/ martes 30 de abril de 2024

Cúpula | Narcomenudeo, eje de la telaraña delictiva

El gobernador Sergio Salomón hizo un público llamado a los alcaldes para que informen lo que sucede en sus municipios. El exhorto fue a raíz de los hechos violentos en Chignahuapan. El mandatario sabe que los ediles tienen conocimiento de todo lo que ocurre en sus zonas; por eso agregó a modo de advertencia: “también la omisión es delito”.

La solicitud del Ejecutivo estatal tiene una importancia medular porque muestra que algunos presidentes municipales no informan lo que en realidad sucede. Sobre todo ocultan la operación de narcomenudistas porque en muchas ocasiones están coludidos. Si, en Puebla hay narco-alcaldes.

Todas las actividades delictivas: el robo de vehículos, los asaltos en carretera, el robo a cuentahabientes y a casa habitación, la trata de personas, todas confluyen en un eje que es el narcomenudeo.

El llamado “dealer”, el vendedor de estupefacientes conoce quién es el ladrón de vehículos y quién es la lenona de su colonia. Por su propia actividad tiene contacto con todas las áreas delictivas. El narcomenudista tiene como clientes a hampones de todos los rubros.

La venta de drogas es el eje permanente e invariable de la telaraña delictiva. Con el “dealer” siempre va a pasar el ladrón de autos, el “monta-choques” o la mujer que se dedica a prostituir jovencitas.

Es cierto que en algunos municipios los Ayuntamientos están rebasados; por eso Sergio Salomón les ofrece todo el respaldo. Pero en algunos puntos la complicidad de ediles es la constante.

Ahí es donde deben intervenir las áreas de inteligencia policiaca. Los datos se recaban a partir de los consumidores. El adicto es el último eslabón de la cadena y una fuente básica de información.

Si las áreas de inteligencia policiaca logran crear un directorio de “dealers” la seguridad de una ciudad está garantizada en un 70 u 80 por ciento. Por supuesto siempre habrá actividades criminales que escapan al control de toda corporación.

Los hechos ocurridos en las últimas semanas, el atentado contra la “influencer” Vielka Pulido y su pareja; la desaparición y homicidio de Ana Belén Zamora Ramírez, conocida como Bela Rush e incluso la ejecución de Mario Olvera, empresario y restaurantero, en algún punto determinado tienen relación con el narcomenudeo.

Los sicarios siempre son adictos y en el submundo del hampa se les conoce. El “dealer” sabe quién hace ese tipo de “trabajos” y bajo los influjos de los enervantes nunca faltan los comentarios indiscretos: “¿Ya sabes que el Moy se quebró a fulano de tal?”.

Todo aparato policiaco que enfrente al narcomenudeo tendrá información no solo de delincuentes habituales, sino también de funcionarios, presidentes municipales o regidores que -en mayor o menor medida-, están involucrados con la venta de enervantes.

En horas recientes circularon imágenes de un hecho violento en San Miguel Eloxochitlán. Aunque ya fue desmentido un trasfondo político, lo cierto es que los hermanos Honor y Delfino Hernández están creando un cacicazgo que se apoya en policías municipales que de manera arbitraria detienen y extorsionan a pobladores indígenas.

También se hizo público el video de un altercado provocado por policías de Tlacotepec de Benito Juárez. Los uniformados incluso se metieron al municipio de Tepanco de López para extorsionar a gaseros. El alcalde Pedro Flores Valerio tiene conocimiento que sus elementos protegen a narcomenudistas, pero -por oscuras razones-, jamás lo va informar al gobernador.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com


El gobernador Sergio Salomón hizo un público llamado a los alcaldes para que informen lo que sucede en sus municipios. El exhorto fue a raíz de los hechos violentos en Chignahuapan. El mandatario sabe que los ediles tienen conocimiento de todo lo que ocurre en sus zonas; por eso agregó a modo de advertencia: “también la omisión es delito”.

La solicitud del Ejecutivo estatal tiene una importancia medular porque muestra que algunos presidentes municipales no informan lo que en realidad sucede. Sobre todo ocultan la operación de narcomenudistas porque en muchas ocasiones están coludidos. Si, en Puebla hay narco-alcaldes.

Todas las actividades delictivas: el robo de vehículos, los asaltos en carretera, el robo a cuentahabientes y a casa habitación, la trata de personas, todas confluyen en un eje que es el narcomenudeo.

El llamado “dealer”, el vendedor de estupefacientes conoce quién es el ladrón de vehículos y quién es la lenona de su colonia. Por su propia actividad tiene contacto con todas las áreas delictivas. El narcomenudista tiene como clientes a hampones de todos los rubros.

La venta de drogas es el eje permanente e invariable de la telaraña delictiva. Con el “dealer” siempre va a pasar el ladrón de autos, el “monta-choques” o la mujer que se dedica a prostituir jovencitas.

Es cierto que en algunos municipios los Ayuntamientos están rebasados; por eso Sergio Salomón les ofrece todo el respaldo. Pero en algunos puntos la complicidad de ediles es la constante.

Ahí es donde deben intervenir las áreas de inteligencia policiaca. Los datos se recaban a partir de los consumidores. El adicto es el último eslabón de la cadena y una fuente básica de información.

Si las áreas de inteligencia policiaca logran crear un directorio de “dealers” la seguridad de una ciudad está garantizada en un 70 u 80 por ciento. Por supuesto siempre habrá actividades criminales que escapan al control de toda corporación.

Los hechos ocurridos en las últimas semanas, el atentado contra la “influencer” Vielka Pulido y su pareja; la desaparición y homicidio de Ana Belén Zamora Ramírez, conocida como Bela Rush e incluso la ejecución de Mario Olvera, empresario y restaurantero, en algún punto determinado tienen relación con el narcomenudeo.

Los sicarios siempre son adictos y en el submundo del hampa se les conoce. El “dealer” sabe quién hace ese tipo de “trabajos” y bajo los influjos de los enervantes nunca faltan los comentarios indiscretos: “¿Ya sabes que el Moy se quebró a fulano de tal?”.

Todo aparato policiaco que enfrente al narcomenudeo tendrá información no solo de delincuentes habituales, sino también de funcionarios, presidentes municipales o regidores que -en mayor o menor medida-, están involucrados con la venta de enervantes.

En horas recientes circularon imágenes de un hecho violento en San Miguel Eloxochitlán. Aunque ya fue desmentido un trasfondo político, lo cierto es que los hermanos Honor y Delfino Hernández están creando un cacicazgo que se apoya en policías municipales que de manera arbitraria detienen y extorsionan a pobladores indígenas.

También se hizo público el video de un altercado provocado por policías de Tlacotepec de Benito Juárez. Los uniformados incluso se metieron al municipio de Tepanco de López para extorsionar a gaseros. El alcalde Pedro Flores Valerio tiene conocimiento que sus elementos protegen a narcomenudistas, pero -por oscuras razones-, jamás lo va informar al gobernador.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com