de las obras y servicios que prestan los gobiernos.

Mucha gente no sabe cómo utilizar equis servicio público y el gobierno requiere informarlo para que tenga sentido la inversión. También sucede que hay gente no sabe dónde queda una infraestructura, por ejemplo, en Puebla, el CIS (Centro Integral de Servicios), etc. Entonces las empresas que difunden esa información cobran por ello mediante un contrato.

El otro asunto, por el que el gobierno de turno promociona, informa y publicita lo que hace, es porque siendo legal, utiliza el mecanismo para posicionarse o posicionar a los políticos y partidos en el poder, cuyo fin es recordarles a los electores que “han dado resultado en la cosa pública”, para que al momento de elecciones sean una opción para mantener el poder formal.

En otras palabras, el gobierno paga la publicidad para sembrar en un esquema pragmático (te doy beneficios para que me des tu voto), es “un favor” que será cobrado utilizando la persuasión institucional a través de los medios para lograr su objetivo político. Sin embargo, no todo esto que parece “sano” tienen un propósito moral.

Molesta cuando hay personajes llamados comunicadores o periodistas que por informar cobran al gobierno siendo que ya el medio equis, de cierto modo, cumple un servicio social que es informar, e informa porque tiene periodistas contratados porque tiene los recursos para pagarles, y paga porque hace contratos con otras empresas que publicitan sus productos y/o servicios como también lo hace el gobierno.

En otras palabras, no debiera pagarse a los periodistas y además a las empresas. El asunto es que están de por medio los llamados chayotes. Bien por “agradecimiento o apoyo” al periodista, por ser adepto a la administración de paso (político o partido), bien por “asesoría”, incluso por coacción.

Al parecer, salta cierta mugre de la lista recién divulgada por Reforma, a raíz de que el Instituto de Transparencia le entregó la información, que, a su vez, fue entregada por el gobierno federal (dicho por el propio presidente), y que fue porque la solicitaron unos ciudadanos, no por otra razón.

Esto me recuerda que los proyectos promocionados por el gobierno como buenos, son porque la sociedad así lo ha querido; porque en las “consultas populares” es lo que decide la gente. Que no hay imposición centralista, que no hay mala intención, que todo es en el nombre del bien social y en nombre de la verdad.

No cabe dudas, en esto de la transparencia la Cuarta se las sabe todas.

*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf