/ domingo 18 de marzo de 2018

Puede haber una ruptura del paradigma político con un punto y aparte...

“Entre dos hombres iguales en fuerza, el que tiene más razón es el más fuerte.”

Pitágoras


Hablar de modelos, esquemas, ejemplos, formas de pensar, estructuras mentales aprendidas y fijadas sin ver otra posibilidad de conducirse es hablar de paradigmas.

Nos hemos formado paradigmas (arquetipos) de los políticos tradicionales, como el de ser corruptos, poco importa, oportunistas, mentirosos, por decir algunos conceptos nada agradables. A tal grado se les ve a los políticos (con esas vestiduras) que el paradigma es que no sirven para nada. Nada más que para robar.

Éste paradigma es una de las razones fundamentales por las que hay un alto grado de abstencionismo. Y es que cuando alguien se forma una idea de algo o de alguien es muy difícil hacerle cambiar. Con mayor razón si hay muestras palpables de que a la mayoría de los políticos tradicionales les cae el chaleco.

Por las características de unas de las formas de mi trabajo, escucho cómo piensa la gente con la que tengo oportunidad de intercambiar ideas socio políticas. Grosso modo, no he escuchado a nadie hablar bien de “todos” los políticos. Más bien, dado los paradigmas mentales que existen, podría decirse que no se salva ninguno de los calificativos dichos arriba.

Por eso, como “ya sabe quién”, ha validado su intención de llegar al poder a partir de calificativos para lograr el posicionamiento que tiene en el electorado; sacudiéndose él el paradigma de político tradicional. Cosa que le ha dado –efectivamente- un gran resultado. Pero, la verdad no todos son así si bien sí la mayoría, cosa que se evidencia, incluyendo a muchos de sus aliados.

Con todo y sea cierto o falso cuanto se diga, lo cierto es que cuando en una campaña política electoral un candidato o su equipo creen que tienen todos los cabos amarrados, es un indicativo de todo lo contrario. Es, de hecho, una forma de soberbia política creérselo, y es fácil caer en el exceso de confianza, cosa muy común. No es de extrañar que ya haya quienes se ven ocupando los puestos sin siquiera haber iniciado la campaña formal. Esto es válido, a nivel federal, para el caso de MORENA, y en lo local para el PAN en ambas candidaturas, la de la gubernatura y la de la presidencia municipal. Así de grande es la ambición por el poder.

Sigo creyendo y cada día con más fuerza, que nada está dicho y que pueden romperse muchos paradigmas a partir –sobre todo- de factores inusitados y –de hecho- cuando se inicie la campaña formal el 30 de marzo, o sea en 13 días lo veremos. Probablemente haya quienes empiecen a cambiar sus tácticas y estrategias, incluso, hasta es posible que tiemblen. Porque bien lo dice el refrán, ¨no hay enemigos pequeños”.

Uno de los factores emergidos -como despertar de último momento en la semana- es el hecho de que el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Municipio de Puebla, Gonzalo Juárez Méndez sea el candidato del partido Compromiso por Puebla, aunque no está todo claro en plenitud.

Este hecho deja un sabor que puede ir más allá de la anécdota electoral. Él en lo particular no parece ser lo que algunos medios han insinuado descalificándolo. Fuentes de entero crédito me indicaron que sí hay una intención real y que va con todo.

Posturas como: “El problema de hoy en día es que, las personas están más interesadas en ser importantes, que en ser “útiles y servir”. “…Es tiempo de una revolución… Una revolución de ideas, para fomentar los valores cívicos”. “Se requiere una reconciliación social para acabar con el resentimiento, no hacer más de lo mismo.” Esto dicho por un aliado del sistema deja implícito que hasta ahora, los presidentes municipales habidos no hicieron nada al respecto, por lo que él sí lo hará.

Parece ingenuo o iluso, pero son conceptos que pueden prender en tanto el desencanto no desaparece, sino que crece. Por lo mismo titulé este aporte como “un punto y aparte”, pudiera ser la ruptura del paradigma.


