Por enésima ocasión en los meses recientes, un acontecimiento de interés público sacó a flote las diferencias, o la competencia política, si usted prefiere, que existen entre los dos principales aspirantes del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia municipal de Puebla.
En efecto, se trata de la actual edil de la capital, Claudia Rivera Vivanco, y el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, Gabriel Biestro Medinilla, quienes se enfrascaron en una nueva discusión, pero esta vez relacionada con la protesta feminista que se llevó a cabo desde la tarde-noche del martes a las afueras del inmueble legislativo.
El martes, Rivera Vivanco acudió a la sede del Congreso para apoyar la protesta de un grupo de mujeres que llevaban como propósito exigir a los diputados un paquete de reformas que les reconozcan sus derechos, entre ellos el del aborto, lo que terminó en una serie de descalificaciones en contra del líder del Poder Legislativo porque no se les permitió el ingreso.
Los señalamientos de las mujeres tuvieron un destinatario concreto: Biestro.
Al día siguiente, el diputado hizo una alusión a la presencia de la edil y sugirió que Rivera Vivanco se había “aprovechado” de la situación para salir y fijar una postura.
Evidentemente, la reacción del legislador generó más reacciones de las aliadas de Rivera, que volvieron para tundirle al aspirante a presidente municipal.
Así fue como, de nueva cuenta, un hecho público enfrentó a los precandidatos más aventajados de Morena.
Seguro habrá más episodios en los meses por venir.
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Una mala noticia para los poblanos, y también para los turistas, que se han acostumbrado y han disfrutado de tener la famosa estrella morenovallista en la zona de Angelópolis, al pie del centro comercial que lleva el mismo nombre.
Esa inmensa rueda de la fortuna, que en realidad lleva por nombre Estrella de Puebla, y que fue instalada en medio de una fuerte polémica en el gobierno del finado Rafael Moreno Valle, parece tener un destino diferente.
El gobernador Miguel Barbosa reiteró ayer su intención de trasladar la rueda a la zona de San Francisco, como lo había asentado desde el comienzo de su gobierno.
Este miércoles compartió en la mañanera que su administración sigue en diálogo con representantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que se avale su cambio al centro histórico.
Según Barbosa, con este movimiento se impulsará el proyecto de los Barrios Originarios y se incentivará el turismo en la zona.
“Sostengo que hay que traernos la rueda de la fortuna a esta zona, pero hay que hablar con las autoridades, convencerlos que no atenta con el patrimonio, se desarrollará en una zona que está olvidada, que es la Puebla vieja. Nuestro proyecto es Barrios Originarios, el gran proyecto inmobiliario en Puebla”, argumentó.
Eso es posible, claro, que con la rueda se le dé mayor impulso a San Francisco.
Pero, ¿para qué dañar la zona de Angelópolis, donde esa herramienta de diversión e imagen urbana ya está acreditada?
Es pregunta.
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Mientras se debaten temas de política y economía, la presencia del coronavirus en el estado de Puebla sigue manifestándose en aumento.
En tan solo un día, la entidad volvió a subir la curva de contagios, al registrar 184 nuevos casos positivos.
Las voces críticas del capitalismo voraz afirman que el ascenso de casos se debió a la salida de personas para comprar en el periodo de 12 días de El Buen Fin, y eso es muy posible, que con el objetivo de mejorar la economía estatal se haya descuidado la salud en este momento tan delicado.
Lo malo no es saberlo, sino saberlo y no hacer nada, porque todavía faltan algunos días de euforia de noviembre, diciembre completo y otros días de enero.
