/ miércoles 4 de diciembre de 2019

Nosotros y la inclusión

Tenemos dos opciones ante la situación política y social que hoy vivimos en nuestro país: cruzarnos de brazos o hacer la parte que nos corresponde.

Cruzarnos de brazos es jugar al llanero solitario, esconder la cabeza, no hacer nada, quejarnos y dejar que las circunstancias decidan por nosotros. En cambio, hacer la parte que nos corresponde, es asumir que somos parte de la solución y que al menos con nuestra actitud y nuestras acciones, podemos ver las cosas de manera diferente y aportar nuestro granito de arena en el día a día. Es ser proactivo, participativo, entusiasta. Es entender que podemos lograr más juntándonos con otros que piensan igual que nosotros, respetar a los que piensan diferente y atrevernos a participar socialmente en cualquier ámbito de nuestra vida: en el deporte, en alguna asociación, con nuestros vecinos, en la escuela de nuestros hijos y de esta manera, descubrir la importancia de organizarnos y lograr resultados en común.

Otra característica, digna de ser tomada en cuenta, es la empatía, es decir ponernos en los zapatos del otro y ver más allá de nosotros mismos. Lograr la unidad dentro de la diversidad y sobre todo ser incluyentes. A propósito de la inclusión, una forma de practicarla es a través de las personas con discapacidad, que consiste en generar condiciones de igualdad ante las diferencias que puedan tener. Conmemorar el 3 de diciembre el día internacional de las personas con discapacidad me parece una oportunidad extraordinaria de reproducir la inclusión en todos los ámbitos de nuestra vida y de esta manera aportar la parte que nos corresponde.

Fui testigo de una dinámica que llevó a cabo la Red Puebla para Todos, que consistió en sensibilizar a usuarios del transporte público, autoridades y conductores acerca de cómo incluir, de manera adecuada a las personas con discapacidad en este medio de transporte. Los resultados de esta dinámica para personas con discapacidad me parece que se pueden aplicar a todos los aspectos de nuestra dinámica social y lograr con ello más participación, más solidaridad y sobre todo más igualdad.

En 1992, la Asamblea General de la ONU proclamó el día 3 de diciembre Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que busca fomentar la igualdad de oportunidades y una mayor integración en la sociedad de las personas con discapacidades. A pesar de estos postulados, aún se requieren de acciones que motiven a respetar los derechos de las personas con discapacidad, tanto por parte de las autoridades, los conductores del transporte público, así como del público en general.

La Red Puebla para Todos, es un colectivo formado por distintas personas y agrupaciones que busca incluir a las personas con discapacidad a la vida activa de la sociedad. A pesar de tomar en cuenta todos los aspectos de la inclusión, el tema del transporte es en el que actualmente se está trabajando. Dentro de los trabajos que se han realizado durante el último año, destaca la impartición de cursos de capacitación a conductores del transporte público con la finalidad de sensibilizarlos en la atención adecuada a personas con discapacidad.

Dichos cursos se han llevado a cabo en las instalaciones de la Secretaría de movilidad y transporte y en el Centro Integral de Servicios en coordinación con las autoridades estatales, con una gran respuesta por parte de los permisionarios y conductores participantes. Los esfuerzos de la red se han enfocado a generar condiciones para tener un transporte incluyente para las personas con discapacidad. Es decir que se aplique literalmente lo que establecen las Convenciones Internacionales en la materia, así como las leyes locales, además de ejercer la accesibilidad física, actitudinal y en comunicación.

El 3 de diciembre se llevó a cabo una dinámica en el transporte público. Esta consistió en que una persona con discapacidad y una persona sin discapacidad, que consistió en subiéramos al recorrido de la ruta 45 A, explicando a sus usuarios la importancia que tiene la inclusión en la vida diaria de las personas con discapacidad, el utilizar el transporte público y apoyar adecuadamente de acuerdo al tipo de discapacidad.

Participar en esta actividad me permitió ser testigo de cómo personas en silla de ruedas, en muletas, personas con discapacidad visual y personas con discapacidad intelectual, acompañados de personas sin discapacidad nos subíamos al transporte y las personas con algún tipo de discapacidad explicaban cómo podían ser ayudadas. Ver la interacción de las personas con distintos tipos de discapacidad con usuarios del transporte fue un ejemplo de sensibilización, empatía e inclusión.

Este tipo de actitudes son las que necesitamos como sociedad para interesarnos por el otro y dentro de las diferencias encontrar lo que nos une y lograr una sociedad más incluyente.

La inclusión nos corresponde y nos beneficia a todos. Practiquémosla en el día a día.

