/ jueves 6 de mayo de 2021

En Punto

En tiempos en que se incrementan los discursos de democracia, equidad y justicia, de promesas de acercamiento de los partidos y sus liderazgos con la gente, de terminar con los abusos de los políticos en beneficio personal y sus aliados o compinches, para que exista una verdadera representación social en las posiciones de poder, la postulación de candidatos a diputados locales plurinominales en el estado exhibe todo lo contrario.

Es decir, en sentido opuesto al contenido de los discursos, de la demagogia proveniente de los políticos, los dirigentes de la mayoría de los partidos utilizaron la posición que ocupan para privilegiar sus propios intereses, para ponerse en los primerísimos lugares de esas listas de plurinominales que les garantizan el acceso al Congreso del Estado y, por consiguiente, disfrutar de las mieles del poder.

De los 13 partidos que tienen registro oficial en Puebla, en diez de ellos figuran los nombres de sus dirigentes partidistas, todos ellos en las primeras posiciones.

¿Quiénes andan por ahí?

Ni más ni menos que Néstor Camarillo Medina, dirigente estatal del PRI, así como Isabel Merlo Talavera, secretaria general.

El presidente del PRD, Carlos Martínez Amador, obsequió un sitio de privilegio en la lista a su hermano Isaac.

En Morena, la primera posición fue para Daniela Mier Bañuelos, hija del líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velazco; mientras que la segunda posición fue para el delegado nacional, Carlo Alberto Evangelista Aniceto, y el cuarto lugar para Edgar Garmendia de los Santos, su dirigente.

Los presidentes partidistas que se agarraron la primera posición plurinominal de su lista son Mariano Hernández Reyes, del PT; Jaime Natale Uranga del Partido Verde Ecologista de México (PVEM); Fernando Morales Martínez de Movimiento Ciudadano; Emilio Salgado Néstor de Nueva Alianza; Carlos Navarro Corro de Pacto Social de Integración (PSI); Francisco Ramos Montaño del PES; y Ramón Fernández Solana de Redes Sociales Progresistas (RSP).

Estos últimos no tendrían ninguna posibilidad de acceder al Congreso si hubiesen decidido competir en las urnas, dado el nivel irrisorio que poseen entre los electores, lo cual los coloca todavía más en ese grupo de privilegiados, y abusivos, que llegan a la política para servirse de ella y sin méritos de verdad.

Pero incluso así, sinvergüenzas son todos.

***

La trifulca entre integrantes de dos agrupaciones de vendedores ambulantes ocurrida en calles del centro de la ciudad de Puebla se convirtió en tema de campaña entre las dos principales fuerzas políticas, como era de esperarse.

Después de que la presidenta municipal con licencia y candidata al mismo tiempo a la reelección, Claudia Rivera Vivanco, acusó a los aspirantes del PAN, PRI y PRD de encontrarse detrás de la confrontación, los principales abanderados de esta coalición electoral reaccionaron de manera inmediata para contestar.

Y como también era pronosticable, los panistas, principalmente el aspirante a presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, y el candidato a diputado federal por el distrito 12, Mario Riestra Piña, recurrieron al discurso que se ha reiterado de muchas maneras en torno a la complacencia del ayuntamiento actual con los informales.

Si hay un tema sensible para el gobierno de Rivera Vivanco es el del comercio ambulante, dada la evidente complacencia que tuvo desde el comienzo de su gestión no solo con aquellos que venden en el primer cuadro de la ciudad, sino con prácticamente todos los que existen en el municipio.

Es posible, como acusa Claudia Rivera, que una mano negra le haya movido esa pelea, justo para hacerla quedar mal, pero quizá no se encuentre en el PAN, sino en otro lado.

En tiempos en que se incrementan los discursos de democracia, equidad y justicia, de promesas de acercamiento de los partidos y sus liderazgos con la gente, de terminar con los abusos de los políticos en beneficio personal y sus aliados o compinches, para que exista una verdadera representación social en las posiciones de poder, la postulación de candidatos a diputados locales plurinominales en el estado exhibe todo lo contrario.

Es decir, en sentido opuesto al contenido de los discursos, de la demagogia proveniente de los políticos, los dirigentes de la mayoría de los partidos utilizaron la posición que ocupan para privilegiar sus propios intereses, para ponerse en los primerísimos lugares de esas listas de plurinominales que les garantizan el acceso al Congreso del Estado y, por consiguiente, disfrutar de las mieles del poder.

De los 13 partidos que tienen registro oficial en Puebla, en diez de ellos figuran los nombres de sus dirigentes partidistas, todos ellos en las primeras posiciones.

¿Quiénes andan por ahí?

Ni más ni menos que Néstor Camarillo Medina, dirigente estatal del PRI, así como Isabel Merlo Talavera, secretaria general.

El presidente del PRD, Carlos Martínez Amador, obsequió un sitio de privilegio en la lista a su hermano Isaac.

En Morena, la primera posición fue para Daniela Mier Bañuelos, hija del líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velazco; mientras que la segunda posición fue para el delegado nacional, Carlo Alberto Evangelista Aniceto, y el cuarto lugar para Edgar Garmendia de los Santos, su dirigente.

Los presidentes partidistas que se agarraron la primera posición plurinominal de su lista son Mariano Hernández Reyes, del PT; Jaime Natale Uranga del Partido Verde Ecologista de México (PVEM); Fernando Morales Martínez de Movimiento Ciudadano; Emilio Salgado Néstor de Nueva Alianza; Carlos Navarro Corro de Pacto Social de Integración (PSI); Francisco Ramos Montaño del PES; y Ramón Fernández Solana de Redes Sociales Progresistas (RSP).

Estos últimos no tendrían ninguna posibilidad de acceder al Congreso si hubiesen decidido competir en las urnas, dado el nivel irrisorio que poseen entre los electores, lo cual los coloca todavía más en ese grupo de privilegiados, y abusivos, que llegan a la política para servirse de ella y sin méritos de verdad.

Pero incluso así, sinvergüenzas son todos.

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La trifulca entre integrantes de dos agrupaciones de vendedores ambulantes ocurrida en calles del centro de la ciudad de Puebla se convirtió en tema de campaña entre las dos principales fuerzas políticas, como era de esperarse.

Después de que la presidenta municipal con licencia y candidata al mismo tiempo a la reelección, Claudia Rivera Vivanco, acusó a los aspirantes del PAN, PRI y PRD de encontrarse detrás de la confrontación, los principales abanderados de esta coalición electoral reaccionaron de manera inmediata para contestar.

Y como también era pronosticable, los panistas, principalmente el aspirante a presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, y el candidato a diputado federal por el distrito 12, Mario Riestra Piña, recurrieron al discurso que se ha reiterado de muchas maneras en torno a la complacencia del ayuntamiento actual con los informales.

Si hay un tema sensible para el gobierno de Rivera Vivanco es el del comercio ambulante, dada la evidente complacencia que tuvo desde el comienzo de su gestión no solo con aquellos que venden en el primer cuadro de la ciudad, sino con prácticamente todos los que existen en el municipio.

Es posible, como acusa Claudia Rivera, que una mano negra le haya movido esa pelea, justo para hacerla quedar mal, pero quizá no se encuentre en el PAN, sino en otro lado.

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