El único camino que existió por siglos para trasladarse de Puebla a la milenaria ciudad de Cholula fue el Camino Real.
El establecimiento de la Universidad de las Américas y los hallazgos arqueológicos de la Gran Pirámide de Cholula, en 1966, detonaron el crecimiento de la Ciudad Sagrada.
La capital había experimentado un crecimiento poblacional y sus habitantes migraron a la periferia de la ciudad donde se establecieron núcleos de vivienda como el fraccionamiento La Paz, que más tarde, unió Puebla con Cholula a través de la vía rápida Quetzalcóatl.
Con una inversión tripartita de 29.5 millones de antiguos pesos, la vialidad fue inaugurada en 1975, por el gobernador interino Guillermo Morales Blumenkron, y “La Recta”, se convirtió en la principal vía de acceso a la ciudad milenaria con sus 8 kilómetros de longitud.
El camino a la ciudad milenaria
El Camino Real a Cholula fue por siglos el único camino para trasladarse de Puebla a la Ciudad Sagrada. Comenzaba al sur del Paseo Bravo y terminaba al pie de la Gran Pirámide.
A finales del siglo XIX surgió una importante red de tranvías que comunicaban la ciudad con sus espacios urbanos y con poblaciones aledañas, como Cholula, pero el traslado duraba cerca de dos horas. Fue hasta 1927 (siglo XX), que los poblanos tuvieron otra vía como alternativa cuando se construyó la carretera federal a Cholula, actual bulevar Forjadores.
La ciudad comenzó a cambiar su fisonomía en los años 40, cuando experimentó un crecimiento poblacional, promovido principalmente por el desarrollo industrial.
La clase acomodada comenzó a migrar del centro histórico hacia la periferia de la ciudad donde se establecieron diferentes núcleos de vivienda, en terrenos de ranchos o haciendas, como la colonia San Manuel o el fraccionamiento La Paz, que fue proyectada sobre los terrenos del cerro de San Juan como una obra monumental que dotó de todos los servicios al primer residencial de lujo de la ciudad, y que más tarde, conectó a Puebla con la Ciudad Sagrada.
El auge de la Ciudad Sagrada
El México City College establecido en la ciudad de México, en 1966, cambió su nombre a Universidad de la Américas, y ese mismo año fundó su filial en Puebla, en una extensión de más de 80 hectáreas de la hacienda de Santa Catarina Mártir ubicada en Cholula, lo que promovió un auge en la región.
En ese entonces, el único acceso a la Universidad de las Américas (UDLAP), era por el Camino Real a Cholula, en el tramo que hoy es conocido como “La Catorce”, un corredor de locales con música y fiesta.
“Antes de que llegara la Universidad de las Américas, Cholula era todavía un pueblo grande. La gente vivía de la agricultura, otros eran obreros en la fábrica textil San Diego y la metalúrgica Metamex. Muchos se iban a trabajar a Puebla, Xonaca, o a Manantiales, que era como una zona industrial de Cholula”, detalla Gregorio Porrás Vázquez, ex director de Turismo de San Pedro Cholula y propietario del restaurante “La Lunita”.
Cuando llegó la universidad comenzó el desarrollo y los cholultecas cambiaron su forma de vida. Los establos se convirtieron en pensiones o departamentos para estudiantes, e incluso, en negocios para darles servicio. La actividad turística se empezó a detonar, porque familiares o amigos de los estudiantes, iban a visitarlos teniendo como atractivo la Gran Pirámide donde habían comenzado los hallazgos arqueológicos y era la única del mundo que se podía recorrer en su interior.
Entre llanos y sembradíos
“La Lunita”, de la familia Porrás, establecida al pie de la pirámide en 1914, pasó de tendajón a restaurante en 1939, para ofrecer comida típica poblana y bebidas de creación propia que causaron furor entre los estudiantes.
“Yo vivía en el segundo piso de La Lunita con mi familia y a veces hacíamos excursiones a Puebla. Salíamos de la casa a las 6:30 o 7 de la mañana y atravesamos el rancho Santa Teresa (a un lado de la vía) y el rancho El Cristo (más adelante), eran caminos y veredas hasta llegar a donde hoy es McDonald´s (principio de La Recta). Un poquito más adelante ya encontrábamos el llano que era un camino de tierra, no había absolutamente nada de lo que hay ahorita”, recuerda Gregorio.
“Hacíamos como dos horas caminando, pero nos íbamos entreteniendo, en tiempo de siembra había mucha garza gris, también estaba el jaguey que aún se conserva en el interior de la universidad. Caminábamos hasta el río Atoyac (donde ahora está el puente a unos metros de Aquara) y lo atravesábamos, pero en esa época no había puente. Ahorita ya bajo de nivel, pero en esos años (setentas) el agua del río venía con un caudal muy fuerte y todavía era transparente, era agua limpia, yo tenía 10 años”, detalla.
Recuerda que pasando el río caminaban hasta llegar a lo que hoy es el crucero de la avenida Teziutlán, principal arteria del fraccionamiento La Paz, en donde había muy pocas casas y una glorieta con un monumento parecido a una picota.
“Cuando llegábamos, subíamos a la glorieta y caminábamos hacia (avenida) Reforma. Ahí tomábamos los camiones a Cholula de regreso que nos traían por todo lo que ahora es Forjadores. Así pasábamos toda la mañana, de excursión”, narra.
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A mediados de los años 70, esa glorieta del fraccionamiento La Paz, se convirtió en la unión de la ciudad de Puebla con San Andrés y San Pedro Cholula a través de la vía rápida Quetzalcóatl, mejor conocida como “La Recta”.
“Cuando comenzaron a construir La Recta, íbamos viendo las máquinas y cómo la construían, después la recorríamos en bicicleta, pero estaba muy diferente. El camellón central era normal, como el de la (avenida) Juárez, no había barra de contención y eso provocaba muchísimos accidentes. Uno de los edificios icónicos que llamaba mucho la atención era le Pirámide de Spersa. La Recta ahora se llama Vía Volkswagen es tan importante que atraviesa 4 municipios: San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, San Juan Cuautlancingo y Puebla”, puntualiza Gregorio.
Inauguran la vía rápida Quetzalcóatl
Con una inversión de 29.5 millones de antiguos pesos, el gobierno estatal encabezado por Guillermo Morales Blumenkron, inauguró la vía rápida Puebla-Cholula, el domingo 26 de enero de 1975, a la 17:00 horas.
De acuerdo con información dada a conocer en su momento por este diario, El Sol de Puebla, el proyecto de la vía rápida Quetzalcóatl fue una obra tripartita realizada por el Gobierno del Estado (62%), a través del Comité de Comunicaciones Vecinales (27%), de la Asociación Regional de Caminos de Puebla y Tlaxcala, que perteneció a la Asociación Mexicana de Caminos hasta su extinción; y de la Secretaria de Obras Públicas (11%), que proporcionó asistencia técnica y de los vecinos de la zona.
“Había necesidad de construir una vía rápida a Cholula porque la que se utilizaba era la prolongación de Avenida Reforma que llegaba al Puente de México y de ahí por la federal a Cholula (hoy Forjadores), que era parte de la carretera federal a la ciudad de México, inaugurada el 16 de septiembre de 1927. La federal llega a Cholula en el kilómetro 120”, expone el investigador Gustavo Velarde Tritschler.
Agrega que, Guillermo Morales Blumenkron fue el último gobernador interino que tuvo Puebla después de 10 años de gobiernos provisionales provocados por los enfrentamientos entre universitarios y autoridades. Su interinato duró dos años (1973-1975) en los que termino y realizó diferentes obras, como la Recta a Cholula.
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“La Recta” fue inaugurada por el gobernador interino en la glorieta de La Paz, donde inicia, en presencia del personalidades estatales y federales, y del sector privado, como el entonces presidente del Comité de Comunicaciones Vecinales, Felipe Vallejo Pérez, además del presidente de la Asociación Regional de Caminos de Puebla y Tlaxcala, Francisco Bernat Solsona, y el presidente de la Asociación Mexicana de Caminos, Rómulo O´Farril. Asimismo, los responsables de la Secretaría de Obras Públicas, Nicolás Ojeda Ortega, Jesús Caraza, Roberto González, y un nutrido grupo de vecinos.
Características técnicas de la vía
Velarde Tritschler señala que la vía rápida comprendió una longitud de 8 kilómetros con 4 carriles de baja velocidad. Un camellón central y dos camellones laterales con jardín en los que se plantaron 3 mil 500 árboles (chopo-balsámico); contó con los aditamentos necesarios de una vía moderna y rápida de entonces.
El camellón central tenía 2.5 metros de ancho, jardinado y con postes de luz a una distancia de 45 metros entre ellos, con alumbrado de vapor de sodio de 400 watts a base de foto celdas que se encienden y apagan de día o de noche.
“Las entradas y salidas de la vía rápida hacia los laterales estaban debidamente pavimentadas y señaladas, lo mismo los entronques o cruces que además sirven como retornos (Zavaleta, Momoxpan y Universidad de las Américas). En toda lo largo y para la seguridad de los usuarios, La Recta tenía una cerca para evitar la entrada de los animales. En las zonas de baja velocidad de inicio y término de la vía, tiene tres entronques a desnivel que también sirven como retornos”, detalla.
En la información obtenida en la hemeroteca de este diario, El Sol de Puebla, se lee, que la capacidad de la vía era de 25 mil vehículos diarios y se calculo un volumen esperado en el primer año de 9 mil vehículos; la velocidad máxima era de 90 kilómetros por hora, y la mínima de 60 kilómetros dentro de la vía rápida, en las laterales y ramales era máximo de 30 kilómetros por hora.
Para su edificación, se movieron 250 mil metros cúbicos de terracería, 50 mil metros cúbicos de sub-base y 30 mil metros cúbicos de bases negras. Sobre esto se pusieron 150 mil metros cuadrados de carpeta asfáltica de 5 centímetros compactos de espesor, que se sellaron con material de color gris.
“La Recta” también contó con acotamientos revestidos con material rojo como zonas para paradas de emergencia y delimitantes. Se realizaron las obras adecuadas para el drenaje, como el Puente de Atoyac con 40 metros de claro, el ancho adecuado para los 4 carriles, el camellón central y las banquetas laterales de seguridad.
En cuanto a los señalamientos, se utilizaron reflejantes que eran los más modernos, para ser usados de forma eficiente, de día o de noche. Además de aditamentos auxiliares, como semáforos, vibradores, defensas metálicas y boyas de delimitación longitudinal.
El investigador puntualiza diciendo que, para transitar la vía rápida Puebla-Cholula, se permitió el uso de vehículos familiares y de turismo, autobuses de pasajeros directos, y motocicletas. Hasta la fecha, los camiones de carga deben desviarse en el entronque de Zavaleta y los autobuses de pasajeros que no son directos, deben utilizar las vías laterales.