El estudio del poder es fascinante, nos lleva a linderos que desde la época de la Grecia antigua iniciaron las disertaciones de los filósofos hasta llegar a un significado más general: “designa la capacidad o posibilidad de obrar, de producir efectos, y puede ser referida tanto a individuos o grupos humanos como a objetos o fenómenos de la naturaleza”, referencia que encontramos en Norberto Bobbio. Sólo que cuando se excede entonces imprime violencia y caos.
En la sociedad, el poder lo ejerce el hombre sobre el hombre, o el gobierno sobre los ciudadanos, igual sus excesos. Es el caso de la violencia contra el más débil, no necesariamente una mujer, así ha sido siempre, porque está en la naturaleza humana. Así también una persona puede ejercer poder sobre sí misma, como para omitir excesos.
¿Qué ha ocurrido con ese ejercicio del poder desmedido? Al menos en México, 9 mujeres son asesinadas al día (INEGI), 43.9% de las mujeres en México ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual, o la última a lo largo de su relación y 53.1% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja (ONU Mujeres México); 14 de los 25 países con mayor número de feminicidios en el mundo están en América Latina y el Caribe, y cada año 64 mil mujeres y niñas son asesinadas en el mundo (CEPAL), datos que se pueden revisar en la página del gobierno para explicar el Día Naranja. La referencia a la mujer es recurrente, no es un invento.
La condición de vulnerabilidad de la mujer se ha registrado en la historia , no porque queramos vernos débiles o lo seamos, en todos los sentidos, sino porque hay personas que ejercen su poder desmedido sobre otras, violencia. Así que lo único que se considera viable es prevenirla. El 25 de noviembre de 1960, tres hermanas dominicanas fueron asesinadas por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo sólo porque eran opositoras a su régimen, esto se conmemora en América Latina desde 1981. Y la ONU decretó oficialmente el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres en 1999.
Todos los esfuerzos no eran suficientes, por eso desde 2012 se proclamó el 25 de cada mes como Día Naranja para “hacer conciencia sobre la violencia contra las mujeres y las niñas y actuar en consecuencia”. Aunque tal parece que las campañas no serán suficientes nunca, porque la violencia es un mal endémico, la semilla está en el hombre mismo.
Resta dejar en la conciencia del otro conocer su poder y ejercerlo con medida, no hay fórmulas, desde casa y luego en la escuela o el trabajo nos conducimos con él. Generar conciencia de que podemos infligir a causa de la violencia, contra el más vulnerable que yo.
Violencia familiar, violencia en la comunidad, violencia laboral, violencia docente, violencia institucional, violencia sexual, acoso sexual, violencia feminicida, son señalados como tipos de violencia que se ejerce sobre la mujer en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), publicada en 2007 en México, con la última reforma el pasado mes de mayo de 2023. Esta tipología se ha construido a lo largo de nuestra historia por la frecuencia de los daños causados, lamentablemente. Sigue Siguen los tiempos de tomar conciencia, pero reitero: por los más vulnerables, mujeres y hombres.
*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com