/ miércoles 11 de marzo de 2020

Tras la población estudiantil de Puebla se vislumbran grandes cambios

Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismoMahatma Gandhi

Si bien mucho se ha hablado de la marcha ejemplar y combativa de los estudiantes el jueves 5 de marzo de 2020, no fue sólo una marcha de ellos; fueron -también- miles de ciudadanos que se sumaron.

Esto me recuerda aquellas marchas gloriosas de los años 70´s y 80´s cuando no únicamente se luchaba por la reforma educativa, la autonomía universitaria, a favor de la liberación femenina y equidad; sino contra la subida de los artículos de la canasta básica, contra la subida de las medicinas, contra el alza del combustible; en favor de la soberanía nacional, contra la injerencia de las políticas económicas de los Estados Unidos en los países de Latinoamérica, entre otras luchas sociales. No era solo un interés grupal, de género, ni exclusivista, mucho menos sectario ni de unos contra otros; tampoco era por intereses egoístas ni relativistas, ni hedonistas.

Emociona sentir que se refunda la conciencia social de la juventud estudiosa, deseosa de generar mejores condiciones. Esto, dicho a su manera (sin ver quién era, con una voz fuerte, de mujer guerrera) la joven ejemplificó la fuerza de los 250 mil estudiantes que marcharon hasta llegar frente a Casa Aguayo. Ella en su alocución fue clara y contundente:

“Puebla despertó, sus jóvenes están de pie, después del trágico suceso de Jimena, José Antonio, Francisco Javier y José Manuel, que hirieron a toda la comunidad universitaria, que suscitaron, paros, marchas protestas, y una indignación generalizada en todo el país; hemos venido hasta aquí, a la sede del gobierno de Estado, para decir con voz potente que nunca olvidaremos a cada uno de nuestros compañeros y honraremos memoria de manera ejemplar.

“Hoy los universitarios somos una comunidad sólida, unida, fraterna y potente. Que en el pueblo reside la soberanía y que las autoridades están para servirnos con eficacia; impartiendo justicia sin impunidad, por tanto, si no pueden con la tarea deben renunciar. En caso contrario, demuestren con acciones claras y contundentes de qué lado están. Que agradecer que las autoridades universitarias se hayan sumado al movimiento; sin embargo, recordar a Puebla, que los necesitamos a todos. Si uno falta, si uno opta por la indiferencia, si uno es presa del miedo, entonces, los sueños seguirán siendo eso, sueños. (…)

“No podemos pasar de la justa indignación a la esperanza ni olvidarnos que nosotros somos el corazón de la ciudadanía. Se nos abren muchas posibilidades para actuar, liderando los grupos vecinales de barrios y colonias, restableciendo el tejido social a través del diálogo y la reconciliación; pidiendo cuentas a nuestras autoridades, generando soluciones tecnológicas en pro de la seguridad de mujeres, niños y estudiantes, alzando la voz para crear conciencia social; dando ejemplo que el humanismo vence la barbarie.

“Que la ira, la angustia y el luto encendieron este fuego, pero se mantendrá alumbrando solo con el trabajo perseverante de una generación que sepa tomar la estafeta responsablemente; que sea ejemplar en su actuar, que sea factor de cambio. Nuestra autoridad moral como universitarios será directamente proporcional a nuestra responsabilidad social. Por eso nuestros reclamos serán válidos, por eso nuestra voz no dejará de escucharse…”

Al transcribir parte de los discursos, mi interés es sentar que, si se hacen vida y se mantienen vivos, responsablemente, se puede decir que estamos ante un legítimo y renovador despertar de la población estudiantil que impulsa serios cambios en el siglo XXI. (Sigue)

Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismoMahatma Gandhi

Si bien mucho se ha hablado de la marcha ejemplar y combativa de los estudiantes el jueves 5 de marzo de 2020, no fue sólo una marcha de ellos; fueron -también- miles de ciudadanos que se sumaron.

Esto me recuerda aquellas marchas gloriosas de los años 70´s y 80´s cuando no únicamente se luchaba por la reforma educativa, la autonomía universitaria, a favor de la liberación femenina y equidad; sino contra la subida de los artículos de la canasta básica, contra la subida de las medicinas, contra el alza del combustible; en favor de la soberanía nacional, contra la injerencia de las políticas económicas de los Estados Unidos en los países de Latinoamérica, entre otras luchas sociales. No era solo un interés grupal, de género, ni exclusivista, mucho menos sectario ni de unos contra otros; tampoco era por intereses egoístas ni relativistas, ni hedonistas.

Emociona sentir que se refunda la conciencia social de la juventud estudiosa, deseosa de generar mejores condiciones. Esto, dicho a su manera (sin ver quién era, con una voz fuerte, de mujer guerrera) la joven ejemplificó la fuerza de los 250 mil estudiantes que marcharon hasta llegar frente a Casa Aguayo. Ella en su alocución fue clara y contundente:

“Puebla despertó, sus jóvenes están de pie, después del trágico suceso de Jimena, José Antonio, Francisco Javier y José Manuel, que hirieron a toda la comunidad universitaria, que suscitaron, paros, marchas protestas, y una indignación generalizada en todo el país; hemos venido hasta aquí, a la sede del gobierno de Estado, para decir con voz potente que nunca olvidaremos a cada uno de nuestros compañeros y honraremos memoria de manera ejemplar.

“Hoy los universitarios somos una comunidad sólida, unida, fraterna y potente. Que en el pueblo reside la soberanía y que las autoridades están para servirnos con eficacia; impartiendo justicia sin impunidad, por tanto, si no pueden con la tarea deben renunciar. En caso contrario, demuestren con acciones claras y contundentes de qué lado están. Que agradecer que las autoridades universitarias se hayan sumado al movimiento; sin embargo, recordar a Puebla, que los necesitamos a todos. Si uno falta, si uno opta por la indiferencia, si uno es presa del miedo, entonces, los sueños seguirán siendo eso, sueños. (…)

“No podemos pasar de la justa indignación a la esperanza ni olvidarnos que nosotros somos el corazón de la ciudadanía. Se nos abren muchas posibilidades para actuar, liderando los grupos vecinales de barrios y colonias, restableciendo el tejido social a través del diálogo y la reconciliación; pidiendo cuentas a nuestras autoridades, generando soluciones tecnológicas en pro de la seguridad de mujeres, niños y estudiantes, alzando la voz para crear conciencia social; dando ejemplo que el humanismo vence la barbarie.

“Que la ira, la angustia y el luto encendieron este fuego, pero se mantendrá alumbrando solo con el trabajo perseverante de una generación que sepa tomar la estafeta responsablemente; que sea ejemplar en su actuar, que sea factor de cambio. Nuestra autoridad moral como universitarios será directamente proporcional a nuestra responsabilidad social. Por eso nuestros reclamos serán válidos, por eso nuestra voz no dejará de escucharse…”

Al transcribir parte de los discursos, mi interés es sentar que, si se hacen vida y se mantienen vivos, responsablemente, se puede decir que estamos ante un legítimo y renovador despertar de la población estudiantil que impulsa serios cambios en el siglo XXI. (Sigue)