Parece que Gabriel Biestro Medinilla tiene los días contados como militante del Movimiento de Regeneración Nacional.
Primero fue Edgar Garmendia de los Santos, dirigente estatal del partido, quien advirtió que el diputado local con licencia será objeto de sanción por descalificar a la institución y a la candidata Claudia Rivera Vivanco, lo cual podría convertirse en expulsión.
Ayer fue ni más ni menos que la presidenta del Consejo Nacional de Morena, Bertha Luján Uranga, quien abrió la posibilidad de que ello suceda, de que Biestro sea echado del partido, por los mismos motivos.
Atacar a Morena y a la aspirante reeleccionista a presidenta municipal de Puebla puede derivar en un proceso que la militancia puede solicitar a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, la cual es presidida por la mamá de la candidata, Eloísa Vivanco Esquide.
De visita en Puebla para expresar su respaldo público a Rivera Vivanco, la consejera dijo que cualquier denuncia o demanda que tenga que ver con la violación a los estatutos puede ser presentada ante la comisión, por lo que llamó a los afiliados a revisar la actitud que ha mostrado el legislador, de desunión y ataques públicos.
Eso pareció una sentencia anticipada contra el aspirante que ha sido un mal perdedor.
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Un total de 23 días pasaron desde que Saúl Huerta Corona fue detenido en la Ciudad de México por presunto abuso sexual, hasta que se nombró a quien lo sustituirá como candidato de Morena por la diputación federal del distrito 11, Carlos Hernández.
El nuevo candidato tiene poco más de 20 días para convencer a la gente de que vote por él, tras el escándalo sexual que sepultó la carrera de Corona Huerta.
Una tarea nada fácil.
Pero no es el único caso en el que los candidatos a diputados federales frenaron su campaña por problemas legales.
Si Morena tiene a Saúl Huerta, la coalición “Va por México”, de PAN, PRI y PRD, tiene a Carlos Morales Álvarez en San Martín Texmelucan y a Luis Cobos Fernández en Tehuacán.
El primero por una investigación iniciada por la Auditoría Superior del Estado (ASE) y el segundo por un juicio derivado de un conflicto ejidal de hace varios años.
Sin duda las candidaturas federales parecen saladas y, lejos de los abanderados, será la marca del partido la que defina los resultados el próximo 6 de junio.
De por sí es complicado para un aspirante a diputado, ya sea local o federal, convencer por su propia cuenta al electorado de las bondades de su propuesta legislativa.
Con escándalos encima lo será todavía más.
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¿Y la pandemia, señores candidatos?
En San Andrés Cholula poco o nada les importa la pandemia de la Covid-19 y para muestra está el bailongo con el que Adán Xicale, candidato del PES a presidente municipal, arrancó campaña rumbo a la contienda del 6 de junio.
El evento estuvo amenizado por el grupo musical Los Deakino y en la fiesta no se respetaron los protocolos sanitarios de sana distancia y el uso de cubrebocas.
Otro que dio muestras temerarias en el contexto de la pandemia por coronavirus es Julio Lorenzini Rangel, candidato de Morena a presidente municipal de San Pedro Cholula, quien ha encabezado caminatas multitudinarias sin respetar la sana distancia, según se ve en las imágenes que tanto él como sus seguidores han subido a sus redes sociales.
Pero, lo mismo ocurre en la capital del estado.
Varias fotografías muestran cómo tampoco los candidatos a presidente municipal de Puebla, como la morenista Claudia Rivera Vivanco y Eduardo Rivera Santamaría, de Fuerza por México, han respetado los protocolos y sus mítines reúnen a decenas de personas. Para muestra está el del empresario en el Paseo Bravo, con todo y batucada.
