/ miércoles 13 de diciembre de 2017

Medir para lograr lo que queremos ser

La semana pasada cerró un ciclo de desarrollo municipal, un ciclo que donde ochocientos sesenta y un municipios se midieron en el compromiso de dar un mejor nivel de vida a sus habitantes, todos, se sometieron voluntariamente a un proceso de mejora medido por el imparcial juicio de la academia, para con ello, mejorar su desempeño.

Cerró un ciclo que dejó enseñanzas en las comunas, logros e inversión. Un ciclo que por lo menos para el 35% de los municipios del país, dejó réditos a la inversión más importante que es la que desemboca en el desarrollo de nuestras instituciones.

La Agenda para el Desarrollo Municipal (ADM) tuvo a bien cerrar su edición 2017 –y arrancar simbólicamente la 2018- con una entrega de reconocimientos donde los municipios destacaron por su constancia y perseverancia, hoy por primera vez, por lo menos en la medición de 261 indicadores, tenemos 856 municipios que iniciaron su transformación, a tres que avanzaron en la transformación desarrollando firmemente su gestión, a uno garante de su Desarrollo Territorial y Servicios Públicos y al primer gobierno de excelencia desde el inicio de este programa.

Algunos municipios que tienen poco tiempo participando en la autoevaluación se me han acercado desde aquella premiación, municipios que han expresado cosas tan variadas como que el programa de la ADM abrió los ojos de la Comuna para lograr que aun siendo municipios pequeños, lograsen ser más capaces de atender a la ciudadanía. Comunas, que hoy gracias a la visión de planeación por temáticas que brinda la agenda, están consolidando una cultura de apego a la normatividad, que brinda la tan apreciada certeza tanto al interior como a la ciudadanía.

Municipios que de participar saltaron de la improvisación a un esquema de gestión de problemas bajo la visión de política pública.  Demarcaciones territoriales que alcanzaron un grado de desarrollo institucional adoptando la medición de indicadores y generaron nuevas capacidades para alcanzar sus objetivos.

Menciono lo anterior, dado a que los municipios que invierten en su desarrollo tienen una mejor cara para atender a las demandas ciudadanas que cada día pugnan por más y mejores servicios, debido a que, hoy en 2017 existe toda una tendencia global de medición que solidifica cualquier régimen de poder.

Lo anterior debido a que la implementación continúa permite conocer el estado que guarda la administración pública municipal para diseñar y ejecutar un programa de mejora de la gestión. Pues en su calidad de evaluación y reconocimiento del desempeño, por un lado, promueve la adopción de buenas prácticas municipales y por el otro, impulsa la vinculación horizontal con otras instancias.

Sin duda, el desarrollo institucional del primer orden de gobierno es trascendental para nuestra patria, pues desde el municipio más pequeño hasta el más robusto, las y los alcaldes tienen al sentir de la mano el pulso ciudadano, pues desde la voluntad popular ejercen el poder en el campo de acción donde desembocan todas y cada una de las políticas públicas. Siendo el municipio la arena donde se enfrentan con todos los desafíos, es también, donde se observa la fuerza de cada una de las decisiones.

En ese tenor, es impostergable que más municipios se fortalezcan, pues para que la política de estado tenga al municipio en el centro de su diseño, es necesario que nuestro primer orden de gobierno tenga la fortaleza para soportar la exigencia ciudadana y el andamiaje institucional.

Sin temor a equivocarme, asevero que la ADM es uno de los productos clave para México, pues nuestro país necesita del esfuerzo de todos para alcanzar ese horizonte que deseamos.

Horizonte que no solo depende de la voluntad política de una Comuna a adherirse a un programa de este tipo, si no también depende de la participación de la sociedad civil, la academia y los ciudadanos con su exigencia, pues el compromiso por una mejor nación es por denominación de origen plural e impostergable.

Para culminar esta entrega, los invito a que con la voluntad de transformar, cerremos las brechas y distancias que separan lo que somos y lo que queremos ser a través de la participación que coadyuve con nuestras instituciones.

*Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED).

La semana pasada cerró un ciclo de desarrollo municipal, un ciclo que donde ochocientos sesenta y un municipios se midieron en el compromiso de dar un mejor nivel de vida a sus habitantes, todos, se sometieron voluntariamente a un proceso de mejora medido por el imparcial juicio de la academia, para con ello, mejorar su desempeño.

Cerró un ciclo que dejó enseñanzas en las comunas, logros e inversión. Un ciclo que por lo menos para el 35% de los municipios del país, dejó réditos a la inversión más importante que es la que desemboca en el desarrollo de nuestras instituciones.

La Agenda para el Desarrollo Municipal (ADM) tuvo a bien cerrar su edición 2017 –y arrancar simbólicamente la 2018- con una entrega de reconocimientos donde los municipios destacaron por su constancia y perseverancia, hoy por primera vez, por lo menos en la medición de 261 indicadores, tenemos 856 municipios que iniciaron su transformación, a tres que avanzaron en la transformación desarrollando firmemente su gestión, a uno garante de su Desarrollo Territorial y Servicios Públicos y al primer gobierno de excelencia desde el inicio de este programa.

Algunos municipios que tienen poco tiempo participando en la autoevaluación se me han acercado desde aquella premiación, municipios que han expresado cosas tan variadas como que el programa de la ADM abrió los ojos de la Comuna para lograr que aun siendo municipios pequeños, lograsen ser más capaces de atender a la ciudadanía. Comunas, que hoy gracias a la visión de planeación por temáticas que brinda la agenda, están consolidando una cultura de apego a la normatividad, que brinda la tan apreciada certeza tanto al interior como a la ciudadanía.

Municipios que de participar saltaron de la improvisación a un esquema de gestión de problemas bajo la visión de política pública.  Demarcaciones territoriales que alcanzaron un grado de desarrollo institucional adoptando la medición de indicadores y generaron nuevas capacidades para alcanzar sus objetivos.

Menciono lo anterior, dado a que los municipios que invierten en su desarrollo tienen una mejor cara para atender a las demandas ciudadanas que cada día pugnan por más y mejores servicios, debido a que, hoy en 2017 existe toda una tendencia global de medición que solidifica cualquier régimen de poder.

Lo anterior debido a que la implementación continúa permite conocer el estado que guarda la administración pública municipal para diseñar y ejecutar un programa de mejora de la gestión. Pues en su calidad de evaluación y reconocimiento del desempeño, por un lado, promueve la adopción de buenas prácticas municipales y por el otro, impulsa la vinculación horizontal con otras instancias.

Sin duda, el desarrollo institucional del primer orden de gobierno es trascendental para nuestra patria, pues desde el municipio más pequeño hasta el más robusto, las y los alcaldes tienen al sentir de la mano el pulso ciudadano, pues desde la voluntad popular ejercen el poder en el campo de acción donde desembocan todas y cada una de las políticas públicas. Siendo el municipio la arena donde se enfrentan con todos los desafíos, es también, donde se observa la fuerza de cada una de las decisiones.

En ese tenor, es impostergable que más municipios se fortalezcan, pues para que la política de estado tenga al municipio en el centro de su diseño, es necesario que nuestro primer orden de gobierno tenga la fortaleza para soportar la exigencia ciudadana y el andamiaje institucional.

Sin temor a equivocarme, asevero que la ADM es uno de los productos clave para México, pues nuestro país necesita del esfuerzo de todos para alcanzar ese horizonte que deseamos.

Horizonte que no solo depende de la voluntad política de una Comuna a adherirse a un programa de este tipo, si no también depende de la participación de la sociedad civil, la academia y los ciudadanos con su exigencia, pues el compromiso por una mejor nación es por denominación de origen plural e impostergable.

Para culminar esta entrega, los invito a que con la voluntad de transformar, cerremos las brechas y distancias que separan lo que somos y lo que queremos ser a través de la participación que coadyuve con nuestras instituciones.

*Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED).