El ciberacoso tiene su origen en el grupo escolar o de amigos del lugar donde vivimos, pero no todo conflicto entre nuestros hijos y sus compañeros es acoso virtual, hay que identificar si la conducta que tiene el acosador es intencionada, voluntaria y sistémica, expone Jaqueline Machado Garduño, profesional de la salud mental especializada en Desarrollo de Consciencia.
“El ciberacosador busca dominar, controlar y humillar verbalmente a su víctima, pero también aislarla y destruirla; es sistemático, repetitivo y deliberado en su comportamiento destructivo hacia ella. Esto es una forma de maltrato que busca el desequilibrio y la fractura emocional, sexual, físico, mental y espiritual del acosado”, enfatiza.
Señala que esto termina por generar un comportamiento llamado “indefensión aprendida” en la que, al fracturar su autoestima y desequilibrar su personalidad, la víctima ya no tiene la energía para intentar defenderse o buscar ayuda, entonces se va retrae cada vez más en sí misma.
Los más vulnerables de caer en ciberacoso son los niños o adolescentes que tienen baja autoestima, poco o nulo apoyo familiar, confusión en su identidad sexual, conflictos y traumas sexuales, trastornos en su desarrollo psicosexual, emocional y afectivo; falta de habilidades sociales y de comunicación, víctimas de violencia o aquellos que atraviesan por momentos difíciles como divorcios, pleitos continuos en casa o cambio de residencia.
“A través del internet, el acoso virtual ha traspasado la intimidad del hogar, lo que da como resultado que nuestros hijos corran peligro incluso dentro de casa. Con el anonimato de las redes sociales, es mucho más fácil atacar a alguien; la facilidad para accionar de forma desinhibida le da cierta sensación de poder al acosador y si a eso le agregas que esa persona también tiene una autoestima fracturada y un desequilibrio en la conciencia, las proporciones del daño son inimaginables”, detalla.
El ciberacoso puede surgir de una simple broma de un compañero a otro, lo que abrirá la puerta a que muchos otros se vuelvan cómplices e incrementen el daño. El ataque tendrá un impacto mucho mayor y negativo al realizarse por diferentes vías: Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp, etcétera.
INFÓRMATE E INVOLÚCRATE
Como padre de familia debes de ser consciente de que el acoso virtual convierte a los hijos en “víctimas invisibles y abandonadas”.
La especialista dice que, si quieres evitar que tus hijos lo sufran debes informarte, comprender que el ciberacoso produce dolor, miedo, enojo y eso no se ve porque la tecnología aísla y crea un velo invisible que corta la empatía emocional, lo que termina por agotar a la víctima, quien en grados extremos puede llegar a quitarse la vida.
Por otra parte, sebes ser consciente del ejemplo que estás dando tú como padre de familia, porque muchas veces te puedes ir con las fantasías de que tus hijos no serían capaces de hacer daño, pero los pleitos en casa o tu indiferencia al volcarte todo el día en tu móvil o computadora, te vuelven invisible al hacerlos sentir solos, entonces empiezan en la búsqueda de aprobación y esto los puede empujar a ser victimarios. Irónicamente, chicos que tienen habilidades extraordinarias se vuelven ciberacosadores por esta razón.
“Informarte para evitar que tus hijos sufran ciberacoso es primero conocer realmente quiénes son, cómo piensan, con quién se llevan, qué páginas de internet abren, cuáles son las redes sociales que más frecuentan”, señala.
Busca organizaciones ya dedicadas a la prevención del ciberacoso, platícalo con tus hijos e incluso con otros padres de familia amigos tuyos, dice la especialista, quien agrega que la realidad cruda y fría es que nuestros hijos, e incluso nosotros mismos como adultos, vivimos los efectos desconocidos de la tecnología por medio del internet y las redes sociales”.
No se trata de que te vuelvas paranoico sino de que afrontes que la ignorancia, la pasividad, el justificar tus múltiples ocupaciones, te pueden mantener como padre en una zona de confort, sin darte cuenta de que tu hijo es víctima o victimario.
Intégrate e involúcrate en la vida de tus hijos, toma medidas en correspondencia a su edad, de restricción y acceso a redes sociales o páginas, sobre todo quítate la venda de los ojos.
Machado garduño finaliza al decir que “el ciberacoso es un fenómeno social, así es que todos somos responsables de cuidar a nuestros hijos, de informarnos y dejar de justificar por qué no hacemos nada o nos mantenemos pasivos. ¡Actúa!”.
- El ciberacoso puede surgir de una simple broma de un compañero a otro, lo que abrirá la puerta a que muchos otros se vuelvan cómplices e incrementen el daño
- Busca organizaciones dedicadas a la prevención del ciberacoso, platícalo con tus hijos e incluso con otros padres de familia amigos tuyos
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