Luis Miguel Barbosa Huerta reveló en el encuentro con los integrantes del consejo universitario de la BUAP quién dio el visto bueno, desde la elección de 2018, para que fuera definido como candidato de la coalición Juntos Haremos Historia al gobierno del estado: Andrés Manuel López Obrador.
“Cuando vino el tema de las definiciones de candidaturas alguien muy cercano a él (López Obrador) me dijo ‘busca ser candidato, se va a definir a través de una encuesta’. Que no suene a arrogancia porque no lo soy, nunca lo he sido, nunca lo seré, no lo puedo ser, (pero) cuando me dijeron eso yo perfectamente entendí que quería que fuera yo candidato porque a mí nadie me iba a ganar una encuesta”, expuso.
Además de eso, Barbosa dio a conocer uno de los motivos por los que el entonces aspirante presidencial se fijó en él para competir por la gubernatura:
“Yo supe que Andrés Manuel me quería de candidato para un fin específico, venir a enfrentarme al difunto, y que en paz descanse, Rafael Moreno Valle, (López Obrador sabía) que me iba yo a enfrentar sin vacilar, sin echarme para atrás, sin bajarle la mirada. Y así lo hice, así lo hice”, recuerda.
Importantes revelaciones históricas sobre la candidatura de quien seguramente se convertirá en gobernador del estado a partir del primer día de agosto, en caso de que se confirme en las urnas la tendencia de todas las encuestas de preferencia electoral que se han hecho hasta ahora.
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La designación del encargado de despacho de la Auditoría Superior del Estado, que quedó acéfala ante la renuncia de David Villanueva Lomelí, volvió a mostrar las diferencias que existen entre algunos de los diputados locales emanados de la coalición Juntos Haremos Historia.
Héctor Alonso Granados y José Juan Espinosa Torres acusaron que el nombramiento de Alberto Javier Segovia Blumenkron se había planchado de manera previa, entre los legisladores Emilio Maurer, de Morena; María del Carmen cabrera, del PT; Carlos Alberto Morales, de Movimiento Ciudadano, y Juan Pablo Kuri, del Verde, sin tomarlos en cuenta a ellos.
Así fue como se dio el nombramiento de Segovia al seno de la Comisión Permanente, con solo cinco votos a favor, suficientes para convertirse en el relevo de Villanueva.
Espinosa se abstuvo de votar y Alonso lo hizo por otro de los tres candidatos, José Juan Rosas Bonilla.
Al final se cumplió con el objetivo de poner a Segovia Blumenkron, pero el hecho evidenció que, al menos en el Congreso, la reconciliación no ha llegado a todos los rincones morenistas.
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Fernando Fernández Font dedicó las últimas horas a su estancia de seis años como rector de la Universidad Iberoamericana para confirmar esa línea discursiva dura que lo distinguió en este tiempo.
Entre aplausos, expuso que no se dobló ante presiones y golpeteos de quienes alguna vez criticó y que se va con la satisfacción de que ni él ni la Ibero se hicieron chicos frente a eso.
“Hubiera sido más fácil y menos riesgoso quedarnos callados o silenciar nuestras voces, pero no lo hicimos y eso muestra lo que es una universidad jesuita”, subrayó.
Y lo hizo con razón.
Fernández Font fue permanente crítico en contra de las acciones del ex gobernador Rafael Moreno Valle, cuando la mayoría de los liderazgos del estado se quedaron callados.
A ver con qué línea viene Mario Ernesto Patrón Sánchez, el nuevo rector.
