El Centro Histórico de Puebla, sobre la calle 11 Norte, entre 2 y 4 Poniente, alberga un espacio gastronómico que ha resistido el paso del tiempo: Súper Tortas Luis. Desde su apertura en 1965, este establecimiento ha deleitado a generaciones de comensales con sus tortas, convirtiéndose en uno de los negocios más antiguos de la zona que ha sabido mantenerse intacto a pesar de los cambios que ha experimentado esa parte de la ciudad a lo largo de los años.
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La historia de Súper Tortas Luis se remonta a sus fundadores, Mario Oliveros y Dióscora Hernández. Mario, quien apoyaba a su hermano Raúl en la operación de su tortería llamada Súper Tortas Luis en la 3 Poniente 323, también del centro, se percató de la alta demanda de tortas que existía en el lugar. Fue entonces cuando Raúl sugirió a Mario abrir su propia tortería con el mismo nombre, pero en otro local.
“Mi papá iba a ayudarlos, mi tío le pedía que le echaran la mano, ya que eran muchas tortas las que se vendían, era bastante gente, hasta las 11 de la noche terminaban, entonces mi tío le dijo que pusiera su tortería con confianza”, señala María Elena Oliveros Hernández, hija de Mario y Dióscora, y quien actualmente está a cargo del negocio familiar.
Se instalan frente al mercado
Así encontraron un local estratégico en la 11 Norte, frente al Mercado Venustiano Carranza, y dieron inicio a la operación de Súper Tortas Luis, en 1965. A pesar de la competencia cercana de alrededor de siete establecimientos similares, el éxito de este negocio no se hizo esperar.
Tanto el negocio de Mario como el de su hermano Raúl obtenían los ingredientes para sus tortas en el Venustiano Carranza, a excepción del pan. Aunque compartían el mismo nombre, la administración era totalmente independiente, a pesar de la confusión que esto generaba entre los clientes.
Durante los primeros años adquirían las tortas en distintos hornos cercanos a la zona. Sin embargo, tuvieron que cambiar de proveedor debido a que les obligaban a comprar pan dulce para poder adquirir las tortas. Actualmente se abastecen de un horno que lleva cerca de 70 años existiendo, asegurando así la calidad y sabor de sus tortas de agua.
“Ellos, mi mamá y mi tía iban por sus cosas, ya tenían sus distribuidores, entonces se iban a comer mientras les preparaban sus pedidos para empezar a trabajar, era algo muy bonito, de reconocer el trabajo que hicieron por sacarnos adelante”, comenta con orgullo María Elena.
Su especialidad
Aunque Súper Tortas Luis ofrece una amplia variedad de sabores desde sus inicios, como milanesa de puerco y pollo, cubana, chorizo con huevo, queso de puerco, pierna y huevo, hay una que destaca sobre las demás: la torta de lomo adobado con carne de puerco, que es considerada la fórmula secreta de la fundadora del local, la señora Dióscora.
“Mi mamá lo inventó, era la receta especial del negocio, mi mamá decía siempre que no quitáramos la hiervas a la comida, porque la hacían rica. Nadie la ha hecho como mi mamá. Algunos han implementado la carne enchilada, pero no es lo mismo”, destaca la hija.
Gran cartera de clientes
A lo largo de los años, Súper Tortas Luis ha sido visitado por una diversidad de clientes, desde cantantes, actores, pintores, periodistas, futbolistas y empresarios, hasta gobernantes. Entre los nombres que se recuerdan están la actriz y cantante Lola Beltrán y el cronista Urbano Deloya.
Además, la cercanía con la estación del Ferrocarril y los autobuses Estrella Roja atrajo a turistas y trabajadores de Volkswagen y la Central de Abasto, convirtiéndose en un punto de encuentro gastronómico.
La actual encargada afirma que abrían desde las 8 de la mañana y cerraban hasta la medianoche o la 1 de la mañana del día siguiente, ya que se esperaban mucho precisamente por el tema de los turistas, quienes tenían hambre al esperar su viaje.
Desconoce cuántas tortas llegaron a vender al día, pero asegura eran largas filas. Tiempo después, cuando ya estaba a cargo del negocio, su padre le dijo: “Hija, lo que tú vendes en un día, nosotros lo vendíamos en una hora (…) era una locura”.
Cambios en la 11 Sur-Norte
El negocio ha sido testigo del crecimiento y los cambios en la zona de la 11 Sur-Norte. Desde la reducción del Mercado Venustiano Carranza, la implementación de un nuevo carril para automóviles, el entubamiento y la implementación de la RUTA, Super Tortas Luis ha superado obstáculos y se ha adaptado a los ajustes y nuevos tiempos para continuar brindando su tradicional sabor a los comensales.
“Todo era tapado, mi mamá tenía que comprar hielo para mantener las cosas. Sí eran momentos difíciles, pero la verdad de ventas jamás nos quejamos, siempre supimos salir adelante, hasta la fecha”, destaca la hija.
Anécdotas
Entre las anécdotas que rodean el negocio, una de ellas la comparten con la otra tortería que comenzó en la 3 Poniente y que actualmente es administrada por Heriberto, hijo de Raúl. Durante la década de los 90, ambos establecimientos lograron el récord de hacer 10 mil tortas para eventos masivos del partido político PRI.
La segunda anécdota destaca la participación de la actual encargada, quien se involucró en el negocio familiar cuando un cliente deseaba una torta y el local estaba cerrado. Siendo hija de los dueños, inicialmente se negó a preparar la torta argumentando que no sabía cómo hacerla y que no estaban sus padres. Sin embargo, el cliente le brindó instrucciones paso a paso y ella logró satisfacer sus deseos culinarios. Este momento fue determinante, ya que despertó su interés por el negocio y desde entonces se ha involucrado activamente en su administración.
Tercera generación al relevo
Súper Tortas Luis ha trascendido las generaciones y en la actualidad se está llevando a cabo el relevo generacional, con la tercera generación de la familia trabajando en el negocio. Su objetivo es preservar y honrar la tradición que se inició en la 3 Poniente, asegurando que Súper Tortas Luis continúe siendo un referente en el ámbito gastronómico de Puebla.
“Agradezco a la clientela que tenemos, las puertas siempre estarán abiertas para las personas, a veces no podemos darle la atención que quisiéramos porque se nos llega a juntar la gente, nos sentimos satisfechas por lo que hicieron nuestros padres y queremos continuar”, finaliza María Elena Oliveros Hernández.