Tenemos dos opciones ante la situación política y social que hoy vivimos en nuestro país: cruzarnos de brazos o hacer la parte que nos corresponde.

Cruzarnos de brazos es jugar al llanero solitario, esconder la cabeza, no hacer nada, quejarnos y dejar que las circunstancias decidan por nosotros. En cambio, hacer la parte que nos corresponde, es asumir que somos parte de la solución y que al menos con nuestra actitud y nuestras acciones, podemos ver las cosas de manera diferente y aportar nuestro granito de arena en el día a día. Es ser proactivo, participativo, entusiasta. Es entender que podemos lograr más juntándonos con otros que piensan igual que nosotros, respetar a los que piensan diferente y atrevernos a participar socialmente en cualquier ámbito de nuestra vida: en el deporte, en alguna asociación, con nuestros vecinos, en la escuela de nuestros hijos y de esta manera, descubrir la importancia de organizarnos y lograr resultados en común.

Otra característica, digna de ser tomada en cuenta, es la empatía, es decir ponernos en los zapatos del otro y ver más allá de nosotros mismos. Lograr la unidad dentro de la diversidad y sobre todo ser incluyentes. A propósito de la inclusión, una forma de practicarla es a través de las personas con discapacidad, que consiste en generar condiciones de igualdad ante las diferencias que puedan tener. Conmemorar el 3 de diciembre el día internacional de las personas con discapacidad me parece una oportunidad extraordinaria de reproducir la inclusión en todos los ámbitos de nuestra vida y de esta manera aportar la parte que nos corresponde.

Fui testigo de una dinámica que llevó a cabo la Red Puebla para Todos, que consistió en sensibilizar a usuarios del transporte público, autoridades y conductores acerca de cómo incluir, de manera adecuada a las personas con discapacidad en este medio de transporte. Los resultados de esta dinámica para personas con discapacidad me parece que se pueden aplicar a todos los aspectos de nuestra dinámica social y lograr con ello más participación, más solidaridad y sobre todo más igualdad.

En 1992, la Asamblea General de la ONU proclamó el día 3 de diciembre Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que busca fomentar la igualdad de oportunidades y una mayor integración en la sociedad de las personas con discapacidades. A pesar de estos postulados, aún se requieren de acciones que motiven a respetar los derechos de las personas con discapacidad, tanto por parte de las autoridades, los conductores del transporte público, así como del público en general.

La Red Puebla para Todos, es un colectivo formado por distintas personas y agrupaciones que busca incluir a las personas con discapacidad a la vida activa de la sociedad. A pesar de tomar en cuenta todos los aspectos de la inclusión, el tema del transporte es en el que actualmente se está trabajando. Dentro de los trabajos que se han realizado durante el último año, destaca la impartición de cursos de capacitación a conductores del transporte público con la finalidad de sensibilizarlos en la atención adecuada a personas con discapacidad.

Dichos cursos se han llevado a cabo en las instalaciones de la Secretaría de movilidad y transporte y en el Centro Integral de Servicios en coordinación con las autoridades estatales, con una gran respuesta por parte de los permisionarios y conductores participantes. Los esfuerzos de la red se han enfocado a generar condiciones para tener un transporte incluyente para las personas con discapacidad. Es decir que se aplique literalmente lo que establecen las Convenciones Internacionales en la materia, así como las leyes locales, además de ejercer la accesibilidad física, actitudinal y en comunicación.

El 3 de diciembre se llevó a cabo una dinámica en el transporte público. Esta consistió en que una persona con discapacidad y una persona sin discapacidad, que consistió en subiéramos al recorrido de la ruta 45 A, explicando a sus usuarios la importancia que tiene la inclusión en la vida diaria de las personas con discapacidad, el utilizar el transporte público y apoyar adecuadamente de acuerdo al tipo de discapacidad.

Participar en esta actividad me permitió ser testigo de cómo personas en silla de ruedas, en muletas, personas con discapacidad visual y personas con discapacidad intelectual, acompañados de personas sin discapacidad nos subíamos al transporte y las personas con algún tipo de discapacidad explicaban cómo podían ser ayudadas. Ver la interacción de las personas con distintos tipos de discapacidad con usuarios del transporte fue un ejemplo de sensibilización, empatía e inclusión.

Este tipo de actitudes son las que necesitamos como sociedad para interesarnos por el otro y dentro de las diferencias encontrar lo que nos une y lograr una sociedad más incluyente.

La inclusión nos corresponde y nos beneficia a todos. Practiquémosla en el día a día.