/ martes 22 de octubre de 2019

En Punto

Por lo visto, la forma en que grupos armados lograron la liberación de Ovidio Guzmán en Sinaloa mediante el amago de extremar la violencia, buscará ser replicada por otros malosos con la idea de rescatar a sus jefes cuando sean detenidos.

Para no ir muy lejos, el día de ayer, con la detención de un presunto integrante de la banda de “Las Bigotonas” en Tehuacán, sobrevino un operativo de seguridad que incluyó el acuartelamiento de todas las fuerzas de seguridad municipal.

La razón, nos comenta una fuente de la policía municipal, que, tras el aseguramiento del presunto delincuente con armas de uso exclusivo para el ejército, mediante el número de emergencia 911, se recibió una amenaza que exigía la liberación del detenido o de lo contrario un comando armado iría a su rescate disparando en contra de cualquier uniformado que fuera encontrado en la vía pública.

Incluso la voz amenazante fijó un plazo de una hora para que concretaran su exigencia o de lo contrario se arrepentirían.

Broma o no, lo cierto es que la policía municipal realizó un operativo para retirar de las calles a los elementos de Vialidad Municipal toda vez que resultarían los más vulnerables ante tal amenaza dado que no portan pistola.

Tehuacán no es Culiacán y los grupos criminales locales no están tan enquistados como en la ciudad norteña. Afortunadamente esta amenaza no se concretó y la presencia de la Guardia Nacional aún puede ayudar a disuadir conductas como las vistas en Sinaloa.

***

Pues no, no es un tema de percepción. Los robos al transporte público no han parado y por el contrario se vienen incrementando en todo el estado, pero de manera muy marcada en Puebla Capital.

Los datos más recientes del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) ubican un repunte del 64.9 por ciento en el número de denuncias durante los primeros nueve meses del año pues mientras en el mismo periodo del año pasado hubo 171 casos, para este la cifra incrementó a 282.

De esta cifra, 208 corresponden a la capital poblana donde parece que no alcanzan a cristalizarse las estrategias de seguridad para reducir la incidencia y ni que decir de la percepción.

Si todo sale como lo prometido y no se descuidan los compromisos para con los usuarios del transporte público tendremos en 110 días unidades equipadas con tecnología que inhiba la comisión de delitos a bordo de las rutas. Botones de pánico y sistemas conectados con los cuerpos de auxilio para atender contingencias.

Ciento diez días para mejorar o tener más de lo mismo: un sistema de transporte deficiente, peligros e inseguro.

Por lo visto, la forma en que grupos armados lograron la liberación de Ovidio Guzmán en Sinaloa mediante el amago de extremar la violencia, buscará ser replicada por otros malosos con la idea de rescatar a sus jefes cuando sean detenidos.

Para no ir muy lejos, el día de ayer, con la detención de un presunto integrante de la banda de “Las Bigotonas” en Tehuacán, sobrevino un operativo de seguridad que incluyó el acuartelamiento de todas las fuerzas de seguridad municipal.

La razón, nos comenta una fuente de la policía municipal, que, tras el aseguramiento del presunto delincuente con armas de uso exclusivo para el ejército, mediante el número de emergencia 911, se recibió una amenaza que exigía la liberación del detenido o de lo contrario un comando armado iría a su rescate disparando en contra de cualquier uniformado que fuera encontrado en la vía pública.

Incluso la voz amenazante fijó un plazo de una hora para que concretaran su exigencia o de lo contrario se arrepentirían.

Broma o no, lo cierto es que la policía municipal realizó un operativo para retirar de las calles a los elementos de Vialidad Municipal toda vez que resultarían los más vulnerables ante tal amenaza dado que no portan pistola.

Tehuacán no es Culiacán y los grupos criminales locales no están tan enquistados como en la ciudad norteña. Afortunadamente esta amenaza no se concretó y la presencia de la Guardia Nacional aún puede ayudar a disuadir conductas como las vistas en Sinaloa.

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Pues no, no es un tema de percepción. Los robos al transporte público no han parado y por el contrario se vienen incrementando en todo el estado, pero de manera muy marcada en Puebla Capital.

Los datos más recientes del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) ubican un repunte del 64.9 por ciento en el número de denuncias durante los primeros nueve meses del año pues mientras en el mismo periodo del año pasado hubo 171 casos, para este la cifra incrementó a 282.

De esta cifra, 208 corresponden a la capital poblana donde parece que no alcanzan a cristalizarse las estrategias de seguridad para reducir la incidencia y ni que decir de la percepción.

Si todo sale como lo prometido y no se descuidan los compromisos para con los usuarios del transporte público tendremos en 110 días unidades equipadas con tecnología que inhiba la comisión de delitos a bordo de las rutas. Botones de pánico y sistemas conectados con los cuerpos de auxilio para atender contingencias.

Ciento diez días para mejorar o tener más de lo mismo: un sistema de transporte deficiente, peligros e inseguro.

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