Empezó al interior de Morena en Puebla la llamada “revolución de la conciencia” ante el deterioro político e ideológico acelerado del partido oficial, al reconfigurarse como PRIMor en el estado.
Este debate tiene varias semanas entre los llamados sectores pensantes del partido Morena, en la víspera del inicio de la campaña presidencial, y al final del mismo mes, las locales de gobernador, 217 alcaldes y 26 diputados.
Militantes de Morena advierten de la acelerada degradación de la burocracia dorada del oficialismo en el estado, y han lanzado la consigna de no votar por José (Pepe) Chedraui Budib ni por Antonio (Tony) Gali López.
En la degradación del partido Morena, con la postulación de ex priistas a diferentes cargos de elección popular, ven a la dirigencia partidista burocrática postulando candidatos a contracorriente de los principios del movimiento obradorista.
En esta lógica, con el ex priista empresario textilero (José) Pepe Chedraui, el principio obradorista de “primero los pobres”, con la decisión de imponer la candidatura de un empresario del PRI en la capital poblana, el slogan de campaña será: “Por el bien de todos, primero los ricos”.
Y es que los militantes de Morena realmente preocupados por el rumbo político e ideológico -el sector pensante- del partido oficial, han retomado el sentido crítico del ideólogo morenista, el recién desaparecido argentino Enrique Dussel, quien puso el dedo en la llaga.
Vale la pena destacar algunos fragmentos de la tesis de Dussel,
Al referirse a “la democracia en el partido/movimiento de Morena”, vale la pena destacar algunos fragmentos de la tesis política de Dussel.
Al referirse al crecimiento rápido, casi anormal del partido oficialista, advertía que “fueron atraídos como un imán funcionarios del viejo régimen neo-liberal, arribistas, politiqueros, chapulines de diversos orígenes y hasta algunos elementos del empresariado y pequeñoburgueses clase-medieros”.
Morena “atrajo a sus filas a trabajadores y mujeres trabajadoras con poca o casi nula formación política (…) los nuevos miembros aceptaban casi sin discusión las directrices que fueran marcadas por Andrés Manuel López Obrador y su equipo de fundadores que más tarde serían la cúpula burocrática y gobernante”.
Subrayó Enrique Dussel: “no militan en Morena por decisión propia, es decir de aquellos que estuvieron y están en las entrañas de los movimientos sociales y del mismo pueblo y los trabajadores”.
“Vemos que la clase dirigente, la cúpula del “partido” no es nada, solo se burocratiza, se hace ajena a los movimientos sociales y se convierte en una estructura electoral arrebatando a dirigentes sociales los puestos de representación popular y de poder político que les corresponden”.
Para Dussel, “la cúpula dirigente (morenista) no cree en la izquierda ni en sus militantes, ni en sus organizaciones creadas por ellos, pero sí manejan la retórica izquierdista y la usan con esos militantes en tiempos electorales y de crisis políticas de credibilidad y ataques de enemigos políticos”.
“Ya hemos visto que prefieren mucho más a los incondicionales, sometidos y chapulines venidos de partidos incluso derechistas o de centro derecha, que a sus propios militantes fundadores (fuera de la cúpula) u otros connotados izquierdistas y dirigentes sociales”.
Al igual que Enrique Dussel, el ideólogo de Morena, militantes poblanos pretenden no se pierda la base ideológica transformadora “radical y revolucionaria” en ese partido: “no ser seguidistas y marionetas de la cúpula burocrática del aparato (…) de esta manera no serán una masa dirigida por una cúpula y un caudillo gobernante”.
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