Crisolito Cirenia es una de las alfareras del Barrio de la Luz en la ciudad de Puebla, que desde hace más de 10 años se dedica a realizar piezas de barro, las cuales son solicitadas pese a la alta demanda muchas veces no son valoradas.
Desde sahumerios, cazuelas, platos, salseras, jarros, cantaritos y hasta ahumadores, es lo que produce como una tradición que ha pasado de generación en generación en la familia de su esposo, quien le enseñó el oficio.
En entrevista con EL SOL DE PUEBLA, explicó que la cultura, las tradiciones y el esfuerzo se ven reflejados en cada una de las piezas, las cuales en ocasiones no son valoradas por los ciudadanos locales, pues buscan regatear su trabajo.
Y aunque los precios van de los 12 a los mil 800 pesos, la gente quiere pagar menos, pues no ven las horas de la mano de obra que hay detrás de cada una de las piezas.
Según lo relató Crisolito, tan solo un jarrito que vale 12 pesos lleva un proceso de ocho a 15 días, pues la figura, el secado y el horneado se hacen con calidad y precisión a fin de poner en alto al municipio de Puebla.
Por ello es que piden que se valore el oficio de los alfareros, pues incluso son los turistas quienes pagan conformes al llevarse varias piezas de barro, con las que quedan fascinados.
Los clientes no solo son poblanos, sino también habitantes de otros estados como Oaxaca, Veracruz, Chiapas y ciudades como Texas, lo que representa que la calidad de su producción es realmente importante.
REHABILITAN CENTRO ALFARERO DEL BARRIO DE LA LUZ
A través del Programa Nacional de Reconstrucción se llevó a cabo la rehabilitación del Centro Alfarero del Barrio de la Luz, el cual lleva más de 30 años en funcionamiento e inclusive es considerado Patrimonio Cultural de la capital.
Por ello con una inversión de 2 millones 500 mil pesos se realizaron diversas intervenciones estructurales, como aplanado de muros, arreglo de grietas en muros interiores y exteriores, resane de fisuras y repellado en muros de plomo, colocación de piso, pinta de los muros interiores y exteriores, entre otras acciones.
Lo anterior a fin de que se convierta en "un museo vivo" de siete de la mañana a siete de la noche de lunes a sábado, pues la gente podrá visitar este inmueble ubicado en la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, número 1403 para conocer el proceso de las piezas de barro, así como la compra de las mismas.