“No voy a tener opinión, y menos al Sol de Puebla”.
Así respondió el gobernador Miguel Barbosa a Víctor Hugo Juárez, reportero de este diario, después de que le preguntara o intentara preguntarle su punto de vista sobre las reacciones que provocaron las palabras que emitió el día anterior en torno a la riqueza, la pobreza y el coronavirus.
Poco antes de que el periodista terminara su intervención, el mandatario estatal lo interrumpió para decirle que no tendría respuesta a eso, y menos para él, representante de EL SOL DE PUEBLA en la conferencia de prensa mañanera.
“Los pobres somos inmunes” al Covid-19, afirmó Barbosa el miércoles, lo que desató una cascada de descalificaciones en su contra más allá de Puebla. Medios y personajes públicos de México y de otros países lo pusieron como ejemplo de desinformación.
Quizá al gobernador le molestó que fuera la información de este diario, difundida por sus distintas plataformas y la amplia red de medios de la Organización Editorial Mexicana, la que logró que el suceso trascendiera de la manera en que lo hizo y se volviera blanco de una condena unánime, pero eso no justifica que el mandatario reaccione coartando el derecho a la información de nuestros lectores en el periódico impreso y la web.
La respuesta que dio ayer a nuestro reportero pudo obedecer a un exabrupto, lo que no es un asunto menor, pero también al comienzo de una política personal que pretenda desplegar a través de su oficina de Comunicación Social en lo sucesivo, en contra de este diario, lo que denunciaremos de manera puntual y enérgica si llegara a ocurrir.
El Sol de Puebla está por cumplir 76 años de trayectoria, en la que se ha distinguido por el trato siempre profesional, serio y certero de la información. Eso mismo hizo el miércoles, darle trato periodístico a una declaración sumamente relevante en el contexto de la crisis sanitaria en que se encuentra no solo nuestro país, sino la comunidad internacional.
Aquí no se inventaron ni manipularon las palabras del gobernador, como muestra el video que acompañó a la nota, por lo que el primero al que tendría que haber mirado después de conocer las repercusiones de sus dichos era a él mismo, para realizar una autocrítica que le ayudara a conducirse mejor en el futuro.
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Según ya se había ido y hasta una carta filtrada de su supuesta renuncia trascendió a través de las redes sociales, pero nada. Lourdes Rosales Martínez continúa como titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del ayuntamiento de Puebla y, según ha informado el gobierno municipal, ahí seguirá.
Lo que sí hará Rosales Martínez es esperar a que el gobierno del estado designe un servidor público encargado de la seguridad para el municipio de Puebla que esté por arriba de ella en jerarquía y mando, pero no que la releve o la reemplace.
Si Claudia Rivera aceptó que Barbosa asumiera la responsabilidad de la seguridad, expone el comunicado, fue porque el decreto no vulnera la autonomía municipal, pues en ningún momento exige la destitución de la titular, que depende aun en este nuevo esquema de trabajo de los integrantes del Cabildo.
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Muy relajados para atender las recomendaciones para la prevención del coronavirus en unos frentes, pero muy obedientes e inflexibles en otros.
Los integrantes de la 4T, que han exigido a una buena parte de los trabajadores de la administración pública presentarse a trabajar, pese a la contingencia, fueron incapaces de ir al Congreso del Estado para desahogar la sesión de la Comisión Permanente convocada por la diputada panista Mónica Rodríguez.
Salvo Rodríguez y Carlos Morales, de Movimiento Ciudadano, los legisladores Mónica Lara, Guadalupe Muciño, Vianey García, Iliana Paola Ruiz, María del Carmen Saavedra y José Miguel Trujillo, todos aliados de la 4T, faltaron a la reunión, para evitar contagios. Qué bueno que ya les preocupe la enfermedad. Ha de ser porque todos son “acomodados”.