*Consultor y asesor en Comunicación Política y Organizacional

jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf

“Entre dos hombres iguales en fuerza, el que tiene más razón es el más fuerte.”

Pitágoras


Hablar de modelos, esquemas, ejemplos, formas de pensar, estructuras mentales aprendidas y fijadas sin ver otra posibilidad de conducirse es hablar de paradigmas.

Nos hemos formado paradigmas (arquetipos) de los políticos tradicionales, como el de ser corruptos, poco importa, oportunistas, mentirosos, por decir algunos conceptos nada agradables. A tal grado se les ve a los políticos (con esas vestiduras) que el paradigma es que no sirven para nada. Nada más que para robar.

Éste paradigma es una de las razones fundamentales por las que hay un alto grado de abstencionismo. Y es que cuando alguien se forma una idea de algo o de alguien es muy difícil hacerle cambiar. Con mayor razón si hay muestras palpables de que a la mayoría de los políticos tradicionales les cae el chaleco.

Por las características de unas de las formas de mi trabajo, escucho cómo piensa la gente con la que tengo oportunidad de intercambiar ideas socio políticas. Grosso modo, no he escuchado a nadie hablar bien de “todos” los políticos. Más bien, dado los paradigmas mentales que existen, podría decirse que no se salva ninguno de los calificativos dichos arriba.

Por eso, como “ya sabe quién”, ha validado su intención de llegar al poder a partir de calificativos para lograr el posicionamiento que tiene en el electorado; sacudiéndose él el paradigma de político tradicional. Cosa que le ha dado –efectivamente- un gran resultado. Pero, la verdad no todos son así si bien sí la mayoría, cosa que se evidencia, incluyendo a muchos de sus aliados.

Con todo y sea cierto o falso cuanto se diga, lo cierto es que cuando en una campaña política electoral un candidato o su equipo creen que tienen todos los cabos amarrados, es un indicativo de todo lo contrario. Es, de hecho, una forma de soberbia política creérselo, y es fácil caer en el exceso de confianza, cosa muy común. No es de extrañar que ya haya quienes se ven ocupando los puestos sin siquiera haber iniciado la campaña formal. Esto es válido, a nivel federal, para el caso de MORENA, y en lo local para el PAN en ambas candidaturas, la de la gubernatura y la de la presidencia municipal. Así de grande es la ambición por el poder.

Sigo creyendo y cada día con más fuerza, que nada está dicho y que pueden romperse muchos paradigmas a partir –sobre todo- de factores inusitados y –de hecho- cuando se inicie la campaña formal el 30 de marzo, o sea en 13 días lo veremos. Probablemente haya quienes empiecen a cambiar sus tácticas y estrategias, incluso, hasta es posible que tiemblen. Porque bien lo dice el refrán, ¨no hay enemigos pequeños”.

Uno de los factores emergidos -como despertar de último momento en la semana- es el hecho de que el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Municipio de Puebla, Gonzalo Juárez Méndez sea el candidato del partido Compromiso por Puebla, aunque no está todo claro en plenitud.

Este hecho deja un sabor que puede ir más allá de la anécdota electoral. Él en lo particular no parece ser lo que algunos medios han insinuado descalificándolo. Fuentes de entero crédito me indicaron que sí hay una intención real y que va con todo.

Posturas como: “El problema de hoy en día es que, las personas están más interesadas en ser importantes, que en ser “útiles y servir”. “…Es tiempo de una revolución… Una revolución de ideas, para fomentar los valores cívicos”. “Se requiere una reconciliación social para acabar con el resentimiento, no hacer más de lo mismo.” Esto dicho por un aliado del sistema deja implícito que hasta ahora, los presidentes municipales habidos no hicieron nada al respecto, por lo que él sí lo hará.

Parece ingenuo o iluso, pero son conceptos que pueden prender en tanto el desencanto no desaparece, sino que crece. Por lo mismo titulé este aporte como “un punto y aparte”, pudiera ser la ruptura del paradigma.


*Consultor y asesor en Comunicación Política y Organizacional

jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf