Si después de tantas horas y tantos días de entretener a tus hijos con diferentes actividades se te agotaron las ideas, atrévete a compartir con ellos estos experimentos científicos.
Son muy fáciles de hacer y los materiales necesarios son tan básicos, que seguro los tienes en casa. Grandes y pequeños quedarán fascinados con ellos, sobretodo se mantendrán muy entretenidos. Te sugerimos que los hagan siempre bajo tu supervisión.
CORTA BOTELLAS DE CRISTAL CON UNA CUERDA
Materiales
Un par de botellas de cerveza o de lo que quieras (que sean iguales), alcohol de 96 grados, un hilo grueso o cordel, un encendedor y un recipiente con agua en el que quepa la botella de cristal completa.
Instrucciones
Tomas el cordel y le das dos vueltas alrededor de la parte más ancha de la botella. Se hace nudo fijo y se recorta el sobrante. Acerca el recipiente con agua fría, si no lo está le agregas hielo.
Empapa el cordel en alcohol, cuidadosamente, todo alrededor. Ahora enciéndelo por un lado y ve girando la botella para que se prenda la llama a todo el rededor (sobre el cordel). Una vez que se haya apagado la flama, sumerge la botella en el agua sosteniéndola de la parte delgada. En unos minutos se escuchará un ¡crack!, entonces verás que la botella se parte y el lugar donde la sostienes se despegará del resto.
Utilízalos como vasos o floreritos, lima la orilla con una lija de agua de grano medio (envuélvela en un taco de madera por precaución). Después repite la operación con una lija de grano fino. ¡Listo!
¿Por qué ocurre?
Al calentar la botella se produce una dilatación por calor. Al meterla en agua fría la temperatura baja precipitadamente y el cristal se contrae, provocando que se rompa.
BURBUJAS DENTRO DE OTRAS
Materiales
Recipiente pequeño, jabón líquido para trastes (Salvo), azúcar glass, agua, cuchara y un popote. Espuma de jabón en polvo.
Instrucciones
Agrega un poco de agua tibia al recipiente y añade una cucharada rasa de azúcar glass, mezcla hasta que el líquido se vuelva transparente.
En una mesa lisa agrega un poco de la espuma de jabón y extiéndela con la mano en el centro de la superficie. Introduce la punta del popote en la solución que preparaste e inmediatamente sopla acercándote a la mesa para que se forme una burbuja (de buen tamaño), que quedará atrapada en el área.
Te impresionará que la punta del popote quedará adentro de la burbuja; sin miedo y con cuidado sácalo. Repite la operación, pero esta vez haz una burbuja más pequeña dentro de la primera que hiciste, introduciendo el popote dentro, y así sucesivamente. Podrás inflar una burbuja dentro de otra, y otra y otra.
¿Por qué ocurre?
Esto es posible gracias a la tensión superficial. Las burbujas son frágiles y con solo tocarlas se rompen, pero al mojar el popote con la solución, este se adapta a la forma de la burbuja e impide que se truene.
HAZ UN BALANCÍN DE FUEGO
Materiales
Dos velitas para pastel, una tachuela, dos clips, dos popotes y un vaso de plástico pequeño.
Instrucciones
Haz un hoyo en la base del recipiente de plástico a modo que quepa por ahí uno de los popotes. Mide el popote y justo al centro del mismo clávale la tachuela. Es importante que quede justo en el medio.
Toma el clip y desbarátalo haciendo una especie de gancho con una de las partes. Esa parte, introdúcela por el agujero que hiciste y el otro extremo mételo dentro del popote. Por último coloca las velas por ambos lados y enciéndelas. ¡Se balancearán!
¿Por qué ocurre?
Una vez que las velas se prendan comenzarán a moverse de arriba hacia abajo. El secreto está en la cera que desprenden. Cuando uno de los extremos baja, deja caer una gota cambiando de peso una y otra vez, por lo que mientras permanezcan encendidas, bailarán así.
HUEVO DE GOMA
Materiales
Un huevo, vinagre y un tupper chico con tapa.
Instrucciones
Introduce el huevo en el tupper y cúbrelo con vinagre. Se deja así durante 2 días. La cáscara del huevo se irá deshaciendo poco a poco. Al segundo día si observas que aún tiene mucha cáscara, déjalo un día más.
Cuando saques el huevo límpialo debajo del chorro de agua y luego sécalo con cuidado con un trapo o servilleta. La cáscara del huevo se ha convertido en una especie de membrana protectora de aspecto parecido a la goma. Siéntate en la mesa y tira el huevo a una altura aproximada de 20 o 30 centímetros, verás que este rebota y no se rompe, se convirtió en ¡un huevo saltarín!
Ojo, el huevo por dentro sigue teniendo su yema y su clara, para verlo acerca un encendedor. Si lo tiras al suelo seguro se romperá.
¿Por qué?
La cáscara del huevo es de carbonato cálcico y el vinagre es ácido acético. Al entrar en contacto se genera una reacción química que produce dióxido de carbono. Este dióxido de carbono son las burbujas que verás alrededor de la cáscara.
Como consecuencia de esta reacción, la cáscara se va deshaciendo y el huevo queda únicamente con su membrana protectora, que es la que tienen todos los huevos por dentro, pegada a la cáscara.