Ahora que se debate la importancia del Ejército Mexicano y se polemiza sobre la eventual incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, como propuesta del gobierno emanado de la 4T, merece la pena poner atención en un reporte que he emitido la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) respecto a quejas y denuncias presentadas en contra de esas dos instituciones.
Tanto la Guardia Nacional como la Sedena han sido acusadas en el estado de Puebla por la presunta comisión de tratos crueles e inhumanos, tortura y por emplear arbitrariamente la fuerza pública, por lo que el organismo defensor de los derechos humanos en el país abrió 10 quejas en el primer semestre del año.
En el Sistema Nacional de Alerta de Violaciones a los Derechos Humanos se reportó que el origen de las quejas se concentró en los municipios de Puebla, Juan C. Bonilla, Tehuacán, Zaragoza y Zacatlán, y expuso que estas tuvieron que ver con violaciones a los derechos de los indígenas, tortura, transgresión de los derechos de la mujer, obstaculizar o negar las prestaciones de seguridad social, así como por trato cruel, inhumano y degradante.
Diez procesos en seis meses son pocas, principalmente si se contrastan con las que reciben corporaciones como la policía (en sus niveles estatal y municipales) y la Fiscalía General del Estado, pero suficientes para revisar lo que ha ocurrido con el comportamiento de los denunciados.
Corregir a tiempo siempre será una buena medida.
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Parece que entre la dirigencia estatal del PAN y los diputados locales emanados de ese mismo partido no existe buena comunicación, lo que se desprende del anuncio que ha hecho Augusta Valentina Díaz de Rivera para deslindarse de la elección del futuro coordinador de bancada en el Congreso del estado.
En efecto, la presidenta del Comité Directivo Estatal renunció a la facultad para designar al coordinador de la bancada, de cara al segundo año legislativo y les otorgó la tarea a los propios legisladores, después de que había trascendido que entre todos se llegó a un acuerdo para hacer rotativa la representación.
Si bien el reglamento del Congreso dice que los integrantes de la bancada nombran a su coordinador o coordinadora, los estatutos del PAN señalan que le corresponde a la presidenta hacer la designación.
Eso no pasará, lo que abre la posibilidad a Eduardo Alcántara Montiel de que repita un periodo más.
Hasta hace unas semanas existía un acuerdo que consistía en hacer rotativa la coordinación para los siguientes dos periodos.
Incluso, ya se había decidido que fuese Aurora Guadalupe Sierra Rodríguez el relevo de Alcántara y, posteriormente, en la parte final de la legislatura, que tocara el turno a Mónica Rodríguez Della Vecchia.
Algo raro pasó, aunque tuvo mucha razón Díaz de Rivera en sus palabras: “¿para qué nombrar y hacer el ridículo con alguien que no tenga el consenso de los diputados?”
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Que no cunda el pánico.
Ninguna motivación extraordinaria o perversa llevó a posponer la elección de nuevo dirigente estatal en Morena, que se tenía prevista para el sábado 13 de agosto.
El retraso será en todo el país y tuvo que ver con la imposibilidad de concluir en tiempo y forma con el conteo de los votos en la totalidad de los distritos electorales federales de las 32 entidades de la República Mexicana.
Fuentes al interior del partido presidencial aseguran que la asamblea de elección del dirigente se realizará solo una semana después, el sábado 20 de agosto, pero más vale estar pendientes del anuncio formal, que todavía le tocará a Aristóteles Belmont Cortés, para evitar especulaciones y desinformación.
