/ miércoles 26 de abril de 2023

Reduce unas tallas sin necesidad de ingerir menos alimentos

Cuando comemos, algo que pocas o nulas veces hacemos es sumar los nutrientes que estamos consumiendo

Una de las razones por las que “comemos sin parar” suele ser porque al consumir nuestros alimentos no hacemos un conteo de los nutrientes que consumimos, pero recientemente la Mayo Clinic dio a conocer que existe una posibilidad de quedar satisfecho con una reducida cantidad de calorías, lo cual incluso podía permitir que se logre una reducción de peso.

Lo relevante de esta recomendación de dicho centro médico radica en la posibilidad de perder peso sin disminuir la cantidad de alimentos, pero si la de calorías, esto mediante el término determinado como “densidad energética”, por lo que, si estás atravesando un conflicto para lograr reducir algunas tallas, quizá esta sea la solución, por lo que aquí te traemos más detalles.

¿Qué es la densidad energética?

El término densidad energética refiera al número de calorías que existe en una determinada cantidad de alimento, pudiéndose clasificar en alta cuando la suma de calorías es amplia en una porción pequeña de un platillo o una densidad baja cuando son pocas las calorías que se reúnen en una porción grande de un alimento, ambas considerando todos los elementos que lo conforman.

Es aquí donde se encuentra el secreto de este consejo, que consiste en consumir alimentos con baja densidad energética, es decir se pueden consumir una mayor cantidad de alimentos con una cantidad menor de calorías lo que generará más rápidamente una sensación de satisfacción ejemplo tan sencillo que pasa con las pasas que tienen mayor densidad energéticas que las uvas.

A su vez existen tres factores que influyen en la densidad energética, el primero de ellos es el agua, pues frutas y verduras suelen tener un mayor contenido lo que les da mayor volumen, pero no calorías; otro de los aspectos es la fibra, pues los que son ricos en este alimento además de aportar volumen tardan más tiempo en digerirse, lo que causa una sensación de satisfacción durante más tiempo, pero con menos calorías.

El último aspecto es la grasa, pues esta tiene una alta densidad energética, es decir que aquellos que la tienen de forma natural como es el caso de las carnes, tienen una mayor cantidad de calorías que los alimentos más magros, por lo que un trozo de mantequilla contiene casi la misma cantidad de calorías que dos tazas de brócoli crudo.

¿Cuál la relación de la densidad energética con la pirámide alimentaria?

La recomendación para lograr disminuir el peso con este método radica en cambiar los hábitos de vida, dentro de lo que se encuentra el elaborar un plan de comidas con base en la pirámide alimentaria, priorizando el consumo de verduras, las cuales se pueden combinar con fideos, pudiendo incluso ingerirlas crudas, lo que iría de la mano con una reducción en la porción de carne.

También se aconseja el consumo de frutas en cualquier presentación siempre que sean naturales, a excepción de los jugos y las frutas secas, así mismo se aconseja el consumo de carbohidratos, principalmente como granos integrales, disminuyendo el consumo de proteínas y lácteos, además de incluir pequeñas cantidades de grasas y alimentos dulces, por su elevada densidad energética.

Una de las razones por las que “comemos sin parar” suele ser porque al consumir nuestros alimentos no hacemos un conteo de los nutrientes que consumimos, pero recientemente la Mayo Clinic dio a conocer que existe una posibilidad de quedar satisfecho con una reducida cantidad de calorías, lo cual incluso podía permitir que se logre una reducción de peso.

Lo relevante de esta recomendación de dicho centro médico radica en la posibilidad de perder peso sin disminuir la cantidad de alimentos, pero si la de calorías, esto mediante el término determinado como “densidad energética”, por lo que, si estás atravesando un conflicto para lograr reducir algunas tallas, quizá esta sea la solución, por lo que aquí te traemos más detalles.

¿Qué es la densidad energética?

El término densidad energética refiera al número de calorías que existe en una determinada cantidad de alimento, pudiéndose clasificar en alta cuando la suma de calorías es amplia en una porción pequeña de un platillo o una densidad baja cuando son pocas las calorías que se reúnen en una porción grande de un alimento, ambas considerando todos los elementos que lo conforman.

Es aquí donde se encuentra el secreto de este consejo, que consiste en consumir alimentos con baja densidad energética, es decir se pueden consumir una mayor cantidad de alimentos con una cantidad menor de calorías lo que generará más rápidamente una sensación de satisfacción ejemplo tan sencillo que pasa con las pasas que tienen mayor densidad energéticas que las uvas.

A su vez existen tres factores que influyen en la densidad energética, el primero de ellos es el agua, pues frutas y verduras suelen tener un mayor contenido lo que les da mayor volumen, pero no calorías; otro de los aspectos es la fibra, pues los que son ricos en este alimento además de aportar volumen tardan más tiempo en digerirse, lo que causa una sensación de satisfacción durante más tiempo, pero con menos calorías.

El último aspecto es la grasa, pues esta tiene una alta densidad energética, es decir que aquellos que la tienen de forma natural como es el caso de las carnes, tienen una mayor cantidad de calorías que los alimentos más magros, por lo que un trozo de mantequilla contiene casi la misma cantidad de calorías que dos tazas de brócoli crudo.

¿Cuál la relación de la densidad energética con la pirámide alimentaria?

La recomendación para lograr disminuir el peso con este método radica en cambiar los hábitos de vida, dentro de lo que se encuentra el elaborar un plan de comidas con base en la pirámide alimentaria, priorizando el consumo de verduras, las cuales se pueden combinar con fideos, pudiendo incluso ingerirlas crudas, lo que iría de la mano con una reducción en la porción de carne.

También se aconseja el consumo de frutas en cualquier presentación siempre que sean naturales, a excepción de los jugos y las frutas secas, así mismo se aconseja el consumo de carbohidratos, principalmente como granos integrales, disminuyendo el consumo de proteínas y lácteos, además de incluir pequeñas cantidades de grasas y alimentos dulces, por su elevada densidad energética.

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