Un regaño se le viene encima a la directora del plantel 1 del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla, María Olivia Toxqui Almazán, a quien sus docentes acusan de diversas irregularidades en detrimento de esa escuela.
Y es que al menos 30 de los profesores exigen su destitución por anomalías como hostigamiento laboral, permitir que algunos maestros allegados acudan a mítines para apoyar a la candidata a gobernadora de la coalición Por Puebla al Frente, o por el cobro de cuotas indebidas para los alumnos.
El problema es añejo. Incluso desde que llegó al cargo la directora, dicen los profesores, nunca ha mostrado interés en llevar adelante a la escuela.
Los docentes están tan molestos que ya piden su salida al gobernador, Tony Gali, y al secretario de Educación Estatal, Ignacio Alvízar
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Una y otra vez las autoridades y organizaciones de la sociedad civil han hecho el llamado para que cuando usted maneje no utilice el teléfono celular, sin embargo, en su gran mayoría esas peticiones se van al bote de la basura.
La falta de cultura vial y la educación, que parece van de mal en peor, ocasionan que muchas personas hagan caso omiso de ese llamado, que en algún momento podría evitar un accidente fatal.
El uso del teléfono celular al manejar un automóvil o platicar con otra persona mientras conduce son causas principales de choques o atropellamientos, que en el caso de Puebla capital suceden en mayor proporción en el Centro Histórico, lo que parece ilógico, ya que es la zona donde más lento deberían conducir los choferes.
Tome nota y en algún momento su precaución al conducir y evitar esas distracciones le salvará de un accidente de graves consecuencias.
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De nada sirve, en ocasiones, modernizar la infraestructura en la ciudad si la gente cambia la razón de ser de esta de manera arbitraria.
Eso pasa en el no hace mucho renovado bulevar Forjadores, donde comerciantes asentados sobre esa vía utilizan, léalo usted, como maceteros los contenedores de basura.
Ese bulevar, que se promocionó como modelo nacional en el tema de movilidad urbana, ahora corre el riesgo de que se convierta en una zona con alto índice de perros callejeros y ratas, ya que, ante la ocurrencia de los comerciantes, la gente coloca la basura en el suelo.
La razón, por demás, ilógica, para convertir los contenedores de basura en maceteros gigantes: evitar que los clientes, vecinos o visitantes depositen sus desechos.
¡Haga usted el favor!
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Muchos meses han transcurrido desde que, según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes Federal, fue concluida la obra del paso elevado que va desde el bulevar José María Lafragua hasta el bulevar Valsequillo, sobre el Periférico Ecológico.
Sin embargo, la zona, desde su construcción, ha dejado mucho que desear.
Primero fue el calvario de miles de conductores y vecinos que por ahí transitan a diario por el inexplicable retraso en las obras.
Una vez “terminada” quedó el problema de detalles inacabados, como escaleras de acceso mal planeadas o alcantarillas sin tapas. Asimismo, quedaron tiradas, bajo los puentes, toneladas de pedacería de concreto. Basura, pues.
Pero el problema más grave es el de la falta de semáforos, que se presume ahora es responsabilidad del gobierno capitalino.
Sin embargo los días, semanas y meses siguen transcurriendo y, pese al clamor ciudadano y de los vecinos por que exista esa señalética en un área de tráfico muy intenso, no pasa nada.
Los accidentes siguen ocurriendo.
Cuando haya muertos por la falta de los semáforos la autoridad correrá, quizás, a ponerlos, aunque de eso no estamos muy seguros.
