Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación acaban de obsequiar la justificación que los diputados locales de Puebla vinculados a la cuatroté necesitaban para despenalizar el aborto en Puebla sin meterse en problemas con ese amplio sector de la sociedad que se oponía a ello, incluida la iglesia católica y, por tanto, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa.
Por unanimidad de votos, los ministros de la Corte de Justicia declararon inconstitucional la penalización del aborto recientemente hecha ley en el estado de Coahuila.
Derivado de un recurso legal, el máximo órgano de justicia del país tuvo que pronunciarse respecto del 196 del Código Penal de esa entidad federativa, y lo hizo en contra, sentando con ello un precedente jurídico en el resto del país.
¿Qué pasará ahora?
Que legislaturas locales como la de Puebla tendrán que adaptar el código penal del estado a la nueva jurisprudencia y desterrar la penalización del aborto, como demandan organizaciones de feministas y colectivos que desean ver asentado en ley el derecho a la interrupción legal del embarazo.
Morena y sus aliados en el Congreso del Estado, que fueron conducidos en la mayor parte de la legislatura por Gabriel Biestro Medinilla, le dieron la vuelta al tema y lo llevaron al cajón de los pendientes por temor a la condena de los sectores más conservadores de la sociedad.
La Corte ha salvado al partido del presidente López Obrador, que para la siguiente legislatura deberá, ahora sí, entrarle al asunto y reformar las leyes en sintonía con el fallo.
Podrán culpar a terceros, como gustan y saben hacerlo.
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Dicen quienes estuvieron ahí que el gobernador Miguel Barbosa Huerta lució contento durante la realización del acto de informe de labores de la LX legislatura, que fue encabezado por Nora Merino Escamilla, diputada presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política y militante del PT, antes de Morena.
En su discurso, el mandatario estatal expuso que los diputados locales salientes, cuya gestión terminará el 14 de septiembre, le dieron nivel a la tribuna, le dieron vida al parlamento, donde se polemiza, se construyen leyes, se toman decisiones y se definen políticas públicas para gobernar.
“Los felicito, esta legislatura es la verdadera legislatura de la transformación, iba a decir del cambio, pero me reservo esa palabrita porque ando queriendo portarme bien desde las cosas que digo. El papel que jugaron es absolutamente distinto al papel que han jugado las demás legislaturas”, expuso, en abierta alusión a la mayoría de integrantes emanados de la extinta coalición Juntos Haremos Historia.
Las palabras de reconocimiento reflejaron un Barbosa a gusto en el recinto legislativo, entre pares morenistas, que para este evento volvió a recibir a sus integrantes después de meses de soledad por culpa de la pandemia.
Merino enumeró logros como la aprobación de mil 685 iniciativas y 871 puntos de acuerdo, entre ellos la abrogación de la Ley Bala, el visto bueno al matrimonio igualitario, la Ley de Búsqueda de Personas, la Ley Agnes, así como reformas para lograr la paridad de género en los cargos públicos.
Olvidó, por supuesto, los pendientes del agua potable que Morena prometió desprivatizar y la despenalización del aborto, pero era momento de celebrar y no había espacio para los reproches.
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Más allá de las disputas políticas, entre los poblanos amantes de las fiestas populares comienza a generar duda y ansiedad la conmemoración doble del grito de independencia que tendrá carteles de lujo para amenizar las veladas.
En este duelo de bandas estarán, por un lado, la Sonora Santanera y la Maldita Vecindad, y por el otro, la Sonora Matancera, la Sonora Dinamita y otra Sonora Santanera.
“¿A cuál ir?”, se pregunta el respetable.
